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Así operaba la red de trata de personas en Argentina

La semana pasada fueron capturados en Argentina 27 colombianos responsables de esclavizar a más de 200 colombianos en Argentina.

16 de junio de 2013 Por: Por Patricia Lee | corresponsal en Argentina

La semana pasada fueron capturados en Argentina 27 colombianos responsables de esclavizar a más de 200 colombianos en Argentina.

El desmantelamiento esta semana de una red de trabajo clandestino formada y dirigida por ciudadanos colombianos, fue considerado por las autoridades argentinas como uno de los operativos más importantes realizado en los últimos tiempos contra la trata de personas y el lavado de dinero.El operativo, realizado en diez provincias del país, concluyó con la detención de 27 colombianos y el rescate de 231 trabajadores. Se decomisaron armas, municiones, divisas, vehículos y pasaportes falsificados. Entre los que encabezan la organización estaba ‘El Contador’, de apellido Vásquez Vásquez, quien fue detenido, y el jefe de la red, un colombiano de apellido Cifuentes Hoyos, sobre el cual pesa orden de captura internacional.Así operabanLa investigación se inició en noviembre de 2011, por trata de personas y lavado de dinero, y está a cargo del fiscal federal Enrique Senestrari, con sede en la ciudad de Córdoba, en donde se produjo la principal concentración de esta red ilegal. Allí se realizaron 33 allanamientos y fueron rescatadas 81 personas. El Fiscal dijo a El País, desde Córdoba, que fueron apareciendo personas que pedían asistencia. Según los testimonios recogidos, estas personas eran invitadas desde Colombia, aunque no se sabe quiénes eran sus reclutadores. “Buscaban gente de bajo nivel económico, les pagaban el pasaje, los alojaban en condiciones de miseria, con la amenaza de ser inmigrantes”, señaló Senestrari.La mayoría declaraba que eran artesanos, pero venían de turismo, sin equipaje, no traían dinero declarado, y todos iban a los mismos domicilios en la ciudad de Córdoba. Muchos venían por vía terrestre en pasajes por etapas a través de Suramérica y los esperaba una persona que llegaba al país. El objetivo era fabricar y vender muebles empujando un carro para exhibirlos entre los vecinos y vender en cuotas.Asimismo, la red le prestaba a sus víctimas hasta mil pesos por mes (veinte dólares, o cerca de cuarenta mil pesos colombianos), con 30% de interés, y obligaban a devolverlo en 65 pesos por día. “De esta manera se fue generando una pequeña cadena comercial con intereses usurarios que ponía en condiciones dificultosas a las personas que recurrían a esta banda”, señala Ricardo Echegaray, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos Afip, quien resalta el hecho de que ninguno de los miembros de la banda tenía ninguna estructura comercial legal.Todos los talleres tenían la misma conformación, porque, para Echegaray, “la intención era conocer cada plaza y armar los contactos, todo de manera ilegal” (...) Sin duda pensamos que esto pudo terminar en una red de distribución de droga”.El fiscal Senestrari coincide en que “lo llamativo es que se haya montado una organización tan extendida, con una logística tan grande, que supera ampliamente los ingresos obtenidos. Algo más estaba por pasar”.El negocio entró en crisis a partir de las medidas de control de cambios adoptadas en Argentina a partir de 2011, pues al no permitir la venta de dólares para girar al exterior, los cabecillas de la banda se quedaron sin la forma de convertir sus ganancias en divisas y sacarlas del país.

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