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También tuvo que comprar la marca para protegerla de un posible embargo y aunque no es el mejor negocio del mundo solo Dios sabe si con su instinto empresarial logre que por los menos gane muchos campeonatos y se mantenga en un punto de equilibrio.

16 de diciembre de 2021 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Por varias semanas y quizá hasta meses los caleños nos estuvimos preguntando que iba a pasar con La 14. Nos dolía que el supermercado caleño que empezó como una cacharrería en la Calle 14 en Cali llegara irremediablemente a su fin, ya fuera por malos manejos, por la competencia desaforada de los paisas o porque la tercera generación no dio la talla o más bien por los astros, ahora Saturno situado en los acuarianos les cobró su cuenta.

Algunos empresarios vallecaucanos pensaron en darles la mano, pero como dice Tulio Gómez al preguntarle qué debe hacer una persona con el dinero que se acaba de ganar en el baloto, él responde sin titubear “prestarlo a interés”. “A las personas les va bien si invierten en lo que saben”, dice Tulio y sin duda alguna era la persona indicada para encargarse del berenjenal de la 14. Tendero desde niño, uno de nueve hermanos, llegó a Cali desde su nativa Cuchilla del Salado en Caldas en 1971 a la edad de 12 años a trabajar con un tío suyo que tenía un granero en la Galería de Santa Helena, mientras hacia su bachillerato nocturno. Tulio se casó en familia de tenderos y él con Miryam, su esposa, y su cuñado hicieron de SuperInter un negocio rentable, donde se les pagaba a los proveedores a tiempo, tenían la mejor carne del mercado traída de sus fincas ganaderas en Córdoba. Inteligentemente, se lo vendieron al Éxito, antes de que este los quebrara. Salir de SuperInter no era renunciar del todo al negocio de comidas pues su esposa Miryam continuó con la Montaña un próspero Agro mercado con más de 10 sucursales.

Al analizar el problema de La 14 Tulio invitó a los proveedores no solo de abarrotes sino de papelería, de juguetes, de ropa a que entre todos le propusieran al liquidador que ellos alquilarían los locales más rentables, salvarían a los proveedores, les darían puesto a los exempleados y los caleños que nos habíamos acostumbrado a comprar en donde los nuestros lo pudiéramos seguir haciendo ahora con la ventaja de conseguir la mejor carne de Colombia.

Tulio Gómez no se ha quedado allí, tiene un bello hotel en San Andrés que naturalmente tuvo que sostener durante la pandemia pues quizá el sector más golpeado ha sido el turístico, y aunque pareciera que es una gran inversión en las dimensiones del negocio de comida él dice que es un negocito más por darle gusto a Miryam su esposa de hace más de 30 años y a sus dos hijas, también empresarias de sus negocios.

Como todos tenemos nuestro lado quijotesco, Tulio decidió salvar al América y convertirse en el mayor accionista del club de fútbol. También tuvo que comprar la marca para protegerla de un posible embargo y aunque no es el mejor negocio del mundo solo Dios sabe si con su instinto empresarial logre que por los menos gane muchos campeonatos y se mantenga en un punto de equilibrio.
Sigue en Twitter @Atadol