Mamá de Lyan Hortúa, niño que fue secuestrado en Jamundí, reveló detalles desconocidos de ese día: “No huí”

A más de cinco meses de la liberación de Lyan Hortúa, el niño de tan solo 11 años que fue secuestrado en Jamundí en mayo pasado a manos del frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, su madre, Angie Vanessa Bonilla, rompió el silencio y relató los duros momentos que vivió tras el rapto de su hijo.

En diálogo con el periodista Rafael Poveda, en el pódcast ‘Más allá del silencio’, la mujer narró cómo fue el ataque que terminó con el secuestro del menor y las consecuencias que este hecho trajo para su vida y la de su familia.

Bonilla recordó que esa noche se encontraba en su vivienda junto a sus hijos, su hermano y dos empleadas del servicio. Eran alrededor de las 6:30 p. m. cuando escucharon los primeros ruidos: “Mi hermano gritó ‘¡corran, que se nos metieron!’ y ahí empezó todo”.

Según su relato, decidió salir por la parte trasera de la casa para buscar ayuda, en medio de la confusión y los disparos. “Mi pensamiento en ese momento fue de buscar ayuda, nunca fue esconderme ni huir. Corrí porque necesitaba encontrar a alguien que llamara a la Policía. En ese momento mi único pensamiento era salvar a mis hijos”, explicó.

En su intento por llegar a una zona segura, atravesó la maleza y resultó herida. “Yo me subí a una pared y me volví nada porque había muchos chuzos. Corrí entre matorrales hasta que me desmayé de los nervios y el cansancio”, relató.

Al recobrar el sentido, fue informada por su hermano de que los hombres armados habían robado el vehículo familiar. Sin embargo, solo al revisar las cámaras de seguridad descubrieron que también se habían llevado a Lyan.

“Cuando vi que se lo llevaban con las manos arriba, fue un momento demasiado duro. Sentí miedo de no volver a verlo”, dijo.

Durante los 18 días que duró el secuestro, la familia vivió en constante angustia. Bonilla señaló que recibió acompañamiento de las autoridades, pero la información sobre el paradero del niño era escasa.

Según ella, fue la empleada de la casa, quien también fue secuestrada, pero liberada poco después del ataque, quien les pidió esperar comunicación de los captores.

El 21 de mayo, Lyan fue liberado en una zona rural. Su madre confirmó que el menor no presentó afectaciones físicas. “Se ha dicho que hubo pago de rescate, pero eso es falso. No se pagó un solo peso por su liberación”, aclaró.

Aunque la liberación del niño trajo, por una parte, alivio a la familia, Bonilla también indico que trajo grandes críticas, pues en redes sociales algunos usuarios la señalaron de haber huido del lugar durante el secuestro y de tener presuntos vínculos con organizaciones criminales.

Incluso, en algunas ocasiones se le acusó de ser testaferro de alias Diego Rastrojo, antiguo líder de Los Rastrojos.

En el podcast, Bonilla rechazó todas las versiones y explicó que fue investigada desde el primer momento. “Me arrastraron como mujer, como persona, como mamá. Dijeron que tenía propiedades y dinero, pero eso nunca fue cierto. He trabajado toda mi vida en negocios propios: boutique, joyería, asadero de pollos, icopores. Soy una mujer trabajadora, no millonaria”, afirmó.

Por último, ‘Barbie Vanessa’, como es conocida en sus redes sociales, habló sobre José Leonardo Hortúa, el padre del menor. Según relató, ella lo conoció en 2010, cuando tenía entre 19 y 20 años.

Bonilla afirmó que se enamoró de él mientras ella atravesaba una situación complicada en la salud de su mamá y sintió la empatía de él, que también estaba enfermo.

Según explicó, al inicio no sospechó de sus andanzas criminales; sin embargo, terminó por descubrirlas meses después: “Conocí esa parte de él humana, y después desligarme fue un poco más difícil. Me di cuenta de que tal vez estaba en negocios que no eran tan buenos. Supe de qué tenía orden de captura, pero ya había pasado el tiempo. Es más, ya éramos novios, llevábamos 10 meses”. contó.