Ser sus discípulos
El evangelio que propone Jesús es una manera de construir la vida. Un proyecto ambicioso, capaz de transformar nuestra existencia.
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3 de sept de 2022, 11:15 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:56 p. m.
Por: monseñor César Alcides Balbín Tamayo, obispo de Cartago
El Evangelio de este domingo nos presenta un triple mensaje en una armoniosa sintonía: el primer lugar el puesto principal es para el Señor, es lo más importante, lo esencial. Primero el Señor. El segundo mensaje es cargar con la cruz de cada día, que más que buscar trabajos y sufrimientos, significa saber vivir la existencia con las contrariedades, contradicciones y situaciones límites que a diario se nos presentan. Y en tercer lugar, ser cristianos y seguidores del Señor, usando también la inteligencia, la fe, junto con la razón, pues no puede un discípulo del Señor emprender el camino, o ir a la guerra, mejor a la lucha de cada día sin ningún tipo de planeación, aunque se comprende que es el mismo Señor, quien nos marca ese camino.
Los discípulos del Señor no se pueden permitir que los amores terrenales, aun tratándose de aquellos de sangre que siempre serán los más fuertes, estén por encima del amor a Dios, que eso significa posponer. El discípulo abrazará todo lo que le está cercano al Señor, aun sabiendo lo que le espera: lágrimas, dolores, sufrimiento. (cfr. Mt 19, 29).
Jesús nos está invitando a participar de su crucifixión, es decir de su muerte y de su sepultura con Él en el bautismo y vivirlo a lo largo de nuestra vida, como los apóstoles de Jesús lo hicieron y sirven de ejemplo para aquellos que han dejado todo atrás, y así participar de su cruz de Cristo.
Ser discípulo de Jesús pide una fuerza probada a toda costa y, un celo por Cristo perseverante. Hermanos, si en toda nuestra vida nos esforzamos por vivir como discípulos de Jesucristo, de acuerdo a nuestras circunstancias, pero siguiendo estas enseñanzas de Jesús, tengamos la seguridad de que nuestra ciudadanía estará en el Reino de los cielos.
Para ser en verdad discípulos de Jesús es necesario detenerse a reflexionar sobre las exigencias concretas que encierra seguirlo, seguir sus pasos, y las fuerzas con que hemos de contar para ello. Nunca pensó Jesús en seguidores, discípulos lúcidos y responsables.
El evangelio que propone Jesús es una manera de construir la vida. Un proyecto ambicioso, capaz de transformar nuestra existencia. Por eso no es posible terminar viviendo de manera evangélica sin detenerse a reflexionar sobre las decisiones oportunas a tomar en cada momento. Vivir como lo hace el mundo ya no será posible, si se ha hecho una opción por Jesús. Los caminos del mundo no son los caminos que nos llevan al Señor: el discípulo deberá estar atento para descubrir, con la ayuda del Espíritu el camino, y seguirlo, pues seguir el camino es seguir al Señor: él es el camino (cfr. Jn 14, 6)
Nuestra tarea es entonces, buscar el camino, sentarse, contemplarlo, asumirlo y seguirlo. La maravillosa y rica experiencia de ser discípulos, se compensa con la alegría de estar cercanos a quien nos llama a seguirle sin poner la mirada en lo caminado, sino en lo que viene. Feliz domingo.
Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.
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