Editorial

Cali necesita más seguridad

La inseguridad no solo amenaza la vida y la tranquilidad de los caleños; también afecta la confianza en las instituciones...

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La Policía Metropolitana, en conjunto con la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali, resaltaron que el trabajo de lucha contra el crimen ha permitido incautar más de 900 armas y lograr importantes capturas durante 2025.
Uno de los resultados más importantes es la incautación de más de 900 armas de fuego con las que, según las autoridades, se planeaba realizar varios delitos como hurtos e incluso asesinatos. Fotos Raúl Palacios / El Pais.
La Policía Metropolitana, en conjunto con la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali, resaltaron que el trabajo de lucha contra el crimen ha permitido incautar más de 900 armas y lograr importantes capturas durante 2025. Uno de los resultados más importantes es la incautación de más de 900 armas de fuego con las que, según las autoridades, se planeaba realizar varios delitos como hurtos e incluso asesinatos. Fotos Raúl Palacios / El Pais. | Foto: Raúl Palacios

19 de sept de 2025, 03:39 a. m.

Actualizado el 19 de sept de 2025, 03:39 a. m.

Sin duda alguna, desde el pasado 21 de agosto, cuando un camión bomba explotó frente a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, la seguridad en la ciudad ha venido decayendo. Videos de hurtos de sujetos que circulan en motocicletas y aprovechan los semáforos en rojo para despojar de sus pertenencias a conductores y pasajeros de vehículos, y jornadas de hasta ocho homicidios como la de este miércoles, tienen a las autoridades preocupadas.

La captura, en días pasados, de la banda conocida como Los Sagaces, dedicada al hurto y el homicidio, representa un avance importante y evidencia que la coordinación entre Policía, Fiscalía y Administración Municipal puede generar resultados concretos.

Sin embargo, estos golpes aislados no alcanzan para revertir una sensación de inseguridad que parece instalada en esta urbe. La pregunta es: ¿se descuidó la seguridad ciudadana por atender y blindar la capital vallecaucana contra más ataques terroristas?

Los caleños necesita más que anuncios. Desde la Policía y la Secretaría de Seguridad del Municipio deben crear y consolidar una estrategia sostenida que dé garantías en el largo plazo y no sea para apaciguar las aguas durante un par de semanas.

La delincuencia en Cali no es un fenómeno circunstancial. Se ha sofisticado en sus métodos, como lo demuestra el hecho de que los grupos criminales cambien de vehículos o actúen de manera individual para evadir los controles. Frente a esta realidad, la respuesta institucional no puede ser reactiva ni esporádica: requiere planificación, inteligencia, prevención y capacidad de judicialización efectiva.

Desde la Alcaldía de Cali se deben redoblar los esfuerzos y los operativos para que en las comunas que históricamente han sido más violentas en la capital del Valle, delitos como las riñas y los homicidios se reduzcan, pues entre el 1 de enero y el 17 de septiembre en esta ciudad fueron asesinadas 710 personas, lo que representa un aumento del 8 %, si lo comparamos con el mismo periodo del año anterior.

La inseguridad no solo amenaza la vida y la tranquilidad de los caleños; también afecta la confianza en las instituciones, desincentiva la inversión y afecta la imagen de una capital que busca consolidarse como referente cultural, deportiva y empresarial.

No se puede permitir que el terreno que se ganó en 2024 con la realización de la COP16 y la llegada de más de tres millones de visitantes a la ciudad el año anterior sean solo un accidente en la estadística de la capital vallecaucana. Tienen que ser una constante.

Sin seguridad, todos los demás esfuerzos se debilitan. Cali necesita un compromiso inequívoco de sus autoridades, respaldado por una articulación real y efectiva con el Gobierno Nacional, que debe brindarles a estas herramientas para reforzar sus operativos, sobre todo en materia de inteligencia, de manera que se puedan anticipar a los hechos delictivos o evitar futuros ataques terroristas. Todo va de la mano con el deterior de la percepción de seguridad.

La capital del Valle del Cauca no puede seguir normalizando los atracos en las calles, ni resignándose a que el miedo determine el modo de vida de sus habitantes.

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Gonzalo Gallo

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