Columnista
Agradecido con la vida
Todo comenzó por un intenso dolor en mi espalda, a la altura de la cadera...
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5 de ago de 2025, 01:51 a. m.
Actualizado el 5 de ago de 2025, 01:33 p. m.
A finales de junio pasado fui remitido de manera urgente en la clínica Sebastián de Belalcázar de Colsanitas en Cali, por recomendación del cirujano especializado de columna vertebral Darío Fuertes, al Centro Médico Imbanaco a fin de que me trataran un aneurisma en mi arteria aorta abdominal.
Todo comenzó por un intenso dolor en mi espalda, a la altura de la cadera que, gracias al espíritu de buen observador del doctor Fuertes, quien, pese a que los resultados de la resonancia descartaron cualquier problema de columna, se inquietó con una sombra en la imagen y consideró oportuno se hiciera una tomografía. Esto permitió develar la sombra, mostrando un avanzado y grave aneurisma responsable por el intenso dolor que venía sufriendo. Inmediatamente, se comunicó con su colega de Imbanaco el doctor Diego Rivera, cirujano endovascular que activó el equipo médico vascular y paramédico de urgencias de la clínica. Ese mismo día me hicieron de manera urgente los procedimientos quirúrgicos necesarios.
Como ‘es de bien nacido ser agradecido’, en el proceso de recuperación de mi salud, doy gracias a los médicos que, yendo más allá de la sombra, hicieron realidad la oportunidad surgida para averiguar el motivo de la misma y descubrir la urgencia de actuar, lo que me ha permitido seguir con vida. Afortunadamente, contamos con excelente recurso humano e infraestructura con experiencia que pudo posibilitar, corregir e implementar los cambios necesarios en nuestro sistema de salud.
Como, por principios democráticos, soy una persona agradecida con la vida, que goza con los éxitos de los demás y que me duelen las diversas tragedias que viven las personas, así sean contrarias a mi forma de pensar, debo manifestar una vez más, y a partir de mis propias experiencias en materia de salud, que si en Colombia logramos desde el Estado una buena coordinación entre lo público y lo privado tendremos mejores servicios de salud para la población urbana y rural.
Ejemplo de ello es lo que estamos viviendo en el Valle del Cauca, con la existencia y buen funcionamiento de varias instituciones públicas y privadas como el Hospital Universitario del Valle y de centros hospitalarios como la Clínica Valle de Lili y su exitoso programa solidario, denominado ‘plan padrino’, lo mismo que Centros Médicos como Imbanaco, Dime, Clínica de Occidente, Sebastián de Belalcázar entre otros. Agregándose a ello que anualmente, solo en el Valle del Cauca, están siendo formados por instituciones educativas públicas y privadas centenares de médicos, odontólogos, enfermeras, fisioterapeutas y auxiliares de enfermería.
Esa misma realidad, que se viene repitiendo en Bogotá y en otras regiones de Colombia, es la que el Gobierno colombiano no puede desconocer en sus unilaterales decisiones en materia de salud. En tal sentido y convencido de que la salud es vida, invito a los diversos candidatos y candidatas a la Presidencia de la República en el 2026 para que nos informen públicamente cómo van a tratar los temas de la salud y de los medicamentos en Colombia.
Agradezco también a todas las personas que pacientemente han venido contribuyendo en mi proceso de recuperación, empezando por mi esposa Montse, las personas que integran mi equipo de seguridad personal y por la comprensión que han tenido algunas personas frente al no cumplimento regular de algunos compromisos contraídos, como en el caso de mis columnas semanales en el diario El País de Cali y Semana.com.
Una vez más, aprovecho el regreso a mis columnas para manifestar mis agradecimientos a todas las personas que, a nivel nacional o internacional, me han expresado sus sentimientos de solidaridad y pronta recuperación.

Exministro de Trabajo, exvicepresidente de Colombia, exgobernador del Valle
6024455000





