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Menos carros, más ciudad

Es tan incoherente ignorar los beneficios de una ciudad con menos tránsito, como no ver los inconvenientes de no contar con buen transporte público y buenos andenes.

26 de septiembre de 2018 Por: Benjamin Barney Caldas

Es tan incoherente ignorar los beneficios de una ciudad con menos tránsito, como no ver los inconvenientes de no contar con buen transporte público y buenos andenes y toque ir por las calzadas, o que una avenida sin carros es sosa. La conclusión es que qué bueno sería poder volver caminar sin peligro por las calles respirando aire limpio y sin ruido como en un poblado; una ciudad de distritos menos contaminantes, agradablemente caminables y con un eficiente sistema integrado de transporte público entre ellos. Es lo que busca un grupo de profesionales en la Sociedad de Mejoras Públicas, cuyo objetivo pasó de “un nuevo corredor vial” a un nuevo eje urbano y regional para Cali.

En medio siglo ningún proyecto para el espacio entre el par vial 25/26 a lo largo del corredor férreo sur-norte fue realizado, lo que les exigió un análisis crítico transdisciplinar y, considerando la sobrepoblación y el cambio climático, una propuesta integral incluyendo usos del suelo, ocupación, aislamientos y alturas de las manzanas aledañas. El ferrocarril limitaba a Cali al Oriente y hasta allí llegaban las inundaciones del Cauca. Ahora podrá ser su eje urbano y regional y acercar sus extremos, generando nuevas actividades y un nuevo paisaje fruto del contexto arquitectónico y lo social, cultural y natural, y por tanto geográfico, histórico, económico, social, lúdico y cultural.

Un plan maestro a largo plazo para dicho corredor, revisado periódicamente, y así poder adelantar por separado propuestas puntuales sin que se excluyan mutuamente, a partir de prioridades en el tiempo y el espacio, pero que permita su pronta arborización y que no siga siendo invadido. Todo sin tener que adquirir terrenos pues son del Estado, y donde las obras no incomodarían por ser muy amplio, y que por ser recto y a nivel se facilitaría el trazado, construcción y operación de las diferentes vías para una movilidad eficiente y más ecoeficiente por su clima benigno, integrando tren, buses y taxis, con tarjeta única y tarifas según recorrido, y autos, motos y bicicletas, y finalmente peatones.

Se trata del área metropolitana conformada por Cali y parte de los municipios vecinos, con centralidades peatonales compactas, menor tiempo de desplazamiento entre vivienda, trabajo y estudio, y de consumo de energía, y más interacción social en el espacio público para una mejor calidad de vida. Centralidades cerca a los principales cruces transversales, nuevos o ya construidos pero renovados, con centros escolares, comerciales, deportivos y gubernamentales, y en las manzanas aledañas a cada lado, vivienda y oficinas en altura, sin tapar brisas ni vistas. Se unirían los dos lados de la ciudad y se rescatarían áreas en decadencia usando sus muchos lotes y construcciones abandonadas.

Para que Cali sea de nuevo una ciudad, pues como ya se recordó aquí que dice Sylvia Patiño, que la ha fotografiado tanto, era más ciudad cuando era pueblo (Círculo vicioso, 13/09/2012), es preciso transformar su área metropolitana en una cadena de distritos, cada uno de ellos especial por diversas razones. Y para lograrlo es ineludible un alcalde que sí sea especial, no porque se lo crea si no justamente por lo contrario: que sepa que no lo es y que por tanto tiene que asesorarse con los conocedores del tema, los que encontrará en las universidades locales, o ya jubilados como los del grupo mencionado, ya que es un asunto urbano, arquitectónico y paisajístico, y no sólo de ingeniería; es decir, hacer ciudad.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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