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Introducción a la ciudad

Se trata ahora de poder pensar mejor en las ciudades, entenderlas, percibirlas, vivirlas, para poder proceder a repensarlas

5 de octubre de 2022 Por: Vicky Perea García

El libro del historiador Ben Wilson, Metrópolis / Una historia de la ciudad, el mayor invento de la humanidad, 2020, permite entender a fondo las ciudades y es de suma importancia si se considera que: “En 2050, dos tercios de la humanidad vivirán en ciudades. Estamos asistiendo a la mayor migración de la historia, la culminación de un proceso que se ha extendido a lo largo de seis mil años [o diez mil contando a Jericó] y que nos habrá transformado en una especie totalmente urbanizada a finales del presente siglo. […] Cómo vivir, y en dónde, es una de las preguntas más importantes que podemos hacernos” (p. 11) y más en Colombia que pasó del campo a la ciudad en menos de un siglo.

A lo que ya en la tercera década del Siglo XXI toca agregar que: “A pesar de que las ciudades solo alojan el 50 [%] de la especie humana, son la causa del 75 [%] de las emisiones de dióxido de carbono. […] Las megaciudades y las regiones megaurbanas […] están invadiendo grandes porciones de las tierras de cultivo más fértiles de la tierra. [y] […] Uno de los aspectos definitorios del urbanismo moderno es el intento de alcanzar un equilibrio entre ciudad y naturaleza. [La] gente que vive en casas cerca de otras casas, en apartamentos o bloques, donde pueden caminar y socializar, tiene mejor salud física y mental que los habitantes de los suburbios, incluso de los más ricos” (pp. 415 a 417).

En conclusión: “Tiene mucho más sentido agrupar a la gente y aliviar la presión […] sobre la naturaleza. […]. Las ciudades cambiarán […] no por idealismo, sino por necesidad […] no son solamente resilientes, sino también sistemas adaptativos. […] Con menos automóviles […] volverán a tener altas densidades [y sus] calles volverán a lo que han sido durante la mayor parte de la historia […] para caminar, socializar, hacer compras y trabajar” (pp. 448 a 452). Pero se trata ahora de poder pensar mejor en las ciudades, entenderlas, percibirlas, vivirlas, para poder proceder a repensarlas por nuevos urbanistas, paisajistas y arquitectos; y para nuevos habitantes más conocedores del tema.

En Colombia está el pertinente ejemplo de un sistema de ciudades que se podría entender como una variedad de metrópolis no invasiva: sería conformada por las ciudades a lo largo del valle alto del río Cauca, de Cartago a Santander de Quilichao, si volvieran a estar unidas entre sí, y con Cali y Buenaventura, el puerto de Colombia sobre el Pacífico, por ferrocarril, como lo estuvieron a mediados del Siglo XX, y se desviara el muy rápido crecimiento poblacional de Cali hacia ellas. Sería uno de los resultados de la propuesta de consolidar en Cali sus dos históricos ejes urbano regionales, realizada por un grupo de arquitectos e ingenieros interesados en la ciudad y en el devenir de la suya.

Y a partir de esa nueva metrópolis sería posible proponer un verdadero plan de ordenamiento territorial, POT, para Cali, teniendo en cuenta que la ciudad ocupa la esquina nororiental del Municipio y, en mayor o menor área, la parte limítrofe de los municipios vecinos. Por eso sería primordial oficializar su área regional de influencia y su área metropolitana, y en esta las siete Localidades propuestas en su nueva condición de Distrito Especial, unidas por los dos ejes urbano-regionales mencionados, los que se cruzan muy cerca al centro de la ciudad junto a la estación y la terminal de buses. La 'capital de la salsa' sería una respuesta a la importante pregunta de Ben Wilson.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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