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El libro ‘Domesticar el elefante’ del caleño Fernando Enrique Plata fue publicado por el Grupo Editorial Penguin Random House. | Foto: Foto: El País

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'Domesticar al elefante', el libro de un caleño que le dará luces para encontrar su felicidad

El coach caleño Fernando Enrique Plata escribió un libro sobre cómo domar las fuerzas negativas del inconsciente y guiarlas hacia una vida estable y feliz. Ser un cornaca.

20 de junio de 2021 Por: María Camila Rentería / Semillero de Periodismo UAO - El País

Fernando Enrique Plata pasó de trabajar como ingeniero de sistemas a ser coach de felicidad. Aunque dejó la ingeniería, sigue siendo un hombre de ciencia. Es escéptico en sus posturas, no le gusta especular y cree más en las acciones que en los milagros. Este caleño de 54 años ha dedicado 12 años de su vida a descifrar el algoritmo de la ciencia de la felicidad. Convirtió la pandemia en una oportunidad para escribir su libro ‘Domesticar el elefante’, publicado por el Grupo Editorial Penguin Random House.

Con su obra busca democratizar la felicidad. En ella invita a cualquiera que desee tener una vida feliz a reconocer su capacidad de decisión ante las circunstancias, vengan como vengan. Además, en 2014 fundó Happy Factor, una empresa que brinda asesorías en recursos humanos sustentadas en felicidad laboral.

Desde las primeras páginas del libro manifiesta que siempre se vio a sí mismo como una persona feliz. ¿Cuál fue el punto de inflexión que lo llevó a descubrir que esa felicidad era inconsciente?

Yo nací en unas condiciones privilegiadas, en un hogar muy amoroso. Estudié en un buen colegio en Cali, me fui a estudiar en la Universidad de Los Andes. Cuando uno está en esta burbuja nunca se detiene, pasa la vida muy en automático. Mi parada fue en el año 1998, menciono esa historia en el libro, cuando un profesor nos presenta tres empresarios, hijos de prostitutas, que vienen a compartir historias de vida que uno juzgaría dificultosas, y habían logrado sobreponerse a todo eso. Para mí fue un giro de 180 grados, fue pasar del Fernando Plata inconscientemente feliz a un Fernando Plata conscientemente incompleto.

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Algunos de los ejemplos que plantea son muy personales, historias de sus padres, pareja, hermanos, hijos. ¿Cómo la familia puede ayudar o complicar la felicidad y el éxito de cada persona?

Una investigadora radicada en Estados Unidos hace un estudio sobre los factores de los que depende la felicidad y llega a un resultado llamativo: el 50% es genético, 10% circunstancias y 40% es voluntad. Uno diría “claro, es que mi papá nunca me dio amor, entonces yo tengo estas posturas duras con mis hijos”. O “nací en un estrato muy bajo donde había mucha muerte a mi alrededor, yo no puedo ser feliz”. Sé que esto es confrontador, pero ahí es donde radica el poder de decir: “claro que uno puede”.

Puede que tus hermanos, tus papás, te hagan infeliz con esa influencia del 10%, pero, en el fondo, lo que te dice esto es que no es tanto como lo estás pensando. 

Es clara la relevancia que tiene el elefante, ¿por qué decidió usar específicamente esta analogía?

Primero se iba a llamar ‘Homo felicitas’, que se traduce como el hombre que tuvo la conciencia de que pudo ser feliz. Era un nombre que me gustaba, pero cuando contraté a la editora me dijo: “te lo van a entender, pero un grupo muy pequeño”. Seguimos explorando y ella descubre un tema común en todo el libro y es el elefante. Esa analogía es de Jonathan Haidt para explicar la acción consciente y la inconsciente. La empecé a utilizar en mis facilitaciones y cuando estaba escribiendo el libro siempre salía cuando daba ejemplos para mostrar el peso tan grande que tiene la acción inconsciente. Para redondear esa analogía, la editora me hizo leer ‘El viaje del elefante’, una novela histórica donde aparece un término muy interesante del hombre que entrena un elefante: el cornaca. La experiencia humana es como un cornaca montando un elefante, y el elefante es esa acción instintiva. Empezamos a enlazar todo y el título fue saliendo.

En el libro hay ejercicios que implican una pausa y una reflexión del lector. ¿Qué reacción busca generar?

Llevo más de doce años estudiando la ciencia de la felicidad y mi estilo pedagógico es muy experiencial. El libro tiene mucho ‘storytelling’ porque cuento historias propias, pero también estos ejercicios son para que la persona diga: claro, ya entendí por qué Fernando dice esto o aquello.

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Utiliza muchos argumentos de autoridad, de otros libros y autores, incluso estudios científicos. ¿Cuánto tiempo le tomó escribir el libro?

Yo venía tranquilo en la prepandemia, tenía mis proyectos, mis clientes. Llega la pandemia, nos meten en confinamiento y en quince días me quedé parado, mirando pa’ el techo, no solo por mi fuente de ingreso, sino porque pensaba: qué hago con mi tiempo. Y esto es lo más bonito de resignificar las circunstancias. Pude acudir a lamentarme, pero mi reacción fue: “Fer, vos querés dejar este legado, compartir el mensaje, pero te quejabas de que no tenías el tiempo, aquí está tu tiempo”. Entonces a mediados de marzo de 2020 me comprometí conmigo mismo a escribir el libro, así no quedara bien hilvanado. Me senté por tres meses de 8 a 10 horas diarias a escribir. Terminé con una versión incipiente, pero coherente.

Temas como la inteligencia emocional y la búsqueda de la felicidad actualmente están en auge. ¿Cuál es el valor agregado de su libro?

El libro es una recopilación de doce años de experiencias, tiene mucho del estoicismo de los griegos, mucho del budismo, tiene terapia cognitiva conductual, inteligencia emocional y todos los pensadores modernos desde la ciencia de la felicidad. Trato de recoger todo ese conocimiento y ponerlo de forma simple en una metodología del comportamiento humano. Si al final del libro logro demostrarte que ante cualquier circunstancia podrías tener la facultad de decir confío, resignifico, cambio circunstancias y hago que las cosas pasen, ya con eso me doy por bien servido.

¿Es posible lograr transformaciones desde el yo, podría dar algunas recomendaciones?

Que pongan en perspectiva las circunstancias. Uno llega a la conclusión de que cosas malas le pasan a la gente buena, y cosas buenas a la gente mala, y eso quiere decir que las circunstancias no tienen polaridad. Esto puede ser contraintuitivo, pero se puede ser feliz en el dolor, en la tristeza, porque mi actitud no cambia. Qué bueno que los seres humanos entendamos nuestro universo de una forma más orgánica, queremos tener total control de las cosas y ese control es fantasioso.

Un eje claro del libro es la relación entre la felicidad y el poder. ¿De qué se trata ese poder del que habla?

En una conversación profunda si queremos llegar a un acuerdo no se trata de quién tiene la razón, sino cuál de nuestras formas de observar el mundo nos entrega mayor poder. Y ese poder es la capacidad de acción efectiva. Ante una circunstancia difícil, ¿qué da mayor capacidad de acción, qué abre más posibilidades: el mal genio y maldecir o reconocer mis emociones y tratar de solucionar? El libro invita a llamar al cornaca, y decir este elefante me va a llevar a acciones que me cierran posibilidades.

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