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Nicolás Maduro se resiste a dejar el poder en Venezuela, para dar paso a unas elecciones libres y transparentes. | Foto: Agencia EFE

VENEZUELA

Poder electoral, la otra 'arma' de Maduro para dominar a Venezuela

Analistas ven difícil hacer elecciones libres mientras Maduro no se vaya. Primera tarea, formar una autoridad electoral creíble.

3 de febrero de 2019 Por: Redacción de El País

Mientras Nicolás Maduro no salga del poder y no se transforme el viciado Consejo Nacional Electoral (CNE), analistas políticos ven difícil que se realicen elecciones generales libres y transparentes en Venezuela, como lo han solicitado la oposición, la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima.

El internacionalista Enrique Serrano, afirma que Juan Guaidó y la Asamblea Nacional tienen la responsabilidad de organizarlas, pero “solo cuando la usurpación del poder se retire; de lo contrario, no es posible realizar elecciones libres”.

A juicio de Serrano, esa perspectiva equívoca de 90 días dada por la Unión Europea (UE), es un problema adicional porque “para un régimen que usurpa el poder, lo único que le queda es aceptar que se retire pacíficamente”.

El analista cita que el pasado viernes Guaidó aceptó “que solo se podrá realizar elecciones cuando se produzca un acto político donde Maduro ya no tenga el poder ni esté a cargo de las instituciones existentes, y Guaidó le conceda a la Asamblea Nacional esa potestad”, expone. De lo contrario, habría que organizarlas desde el exterior con ayuda de infraestructura extranjera. “Esas son las dos salidas”, avizoró Serrano.

En opinión de Mauricio Jaramillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, las elecciones de presidente son viables. “No estoy seguro si en el plazo que dio la Unión Europea, pero es la única salida a la crisis”.

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Obviamente que eso requiere, resaltó Jaramillo, que haya respeto por las reglas mínimas electorales, transparencia y que la oposición pueda gozar de garantías, algo que las últimas elecciones no tuvieron. “Todo depende del poder electoral (CNE) que sigue siendo afín a Maduro, y que aparentemente lo va a seguir siendo, y el de los militares. Hasta tanto ellos no acepten el llamado a elecciones serias y libres, todo es inviable”, soslayó.

¿Puede Venezuela ejecutar un proceso electoral que permita darle transparencia y legitimidad al primer presidente de la reconstrucción venezolana?, cuestiona Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

El Consejo Nacional Electoral ha perdido legitimidad, porque los últimos procesos comiciales han sido marcados por una total falta de credibilidad. Además, el CNE avaló la convocatoria organizada por Nicolás Maduro a la Asamblea Nacional Constituyente, en la cual limitó el voto universal y secreto, comenta Rodríguez.

Con esa limitación el voto dependía de pertenencias particulares –los estudiantes solo podían votar por los estudiantes, los sindicalistas solo por los sindicalistas, etc.–, “una sectorización irreal, pero que al final el CNE terminó aprobando, con lo que desvirtuó su operatividad como ente de garantía electoral”, explica Rodríguez.

Para el analista a eso ese se le suma que las elecciones de gobernaciones y alcaldías fueron bastante polémicas, porque no reconoció la victoria de los opositores. Por ejemplo, a quien ganó la gobernación del Estado de Zulia se le desconoció su derecho a ejercer el cargo por no juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente. Y quienes sí lo hicieron, se les vació de poder, al quitarles funciones y presupuesto, torciendo la voluntad popular.

Para Serrano, el orden institucional en Venezuela está fracturado hace muchos años. “Instituciones como el Consejo Nacional Electoral están viciadas, hay que formarlas de nuevo para que sea posible un organismo creíble y confiable. Esas serán tareas de las próximas semanas, ir construyendo una institucionalidad sobre la cual se pueda elegir nuevo presidente”.

Pero para eso se tiene que ir Maduro y por eso la única salida que ha pedido Guaidó es que las Fuerzas Armadas dejen de apoyarlo. “Maduro está sostenido por un hilo y ese hilo son las Fuerzas Armadas que están atadas a sus privilegios y a las prebendas que les ha dado su gobierno”, considera Serrano.

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Para ello tendría que ocurrir un cambio de fidelidad de generales y tropas, que ya están fracturadas; que la Guardia Nacional y otras instituciones militares no le obedeciesen más al dictador, y lo capturen o le permitan el exilio, alguna salida así, de facto, porque de otra manera no se pueden organizar elecciones.

“Maduro no las puede organizar, el CNE tampoco, porque fue el artífice del fraude, la sociedad no lo aceptaría. Un gobierno se constituye con lo que la sociedad acepta y la sociedad no acepta lo que hace ni lo que promueve Maduro; él se sostiene porque nadie lo tumba, por decirlo así, pues solo un 5 % de la población venezolana le sigue siendo fiel”, sentencia Serrano.

De ahí que el analista considera que Guaidó debe organizar unas instituciones paralelas que pueden diseñar y vigilar las elecciones. “En ese limbo político y jurídico de indecisión están ahora; si toman un rumbo de conformar un comité con otras personas que sean aceptadas por la sociedad, se pone en marcha el proceso, pero mientras Maduro esté ahí es muy difícil que avance o prospere”, dice Serrano.

Ya hay líderes como María Corina Machado, que habían pedido que se nombre a un nuevo consejo nacional electoral, un grupo de rectores que permita darle garantía a este proceso, obviamente con el acompañamiento internacional, declara Rodríguez.

En opinión de Mauricio Jaramillo, “las elecciones pueden llevar a despresurizar el tema político, que está por reventar, pero no son salida a la crisis económica”, y añade que para ello tendrá que haber un plan de ajuste estructural, que van a tener que convenir Gobierno y oposición.
¿Quién puede ganar? Eso depende de que haya garantías, dice Jaramillo.
Con ese llamado a elecciones a priori, pensaría que la oposición gana, si va a tener reglas claras, garantías. Hace mucho tiempo no tienen un candidato –desde Manuel Rosales– con chance de rivalizar. “Así la oposición podría traducir ese mandato con las elecciones de 2015, cuando ganó las parlamentarias, en una verdadera posibilidad de gobierno, algo que le ha sido negado sistemáticamente desde ese año”.

Una de las preguntas es cómo podrían los tres millones de migrantes venezolanos participar políticamente en la transformación de Venezuela, pregunta Ronal Rodríguez, cuando muchos de ellos representan sectores opositores. “¿Cómo organizar en el exterior las elecciones de estos ciudadanos?”, cuestiona.

“No va a ser fácil un proceso inmediato, ya el gobierno de transición está trabajando en ello, pero su éxito dependerá de poder llevar a cabo unas elecciones que permitan darle legitimidad al próximo presidente de los venezolanos”, puntualizó Rodríguez.

Candidatos

La oposición tiene muchas personas que podrían ser candidatos, lo más probable es que se presente un candidato único. Entre los de mayor credibilidad, el que guarda más afectos políticos es Leopoldo López, quien está en prisión domiciliaria.

María Corina Machado o Henrique Capriles podrían disputar la presidencia. O Henry Falcón, candidato opositor en las presidenciales del 20 de mayo, pero que para muchos no representaba la oposición, sino una opción que jugaba con el gobierno.

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