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comandante de la Policía, coronel José Gualdrón | Foto: Archivo El País

CALI

¿Qué hay detrás de la ola de sicariato que ha golpeado este año a Cali? Responde el Comandante de la Policía

En lo corrido del año van 127 homicidios en Cali. La cifra es igual a la del mismo periodo del año anterior.

19 de febrero de 2023 Por: Anderson Zapata Reyes / Editor de Orden 

El gran reto del coronel José Daniel Gualdrón, quien desde octubre pasado es el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, es reducir los asesinatos y hurtos y mejorar la percepción de seguridad.

En entrevista con El País explica cómo se está combatiendo el homicidio y por qué su meta de cerrar el 2023 con menos de 900 casos es viable, cuenta qué pasó con el convenio entre la Policía y Metrocali y hace un análisis de los sectores de la ciudad que más le preocupan porque aportan el 42% de los robos.

¿Qué balance hace de su gestión, luego de cuatro meses al frente de la Policía en Cali?
Es un reto llegar a una ciudad como Cali que es compleja y que tiene afectaciones en temas de homicidio y hurto. Sin embargo, hemos tenido una actividad no solamente en aspectos de intervención policial, sino también con trabajo articulado junto con otras instituciones. Nuestros policías se han puesto la camiseta para trabajar y reducir los homicidios.
Yo soy el que direcciono y genero unas estrategias, pero quienes las implementan son nuestros hombres allá en terreno y, cuando se dan los resultados, lo que nosotros hacemos es incentivar a nuestro personal a través de campañas de bienestar y manifestándole que cada día podemos hacer las cosas mejor y aportar nuestro granito de arena por la ciudad.

¿Cuál ha sido el reto más grande con el que ha lidiado?
Aquí hay una gran problemática que viene desde hace años y está relacionada con el narcotráfico. Esta problemática es la base de muchos delitos que se presentan en la ciudad, pues de allí se desprenden las lesiones y el homicidio. También hay economías ilegales que generan los gota a gota y que desencadenan acciones violentas contra la ciudadanía. La gran mayoría de los dineros de los llamados gota a gota vienen del narcotráfico.

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Van 127 homicidios en lo que llevamos del año, una cifra superior si se compara con otras ciudades capitales del país. ¿Cómo están combatiendo este delito?
Si comparamos los homicidios con el año anterior vemos que vienen con una tendencia a contención y posteriormente se verá una reducción. Para mí como comandante y para nuestros policías es importante seguir haciendo una reducción de los diferentes tipos de delincuencia en nuestra área metropolitana.

En Medellín en enero ocurrieron 29 asesinatos, mientras que Cali cerró ese mes con 84 casos. ¿Cuál es la estrategia de la Policía para cerrar esta brecha tan grande?
Desde el año pasado, junto con la Policía Judicial e inteligencia se priorizaron 10 unidades o sectores de Cali porque tenían un incremento de 52 homicidios.

Al iniciar el 2023 realizamos una revisión para ver si esos mismos lugares seguían siendo los que nos están aportando hoy en día los asesinatos y descubrimos que no lo son, por lo que debimos hacer una reingeniería y aplicar el mismo modelo del año pasado pero en otros sectores de Cali. Eso sí, hay barrios que siguen siendo complejos como El Vallado, Siloé y Decepaz.

Al priorizar estas zonas realizamos una focalización en un mapa de calor y eso nos permitió analizar el nivel del cuadrante, la dirección, el sector y qué es lo que está pasando.

Primero estamos haciendo intervenciones policiales con tomas masivas, allanamientos, búsqueda de antecedentes, pero detrás de todo, con la Secretaría de Seguridad y Justicia se han realizado intervenciones sociales con los jóvenes que integran pandillas, especialmente en el oriente de la ciudad.

¿La mayoría de las personas que asesinan tienen antecedentes?
Del 100% de los homicidios que suceden en Cali creemos que más del 85% afecta a personas que han tenido antecedentes judiciales. Por eso indicamos que la gran mayoría de estos sicariatos están relacionados con el microtráfico.

Ahora, en Cali estamos trabajando en tres aspectos. El primero es la prevención, a través de una disuasión y control. El segundo es la operacionalización de las acciones de mano de Policía Judicial e inteligencia, todo con el fin de actuar frente a los hechos que han ocurrido, esclarecer y analizar para saber qué es lo que está pasando.
Una tercera fase es la de articulación con la institucionalidad, espacio donde comprometemos a la Alcaldía, Gobernación y todas las Instituciones que les corresponde para que intervengan en temas sociales.

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La meta de la Secretaría de Seguridad es cerrar el 2023 con 800 homicidios o menos. ¿Usted tiene ese mismo objetivo o cree que es muy difícil de cumplir?
El análisis que se hace parte del hecho de que el año pasado hubo una reducción de más de 243 homicidios, todo esto en medio de esfuerzos maratónicos.

Nosotros creemos que al finalizar el 2023 podemos tener menos de 900 asesinatos. Esperemos que no haya situaciones extraordinarias.
Esto nos obliga a realizar un gran esfuerzo, desarrollar muchas más estrategias y, de la mano con nuestros policías, de su motivación y del análisis de priorización del delito comenzar a generar acciones de reducción y contención.

¿Qué pasó con el convenio entre la Policía y el MÍO, desde agosto pasado dicen que se va a firmar y todavía el sistema de transporte masivo sigue sin vigilancia?
En conversaciones y análisis por parte de ellos, nos presentaron una intención de hacer un convenio y nosotros, a través de la Dirección General y la Secretaría les informamos lo que costaba.

Esos valores se definen por medio de unas tablas que tienen unos valores por cada policía y por cada medio que se utiliza, es decir: las motos, los radios y demás. Todo tiene un costo. La que maneja el transporte masivo es una entidad independiente y la Policía no puede destinar capacidades de Cali para prestar un servicio si no hay un convenio.

Cuando se genere el convenio desde Bogotá analizan el número de personal requerido y nos inyectan los uniformados necesarios para poder cubrir el sistema MÍO.

Todo esto es con el fin de no afectar el normal desarrollo de las actividades de convivencia y seguridad en la ciudad. Estamos a la espera de que Metrocali defina el convenio como tal y se formalice la parte legal para entrar en funcionamiento.

“Veo a unos policías motivados, comprometidos con la seguridad de Cali. Muestra de ello es que el año pasado se redujeron los homicidios”.

¿Desde cuándo están analizando en Metrocali la propuesta que ustedes le enviaron?
El año pasado realizamos un primer avance y se le entregó a Metrocali unas proyecciones. En enero se les envió otro documento donde ya se les daba a conocer realmente cuánto era el costo y cuántos hombres podríamos tener por año.

El dinero recaudado no es para pagarle al policía, sino para ser invertido en la misma ciudad en temas de seguridad.

Con estos recursos se compran motocicletas, drones, elementos de seguridad, cámaras, capacitación del personal y demás.

Hace dos semanas se lanzó una estrategia para reducir el hurto, una problemática que en lo que va del año presenta un aumento de 17%. ¿De qué se trata?
Analizando la problemática de las estaciones de El Lido, La Flora, Fray Damián y Limonar nos dimos cuenta que estos sectores nos están arrojando más del 42% de los hurtos que se cometen en la ciudad. Estos delitos son contra personas que van a pie, turistas, vehículos y motos.
A través de un mapa de calor evidenciamos cuál es el lugar más afectado, el día y la hora en que más atracos se presentan.

A raíz de esto se implementó el Plan Burbuja, se llama así porque son 80 hombres con 20 motocicletas y lo que hacemos es dividirlos en dos grupos para trabajar y afectar los horarios más complicados: de 5:30 a.m. a 9:00 a.m. y de 12 del mediodía a 2:30 p.m. Una tercera franja es la comprendida entre las 5:30 p.m. hasta las 11:00 de la noche.

La idea es ocupar cada espacio con la intención de mejorar entornos, pero mantenernos y sostenernos. Al tener personal exclusivo en los barrios se podrá analizar cómo se comportan las personas del lugar, conocer a los vendedores ambulantes y poder identificar si hay personas que actúan de manera sospechosa y que son ajenas al lugar. En este sentido, se muy importante el contacto permanente con el ciudadano.
Cada dos meses se hará una evaluación al impacto que han tenido las burbujas para ver si se ha reducido el hurto o si estamos fallando en algo.

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