Superar la ley
¿Qué pensar de quien va a rezar o va a participar de la Misa, pero lleva odio en su corazón o no ha sido capaz de perdonar o esta disgustado con sus familiares y amigos?
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias
11 de feb de 2023, 11:15 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 05:46 a. m.
Por: Monseñor José Roberto Ospina Leongómez, obispo de Buga
Hemos venido leyendo, estos domingos anteriores, la ilusión de Jesús para quienes queramos ser sus discípulos y lo que él espera de cada uno de nosotros: ser sal y luz. A partir de hoy, empieza a desmenuzar su pensamiento y a plantear una doctrina nueva, más exigente que lo que hasta ahora se había dicho; podríamos decir que es una contravía y preparémonos para entenderla, no como algo imposible de realizar, sino lo que hará que de verdad seamos sal y luz. Lo primero que nos dice es qué hay ir más allá de lo que está dicho; no anular lo mandado sino sobrepasarlo: “Porque les digo que si su justicia no supera la de los escribes y fariseos no entraran en el reino de los cielos”.
Si al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja la ofrenda y ve a reconciliarte primero con tu hermano y después sí vuelve a presentar tu ofrenda. ¿Qué pensar de quien va a rezar o va a participar de la Misa, pero lleva odio en su corazón o no ha sido capaz de perdonar o esta disgustado con sus familiares y amigos?
Por ejemplo, se dijo: “No matarás y cualquiera que cometa homicidio será reo ante el tribunal, pero yo les digo: que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante el tribunal, el que insulte a su hermano es digno de castigo como si lo hubiera matado”. ¿Qué pensar de tanta violencia, bullying en los colegios en donde los compañeros son crueles con comentarios o burlas? ¿cuántas peleas, insultos o gritos hay en los hogares?
“Oyeron que se dijo: No cometerás adulterio… pues yo les digo: que el que mire a una mujer para desearla ya adulteró con ella en su corazón”.
¿Qué decir de toda la pornografía que está a la mano de cualquiera para excitar a quien la consume? ¿Cuántos pensamientos o miradas morbosas y deshonestas?
“Ustedes oyeron decir no jurarás ni por el cielo ni por la tierra… pues yo les digo: que no juren; que tu palabra sea sí, sí o no, no”; es decir: que tu palabra tenga valor. ¿Qué decir de tanta mentira, engaño, promesas falsas, compromisos que no se respetan ni se cumplen? Por ejemplo: “Te amaré toda la vida” y sin embargo ¿cuántas separaciones e infidelidades en los hogares?
En fin, que estas exigencias de Jesús nos hagan reflexionar a todos esta semana.
Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.
6024455000