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Telepacífico estrena este lunes su nueva serie documental ‘Brújula paraíso’, que redescubre la belleza del Valle
Esta semana la cita es con Telepacífico, a las 6:30 p. m., para descubrir los rincones mágicos del Valle del Cauca.

21 de abr de 2025, 02:01 a. m.
Actualizado el 21 de abr de 2025, 02:01 a. m.
Por Juliana Londoño / Especial para El País
Desde este lunes, 21 de abril, se estrena en Telepacífico la serie documental Brújula Paraíso, un recorrido visual y sensorial por el Valle del Cauca, una región colombiana donde la naturaleza y las costumbres se entrelazan en paisajes de singular belleza.
Cada episodio es una travesía única, que visita lugares como Sevilla, Trujillo, La Cumbre, Anchicayá y el Páramo de Las Hermosas. A través de los ojos de personajes locales, se descubre la esencia de cada destino.
Los guías, personas apasionadas y conocedoras de sus tierras, invitan a sumergirse en sus historias y a valorar las pequeñas cosas que hacen grande la vida en el departamento.

Juan Manuel Almario, director y productor de televisión, es el director de esta serie de cinco capítulos de Telepacífico, que irá hasta el viernes 25 de abril.
¿Cuál fue la idea que quisieron plasmar en la serie?
Queríamos mostrar que nuestro departamento tiene una oferta turística muy variada. Cada capítulo tiene un enfoque diferente: visitamos el Anchicayá, donde encontramos un paraíso en biodiversidad; el Páramo de las Hermosas, para apreciar su ecosistema y paisajes; Sevilla, con su turismo cafetero; La Cumbre, que muestra el turismo de descanso y relajación; y, por último, Trujillo, como un turismo de construcción de memoria y resiliencia. La serie invita a conocer estos lugares menos explorados del Valle del Cauca.
¿Qué podrá aprender la gente?
Que no tienes que ir muy lejos para vivir experiencias extraordinarias. Lo que quiero es que la gente se motive a visitar estos municipios.

¿Qué lo sorprendió de estos lugares del Valle?
Cada día de grabación era una aventura en la que no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, pero siempre nos sorprendía la belleza de nuestros paisajes. El río Anchicayá es uno de los espacios más hermosos donde he estado: una selva en medio del Pacífico, con un río de aguas cristalinas y cientos de tonalidades de verde, donde te encuentras monos y tucanes.
También subir a la Laguna Negra del Páramo de las Hermosas y ver un atardecer rodeado de frailejones fue inolvidable.
¿Cómo fue la respuesta de la gente en los territorios?
Una de las cosas más lindas de las zonas rurales del Valle es que siempre te reciben con los brazos abiertos y una taza de café. Todas las personas nos ayudaron en esta serie. Siempre nos abrieron las puertas de sus casas. Cuando estaba haciendo la investigación y les contaba la idea, se emocionaban porque justamente escogimos sitios de los cuales no se habla mucho en términos turísticos. Para ellos era la oportunidad de mostrar la riqueza de sus territorios.
Durante las grabaciones, tuvieron siempre la mejor disposición.

¿Qué o quién es el gran protagonista de esta serie?
Cuando escribí la serie, una de las cosas que consideré esenciales era que los protagonistas de cada capítulo fueran personajes propios de la región que visitábamos. La idea era que quien narra el capítulo te lleve a conocer su propio territorio: es quien te abre las puertas de su casa. Por eso contactamos a personas con iniciativas o proyectos turísticos en cada lugar. Fue muy bonito encontrar personajes como Fabián, quien, a pesar de que su territorio vivió una situación delicada de orden público, decidió apostar por un páramo en paz y convertirse en un agente de turismo que protege la biodiversidad. Historias como estas son las que, como director, me parece muy lindo mostrar en pantalla.
¿Personalmente, qué es lo que más le gusta de este programa?
Para mí, todos estos capítulos fueron muy especiales. De este rodaje quedaron mil y una historias de las travesías que vivimos para registrar estos lugares. Visualmente, pudimos capturar momentos únicos, como uno de los atardeceres más bellos que he visto arriba en el páramo, o avistar ranitas venenosas, o ver cómo brota el agua de la tierra en el acuífero de Pavas; son escenas visualmente muy bellas. Y, por otro lado, lo que más me llevo de esta serie son las personas que conocimos en el camino, quienes sé que nos volverán a recibir en sus territorios cuando queramos regresar en el futuro, pero ya como turistas.