Halftime
Halftime es en cierta medida la venganza de Jennifer López por esa decisión racialmente discriminatoria.
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7 de jul de 2022, 11:45 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:48 p. m.
Halftime, el documental dedicado a Jennifer López, es ante todo la historia de una injusticia. Los directivos de la todopoderosa NFL que dirige el fútbol americano y organiza la Superbowl, decidieron que el show del intermedio de este monumental evento deportivo no se le encargara solo a un artista, como era habitual, sino a dos. Jennifer López fue una, la otra Shakira.
Dos celebridades mundiales y ambas con suficiente tablas y talento como para que cada una pudiera montar un show memorable en el mítico intermedio del partido de la superbowl, que ese año contó con una audiencia de 150 millones de espectadores. Todo un récord. Pero los mandamases de la NFL le negaron a cada una su propio espectáculo, las juntaron en uno solo, limitando así dramáticamente el tiempo de que disponía cada una de ellas para realizar el suyo propio.
Halftime es en cierta medida la venganza de Jennifer López por esa decisión racialmente discriminatoria. En primer lugar, porque una parte importante del mismo se dedica a demostrar cuán importante es ella de hecho en el mundo del cine y de la música popular norteamericana y cómo ha logrado tamaño reconocimiento público a base de creatividad, versatilidad, constancia, disciplina y trabajo duro, muy duro. Y en contra de un racismo por soterrado no menos letal, que entorpeció el avance de su carrera siempre que pudo y que se burló con irritante frecuencia del color de su piel y de las curvas de su cuerpo.
El documental se detiene en el caso de Hustlers -traducida como Estafadoras de Wall Street - película de 2019 hecha enteramente por mujeres en la que JLo actuó y fue además la productora. Ella mereció un premio de la Asociación de críticos cinematográficos por su actuación en la misma, pero ni siquiera consiguió que fuera nominada para los Oscar de ese año en la categoría de actriz de reparto. Es evidente que esa herida aún le sangraba cuando hizo Halftime, como le sangraba por las imágenes difundidas por los medios de las jaulas donde el gobierno de Trump encerraba a los niños latinos separados de sus padres.
Le inspiraron los números que le dieron el tono al potente y multifacético espectáculo que realizó en los 7 minutos largos que le correspondieron en el halftime, en el intermedio de la superbowl que le fue concedido. Una demostración clamorosa de orgullo latino y un ejemplo muy destacado de arte político en la era del show busisness globalizado y en red.

Historiador y crítico de arte. Profesor de la Unviersidad Europea de Madrid y corresponsal de la revista ArtNexus en España. Es columnista del diario El Pais de Cali desde 1994.
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