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Semáforos y cultura ciudadana

Qué difícil es ser alcalde y manejar subalternos de diferentes condiciones, secretarios de despacho con ambiciones políticas y muchas veces con agendas propias.

20 de junio de 2019 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Qué difícil es ser alcalde y manejar subalternos de diferentes condiciones, secretarios de despacho con ambiciones políticas y muchas veces con agendas propias. Ser justo pero al mismo tiempo no dejarse meter goles. Saber que no todos dicen siempre la verdad, y que algunos meten zancadillas y otros por la desidia toman decisiones facilistas. Qué complicado es tener una buena oficina de prensa que le informe a la opinión pública las decisiones importantes de la administración.

No puedo creer que Maurice Armitage, un ciudadano del mundo, haya avalado los comparendos por pasar un semáforo en amarillo y aún más que se le haga trampa a los ciudadanos esperando que adivinen que hay una resolución de la Secretaría de Movilidad desde el primero de marzo que dice que en Cali, única ciudad en el mundo, es una infracción penalizada con cuantiosas multas pasar cuando el semáforo está ‘advirtiendo’, pues si ese es el caso sería mejor que fuera solo rojo y verde.

En estos días caímos en la trampa y tuvimos que ir a la oficina de tránsito que después de algún forcejeo aceptó mostrar el increíble video en el que aparecía el vehículo pasando con otros carros el semáforo de color amarillo. Como era de esperar el tránsito estaba lleno de personas vociferando y con toda la razón por la injusticia de la multa. Alguien dijo que el acto administrativo estaba demandado, mientras que otros culpaban al pobre Alcalde de ‘garoso’ queriendo enriquecer las urnas del municipio a costa del engaño del ciudadano. Si aquellos que nos mantenemos informados no nos dimos cuenta del exabrupto, menos los que no tienen tiempo de leer los periódicos, ¿fue publicado? o ¿cómo se esperaba que los conductores se enteraran?

Además, Cali se ha convertido en una ciudad intransitable. El famoso pico y placa que tenía un componente ambiental para evitar el consumo excesivo de gasolina y la contaminación cada día más creciente, terminó siendo un as de burlas al permitirle a las personas comprar su derecho a contaminar, que en sí debería ser un delito grave el contribuir al cambio climático y a todos aquellos desastres que los ambientalistas continuamente nos advierten.

Si la cultura ciudadana no empieza desde la administración, cómo podemos esperar que la gente se concientice. Es también cultura ciudadana no calificar a otros como mafiosos, ladrones, narcotraficantes sin que hayan sido condenados en juicio, por eso en derecho siempre se habla de presunto y cae mal que un Presidente se refiera con esos adjetivos peyorativos a los ciudadanos y que ‘los Padres de la Patria’ también los utilicen entre sí, a lo mejor con el deseo de provocar al improvocable. Recuerdo a un miembro del Parlamento inglés, donde se miden las palabras, hablar de ser económico con la verdad para no incurrir en una calumnia diciéndole a otro mentiroso. Tampoco debemos ir al extremo de referirnos a los seres humanos como bípedos implumes, frase utilizada por alguno congresista nuestro de antaño.

Sigue en Twitter @Atadol