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“Cuatro hombres cargando a un paralítico”

Sin duda que estos portadores no son los personajes centrales de la...

19 de febrero de 2012 Por: Arquidiócesis de Cali

Sin duda que estos portadores no son los personajes centrales de la narración evangélica que hoy se nos propone: el centro es Jesús y su poder de perdonar los pecados; secundariamente, el hombre beneficiado con la curación y también, como antagonistas, los escribas que se escandalizan…Pero no está por demás fijarnos en estos voluntarios, tanto más cuando Mateo, Marcos y Lucas unánimemente nos transmiten que es gracias a su fe (“viendo la fe de ellos…”) por lo que el Maestro otorga el perdón de los pecados y la curación al paralítico. No podemos saber por el texto si eran más creyentes ellos o el hombre postrado, ni de quién vino la iniciativa de llevarlo ante Jesús, pero sí consta que entre ellos se produjo una “conspiración” de fe que se tradujo en el empeño de cargarlo, de abrir el boquete en el techo y de descender por ahí la camilla con el enfermo, justo ante el taumaturgo de Galilea.Y es justamente de aquí de donde podemos sacar enseñanza. ¡Cuánta falta hacen en nuestros días hombres de fe, que ayuden a otros a creer, que sostengan la fe de otros! En primer lugar, en el seno del hogar, en la familia: los padres, los hermanos, los amigos. También en los ambientes educativos: profesores, compañeros; en las asociaciones parroquiales, en los movimientos apostólicos…Hombres decididos, que se atrevan a hablar de Cristo, que se incomoden un poco por compartir la propia fe con los débiles y que, además, tengan iniciativa, como la tuvieron aquellos cuatro cargueros allá en Cafarnaúm, removiendo las lozas del techo para llegar hasta Jesús.

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