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Ley del Talión

Pensé que la firma del Acuerdo en La Habana despertaría la euforia...

2 de septiembre de 2016 Por: Beatriz López

Pensé que la firma del Acuerdo en La Habana despertaría la euforia nacional con plazas llenas de gente, globos, pañuelos blancos y millares de palomas volando al cielo. No fue así. La polarización y la campaña por el no al plebiscito, presagiaban nubes negras sobre la paz.***Para tener mejores elementos de juicio, empecé a leer las 297 páginas del farragoso texto, elaborado por cinco conciencias jurídicas, políticos y guerrilleros, extraño coctel que conforma la sociedad colombiana del Siglo XXI. Fracasé en el intento. ***El 24 de agosto, cuando aún no se habían dado la mano De la Calle y ‘Márquez’, la Alcaldía de Armitage convocó al ‘Cali Epicentro’, donde 35 expertos nacionales e internacionales hablarían de desarrollo y paz. Escogí del amplio menú, al jesuita Francisco de Roux y al expresidente de la Corte Constitucional y rector del Externado, Juan Carlos Henao, ambos orgullosamente vallecaucanos.***De Roux es filósofo y teólogo de la Javeriana. Magíster en Economía de la Sorbona, director del Cinep por 8 años. Vivió durante 13 años, la violencia en el Magdalena Medio. De ese infierno pasó a ser el Superior de los Jesuitas en Colombia. Un hombre de estas dimensiones filosóficas, espirituales y académicas, que visitó varias veces a los negociadores de ambos bandos en La Habana, tiene una visión real, lúcida y coherente del país y de la evolución que ha tenido el proceso en 4 años.***Dijo que la culminación de años de confrontación con las Farc “no nos llegó del cielo”. Hizo un reconocimiento a Betancur, a Barco y a Germán Montoya, a Gaviria y la Constitución del 91, la entrega del M19 y el Quintín Lame, a Samper y el acuerdo rural de José Antonio Ocampo, a Pastrana que reforzó el Ejercito, a Uribe que arrinconó a las Farc y, a Santos que culminó el proceso de firma del Acuerdo.***Las cifras del conflicto son pavorosas, y tras detallarlas, sostuvo que la sociedad está en crisis espiritual, rota por el odio y el afán vindicativo, y que hay que romper el paradigma del ‘ojo por ojo’. Afirmó que “la paz no es de Santos, ni de Uribe, ni de las Farc, sino de todos los colombianos”, y que “es importante el voto de conciencia”. Habló con los guerrilleros en La Habana y sostiene que no son los mismos de hace 4 años, “Márquez era un absolutista, arrogante y cerrado, hoy es otro”.***Henao, quien intervino en la redacción del acuerdo final, explicó la justicia transicional. Aclaró especulaciones que hacen parte del libreto de la oposición, e inicio la charla con una cita filosófica: “La vida es un océano de incertidumbres con archipiélagos de seguridad”. Se refirió a la Ley del Talión y dijo que los colombianos tenemos en el disco duro la máxima expresión de justicia retributiva, que viene del código Amurabi y la Biblia hebreica. Señaló que no habrá impunidad, porque los actores de la guerra serán juzgados por un Tribunal Internacional.***Los que participaron en delitos de lesa humanidad tendrán que decir la verdad al Tribunal. Si mienten, pagarán cárcel de 15 a 20 años, de lo contrario de 5 a 8 años con restricción de libertad en sitios veredales, donde cumplirán sanciones de desminado, sustitución de cultivos y reparación de víctimas.***Y mientras en La Habana se firmaba el Acuerdo, la guardia pretoriana del uribismo acudía al panel de la Gurisatti en RCN, para disparar toda la carga de profundidad contra el plebiscito, Santos, la paz y las Farc. Sin embargo, el anuncio del cese las hostilidades por parte del Gral. Mejía y de ‘Timochenko’, recordaron que la paz no solo es el silencio de los fusiles sino el desarme de los espíritus.***PD: Todo fluía, hasta que al Presidente le dio por cambiarle el casco a Vargas Lleras por el micrófono, y ahí fue Troya. Prendió los tendidos y armó la gresca con Gaviria, Cristo y Benedetti. En esas vamos.