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Yoselín Echeverry Araujo, la Reina del Turismo del Valle del Cauca, ha salido en varios videos musicales de Patio 4, Luisito Muñoz y Luis Alberto García. | Foto: Aymer Andrés Álvarez - El País

ORSOMARSO

Yoselín Echeverry, la futbolista del Orsomarso que también se coronó Reina del Turismo

La joven de 19 años es admiradora de Lionel Messi, auxiliar de enfermería y cursa segundo semestre de Comunicación Social. "Se dice que el fútbol es para hombres, pero las mujeres de mi equipo de Orsomarso hemos llegado lejos", dice.

17 de enero de 2020 Por: Isabel Peláez R., reportera de El País

En el barrio Siloé, de Cali, ella era la única niña que entrenaba fútbol, pero nadie más que ella y su abuela lo sabían. Venía jugando varios partidos, sin embargo, tanto su público como su equipo desconocían que ‘Echeverry’ era una mujer.

Un día hicieron un campeonato de hombres. “Me eché gel en el cabello y me lo envolví para que se me viera muy corto, me puse un top súper apretado y entré a la cancha como niño. Estábamos jugando muy bien, iba yo de goleadora, hasta que me empezaron a atacar, me metieron una patada y se me salió mi voz de niña, se dieron cuenta de que no era un chico y me sacaron. Pero igual quedé de goleadora en el torneo de hombres”, cuenta Yoselín Echeverry Araujo, quien fue elegida recientemente como la Reina del Turismo del Valle del Cauca.

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Además, a sus 19 años, juega como delantera, desde hace cuatro años, en el Orsomarso de Palmira con un registro de 12 goles en la última temporada, en el torneo y en los partidos amistosos de preparación. Ni sus deberes de reina —como, por ejemplo, visitar los 42 municipios del Valle del Cauca y difundir la campaña en contra del abuso infantil— ni su lesión de tobillo de tercer grado, le impiden seguir entrenando todos los días, entre semana, en horas de la mañana-

Admiradora de Leonel Messi, hincha del Deportivo Cali, sueña con hacer parte de uno de los equipos femeninos. Auxiliar de enfermería con tres diplomados, ha trabajado como honker en el cuidado exclusivo de pacientes y cursa segundo semestre de comunicación social en la Universidad Católica.

Su perseverancia y sus ganas de salir adelante se las ha inculcado María Alejandra Araujo, su abuela, quien se hizo cargo de ella desde niña. “Mi hija, Martha Lucía Araujo, estando en décimo quedó embarazada, a Manuel Echeverry, el papá de Yoselín, lo mataron y mi hija decidió terminar sus estudios, yo la apoyé (es atleta) y me encargué de mi nieta”, cuenta la mamá-abuela.

“A mi nieta le he dicho que estudie, que se prepare, que tiene que ser una mujer luchadora, no dejar que un hombre la esclavice o la maneje por no tener independencia económica”, agrega María Alejandra y su nieta asiente: “Ella, quien ha sido madre soltera, trabajadora y cabeza de hogar, es mi mayor ejemplo”.

De ahí que Yoselín haya sido desde pequeña una mujer ganadora. Mientras estudió en el Eustaquio Palacios fue la representante del colegio, la personera y la reina. Pero una reina capaz de romper con los estereotipos. “En un desfile me pusieron extensiones y en la mitad de la pasarela se me cayeron, pero no me importó, pese al bullying de mis compañeros, las recogí y seguí caminando sin problema, cuando el jurado me preguntó qué había sentido en ese momento, dije que al lucir un traje típico de reciclaje mi propósito era resaltar lo natural y les hice creer que las extensiones no se me habían caído sino que las dejé caer a propósito”.

Yoselín es la tercera de cinco hermanos. Rodeada de hombres, de niña solía jugar a las canicas, los carritos y al fútbol, a pesar de que su abuela la regañaba cuando la veía jugando porque temía que perdiera su feminidad o le fueran a dañar sus piernas —ya ha sufrido varias lesiones—.

Cuando empezó en el fútbol era una quinceañera. “Mi abuela hubiera preferido que me dedicara a algo más femenino. A pesar de eso, al ver que era mi sueño, me acompañaba a los entrenamientos y ahora lo ama, porque vive lo que yo transmito, pura felicidad, cuando estoy en la cancha”.

“Fui criada con niños, ellos me enseñaron cómo patear el balón, cómo pararme, cómo definir, cómo enganchar, todo a través del fútbol callejero, al de ‘banquitas’ o ‘canastas’”, cuenta con una risa que delata su lado travieso. Ese que la llevó a mentirle a su abuela cuando la inscribió en una academia de modelaje y ella le decía que iba a las clases de pasarela, pero se iba a jugar fútbol. “Nunca perdió la feminidad”, dice orgullosa su abuela, no en vano su nieta se ganó en su equipo el sobrenombre de ‘La modelo’.

Esa abuela que antes se oponía, ahora es su mayor fan. “No todos los días jugamos igual, a veces tenemos bajones. Cuando ella me ve bajita de nota porque las demás están relajadas, me grita: ‘movete’, ‘corré’, ‘qué hacés ahí parada’”.

De pronto, Yoselín se pone seria, y asume su discurso de soberana: “como reina quiero que dejemos a un lado ese estereotipo de mujer con las curvas perfectas. Me gusta promover la belleza natural; tengo piernas gruesas, gracias al fútbol. Mi mensaje va también para las adolescentes que luchen por sus sueños, siempre”.

Lesiones y lecciones

No es la primera vez que Yoselín sufre una lesión. Pensaron incluso en operarla, pero al final lo trabajó con inmovilización y terapias.

Actualmente vive en el barrio Primavera y viaja a diario a Palmira para cumplir con sus entrenamientos.

Como modelo ha salido en varios videos musicales.

Es la segunda vez que participa en el Reinado del Turismo. En la versión anterior representó a Tuluá.

Apoya la campaña No a la Explotación Sexual de Menores, que se da muchas veces a través de turistas que ingresan al país.

Cautivó al jurado del reinado departamental del turismo por su mensaje de dejar la estigmatización de la mujer en el deporte. “Que una mujer juegue fútbol no significa que sea marimacho, podemos ser femeninas y buenas jugadoras”.

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