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¿Qué debe hacer Francia para evitar nuevos ataques?

El reciente atentado en Niza dejó en evidencia las debilidades de la inteligencia francesa, pero también es una alerta de posibles medidas rigurosas que tendrán que tomar las autoridades.

17 de julio de 2016 Por: Agencias y Redacción de El País

El reciente atentado en Niza dejó en evidencia las debilidades de la inteligencia francesa, pero también es una alerta de posibles medidas rigurosas que tendrán que tomar las autoridades.

“Los tiempos han cambiado, Francia va a tener que vivir con el terrorismo”. La frase es del primer ministro francés, Manuel Valls, y fue pronunciada el pasado viernes en medio de una reunión del gabinete del presidente Francois Hollande, luego del ataque en Niza por parte de un hombre a bordo de un camión que dejó 84 muertos, 10 de ellos niños. 

El ataque, el décimo en menos de dos años en Europa, fue protagonizado por un hombre identificado como Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, quien condujo un camión contra una multitud de franceses y turistas que celebraban la Toma de la Bastilla en la ciudad costera. 

El sábado pasado, el Estado Islámico confirmó que el responsable de los hechos era un ‘soldado’ de su causa, aunque se presume que actuó por su propia iniciativa, atendiendo las instrucciones del EI de  “pasar a la acción sin esperar órdenes precisas, y sin organización para entrenarlos o apoyarlos” 

Pero, ¿por qué Europa, un continente de potencias económicas y militares, no ha podido controlar los hechos terroristas que se llevan a cabo en su territorio?

El analista del diario inglés The Guardian, Jason Burke, señala en una columna de opinión publicada el pasado viernes que una de las principales características de los terroristas que han atacado en Francia y Bélgica, es su procedencia social. “Casi todos los que han estado vinculados a hechos violentos en los años recientes han tenido perfiles semejantes:  edades entre los 18 y 36, a menudo con anotaciones judiciales, conocidos por los servicios de seguridad, además de provenir de contextos golpeados por la pobreza y con trabajos inseguros y mal pagados”. 

De acuerdo con el analista, esta característica de los atacantes denota una de las principales causas de la radicalización de ciudadanos de origen musulmán que deriva en ataques como el de la revista Charlie Hebdo o el del café Bataclan. Se trata, dice el estudioso, de una mezcla de circunstancias. Por una lado, la herencia de resentimiento que dejó el colonialismo europeo en Medio Oriente y Norte del África,  sumada a la falta de integración  con la Europa rica de las zonas deprimidas en las ciudades, áreas en las que vive la mayor parte de la población musulmana.  

“Los jóvenes que crecen en esas condiciones se han convertido en presas fáciles para el extremismo islámico”, agregó. 

 Sin embargo, resolver las inequidades sociales de Europa es una tarea que implicará años de esfuerzos y  no aborda el problema de la amenaza yihadista desde su perspectiva más inmediata. 

 El pasado viernes, al tiempo que el presidente  Hollande se lamentaba por los hechos y declaraba tres días de duelo, Alain Juppé, exprimer ministro de Francia y uno de los candidatos de centro-derecha para las elecciones presidenciales del próximo año dijo a una emisora local: “Si las medidas necesarias hubiesen sido tomadas, esta tragedia no hubiera ocurrido”. 

Juppé hacía referencia a una serie de críticas que ha recibido desde los atentados de Charlie Hebdo, en enero de 2015, el sistema de servicios secretos  francés. De acuerdo con una investigación del Parlamento  de Francia en relación con los ataques terroristas del 2015, se pudo evidenciar  una “falla global” en los servicios de inteligencia franceses. El informe recomendó de la creación de un servicio general de inteligencia   que agrupara a todos los estamentos que actúan en Francia, siguiendo el modelo estadounidense creado después de los atentados del 9/11.

Francia actualmente tiene seis unidades de inteligencia que responden autónomamente a los ministros del Interior, Defensa y Economía. Varios países europeos adolecen de las mismas dificultades. 

 Georges Fenech, líder de la investigación del Parlamento, indicó el pasado 5 de julio, cuando fueron presentados los resultados, que “sin las múltiples falencias en inteligencia, los atentados del Bataclan habrían podido evitarse”. Fenech, junto a Christian Estrosi, presidente de la provincia   de Costa Azul, a la que pertenece Niza, hicieron un llamado para que las medidas inmediatas sean más fuertes.

César López, economista caleño con un magister en ingeniería financiera que vive en Francia desde 2005, afirma que entre los europeos y principalmente los franceses, ha empezado a crecer la demanda por aumentar los controles a las mezquitas en las cuales se enseña la sharia - Islam radical - y por permitir las escuchas telefónicas por  parte de  las autoridades.  “Sé que son medidas duras y en algunos casos se puede limitar la libertad individual. En estos momentos, por primera vez la clase política se mostró dividida. Generalmente en estos casos hay unión de los diferentes partidos por la defensa de las libertades, pero ya se están dando cuenta que hay cosas que no funcionan”, dijo.

La preocupación para algunos analistas es que las tensiones entre quienes defienden las libertades individuales en Europa y quienes piden más controles para evitar los ataques terroristas lleve a conflictos internos.  Patrick Calvar, jefe de la Dirección Francesa de Seguridad Interior, dijo a medios de ese país:  “Francia está  al borde de una guerra civil entre la derecha y los extremistas”.

[[nid:556522;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/07/000_d829k.jpg;full;{Cantos, vigilias, oraciones, flores y mensajes de solidaridad. Desde Australia a la India, España o Italia, el mundo rindió tributo a las 84 víctimas del atentado en Niza, el tercero en Francia en los últimos 18 meses.Agencia AFP}]]

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