Mundo
Colombiana detenida por inmigración en EE. UU. denunció maltratos y abusos; esta es su historia
Nayarith Yuseth Rangel, de 20 años, contó los malos tratos que vivió durante su reclusión en dos centros de detención de inmigración, antes de ser devuelta a Colombia.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias


7 de oct de 2025, 04:01 a. m.
Actualizado el 7 de oct de 2025, 04:02 a. m.
Noticias Destacadas
Lo que empezó como un proceso de asilo político terminó en una experiencia traumática para Nayarith Yuseth Rangel Blanco, una joven colombiana de 20 años que permaneció un mes y 20 días bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), antes de ser deportada a Colombia.
Rangel fue arrestada el pasado 7 de agosto, justo después de asistir a su audiencia preliminar de asilo en Georgia. Según el testimonio recogido por medios locales, tres agentes de Homeland Security la interceptaron cuando se dirigía al ascensor del edificio judicial. La detención se produjo a pesar de que la joven tenía una nueva cita judicial programada para marzo de 2026.

Las autoridades justificaron su captura argumentando que había ingresado de forma irregular a Estados Unidos el 3 de septiembre de 2023. Sin embargo, la joven contaba con permiso de trabajo y número de seguro social, documentos que, según su defensa, acreditaban su estancia legal temporal mientras se resolvía el proceso.
Su pareja, Alejandro Limares, denunció pocos días después que Rangel permaneció más de 24 horas en condiciones inhumanas dentro de las instalaciones del ICE en Atlanta. “No le dieron comida ni su tratamiento para el asma”, señaló, alertando sobre la vulnerabilidad de su estado de salud.
Tras ese primer paso, la joven fue trasladada a dos centros de detención diferentes, donde asegura haber vivido maltratos físicos y psicológicos. En entrevista con Univisión Estados Unidos, relató: “Nos trataban como animales. Había una muchacha embarazada y llorábamos juntas todos los días. Las comidas eran terribles y el frío era insoportable”.
Rangel recordó además que sufrió fuertes dolores en el pecho por su condición asmática, pero los funcionarios desestimaron sus quejas. “Me decían que eso era estrés”, contó. También mencionó que muchas detenidas pasaban meses sin atención médica y que algunas, como una joven embarazada, perdieron a sus bebés sin recibir ayuda inmediata.

Durante su relato, la colombiana mostró la credencial de detenida que debía portar todo el tiempo dentro del centro. “Si no la tenías, no te daban comida”, explicó, agregando que los guardias la reprendían si no cumplía las reglas al detalle.
Hoy, desde su natal Cesar, la joven dice sentirse agradecida por haber sobrevivido a la experiencia, pero asegura que no olvidará el sufrimiento que presenció. “Hay muchas personas allá que nadie ayuda, que viven situaciones desgarradoras”, expresó.

Con apenas 20 años, Rangel afirma que quiere empezar de nuevo y alzar la voz por quienes permanecen detenidos en condiciones similares. “Siento que todo lo que viví me hizo más fuerte y más madura. Voy a seguir luchando por mis sueños”, concluyó con la esperanza de reconstruir su vida lejos de las rejas de inmigración.

Comunicador social y periodista de la Universidad Antonio José Camacho. Tecnólogo en Producción Audiovisual y técnico en Diseño e Integración Multimedia del SENA, además de especialista en Fotografía Publicitaria. Experiencia en periodismo de campo frente a cámara, redacción web y gestión de redes sociales
6024455000







