La increíble historia de la pareja que lleva 83 años juntos y ganó un récord Guinness por el matrimonio más sólido

En una época en la que las relaciones informales han tomado cada vez más ventaja y son altos los índices de soltería, la historia de Lyle y Eleanor Gittens se destaca como una muestra de amor inquebrantable.

Esta pareja de esposos, casados desde el 4 de junio de 1942, han compartido 83 años de vida, una unión que, ha día de hoy, les ha otorgado dos reconocimientos del Guinness World Records: la de “la pareja casada viva más anciana”, y “la pareja casada más longeva de la historia”.

Ambos, residentes de Miami, han construido una relación basada en la confianza, el respeto y la compañía mutua. Hoy, a sus 108 y 107 años, respectivamente, continúan juntos, recordando con lucidez cada etapa de una historia que, incluso, ha atravesado guerras, migraciones y cambios generacionales.

Así comenzó su historia

Lyle y Eleanor se conocieron en 1941 en la Universidad Clark Atlanta, en Georgia. En ese entonces, Lyle, era un destacado jugador del equipo de baloncesto, y Eleanor, una estudiante que asistió a uno de sus partidos junto a unos amigos.

Fue allí donde se conocieron, y un año después, decidieron casarse, justo cuando Estados Unidos atravesaba los años más duros de la Segunda Guerra Mundial.

Su boda se celebró el 4 de junio de 1942, durante una breve licencia que Lyle obtuvo del ejército. Poco tiempo después, él fue enviado a Italia como parte de las tropas estadounidenses.

Eleanor, embarazada de su primer hijo, se mudó a Nueva York para estar cerca de la familia de su esposo y trabajó en una empresa aeronáutica mientras esperaba su regreso.

Aunque la guerra los mantuvo separados durante años, su vínculo logró sobrevivir la distancia. Cuando Lyle volvió del frente, comenzaron juntos una nueva etapa, marcada por la estabilidad y el esfuerzo compartido, en la que también tuvieron tres hijas; Ángela, Ignae y una mayor.

Por un largo tiempo, los hoy residentes en Miami, trabajaron para el gobierno estatal de Nueva York, donde lograron construir una vida tranquila y sólida.

Para los Gittens, el amor no necesita explicaciones complejas, pues ambos fueron consultados por el portal LongeviQuest sobre cómo lograron mantener su matrimonio durante más de ocho décadas, sus respuestas fueron cortas, pero concretas: Eleanor expreso, “Nos amamos” y Lyle, con la misma serenidad, respondió, “Amo a mi esposa”.

Ambas frases resumen la sencillez de una relación que ha resistido, en definitiva, todo tiempo de situaciones. La confianza mutua, la comunicación constante y la admiración recíproca han sido pilares que les permitieron superar los retos que trae la vida.

Incluso después de jubilarse, continuaron apoyándose. Eleanor, que siempre tuvo vocación por la educación, obtuvo un doctorado en Educación Urbana en la Universidad de Fordham a los 69 años, y en 2015, tras cumplir los 100 años, la pareja se mudó a Miami para vivir cerca de sus hijas.