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Desarrollo/ organización

Las ideas que se ofrecen a continuación, ya tratadas repetidamente en la columna ¿Ciudad? de El País y en Caliescribe.com, tienen como fin insistir en un conjunto de proyectos urbanos y arquitectónicos.

20 de mayo de 2020 Por: Benjamin Barney Caldas

Las ideas que se ofrecen a continuación, ya tratadas repetidamente en la columna ¿Ciudad? de El País y en Caliescribe.com, tienen como fin insistir en un conjunto de proyectos urbanos y arquitectónicos de importancia no para el desarrollo de la economía, un concepto cada vez más cuestionado, sino hacia lograr mejores niveles de vida en la ciudad mediante su organización, lo que implica organizar y organizarse, coordinando los funcionarios y los medios, ahí sí económicos. Y primero que todo organizar su territorio, el que en Cali se extiende por cinco municipios y dos departamentos, lo que es básico para cualquier plan para la ciudad y sobre todo para poderlos coordinar, y para que no crezca más.

En esta ciudad, para organizar el territorio habría que partir de un nuevo eje urbano y regional, ya propuesto hace un par de años, para su área metropolitana y para ésta dentro de la región, utilizando el actual corredor férreo y las manzanas aledañas a lado y lado, desde Yumbo a Jamundí, conformando ciudades dentro de la ciudad, más segura de frente a la delincuencia y las pandemias, formadas por supermanzanas no cruzadas por el tránsito automotor y con prioridad para los peatones y las bicicletas, las que estarían alrededor de los principales cruces viales en los que se consolidarían centralidades peatonales dotándolas de los equipamientos urbanos que les falten, como sedes administrativas, escolares y recreativas.

El nuevo eje urbano y regional, conformado por el tren de cercanías, una autopista urbana, el par vial de la 25-26 incluyendo carriles exclusivos para los buses articulados eléctricos, dos sendas ciclovías, amplios andenes arborizados junto con una larga alameda de árboles de flores de diversos colores. Sería además un paradigma del uso masivo de la energía alternativa mediante la instalación de grandes generadores eólicos a todo su largo, primero para las estaciones, para el mismo tren, también para los nuevos equipamientos y edificios de vivienda y oficinas, y finalmente para la ciudad toda, una elección mucho mejor que ponerlos en los cerros como si no bastara con las invasiones para dañarlos.

Y al mismo tiempo proceder a poner paneles fotovoltaicos en las cubiertas planas del CAM y dos generadores eólicos entre los dos bloques altos, e impulsar su instalación en todos los edificios públicos, lo que sería todo un gran ejemplo, y progresivamente ayudar a hacerlo en todas las casas y edificios de la ciudad en los que sea posible, siguiendo los ejemplos existentes como los parqueaderos de la Universidad Autónoma; otra elección mucho mejor que dañar más el paisaje del valle del río Cauca con más ‘granjas solares’ más dañinas en este sentido que el monocultivo de la caña de azúcar, la que habría que destinar más a producir etanol para mezclar más a la gasolina y consumir muy pronto menos petróleo.

Pero desde luego hay que desbaratar primero los preconceptos económicos y estéticos al respecto y en este sentido vale recordar que las formas cúbicas, como las de la arquitectura hispanomusulmana y la colonial en Hispanoamérica y ahora en su más generalizada arquitectura moderna, son más económicas de construir y generan edificios más sostenibles, ya que son fácilmente reutilizables, más resistentes ante los sismos y que se prestan buenamente para poner en ellos paneles fotovoltaicos en sus sosas cubiertas planas, lo que sí sería, junto con el nuevo eje, las ciudades dentro de la ciudad y las supermanzanas, su verdadero y organizado desarrollo no su caótico crecimiento, muy inconveniente como ahora se ha podido constatar.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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