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El director Rupert Goold siempre pensó en Zellweger para protagonizar su película, en especial por sus semejanzas con Judy: el estrés y las críticas de Hollywood, la facilidad para los musicales y el distanciamiento del espectáculo, por salud mental. | Foto: Especial para El País

ENTRETENIMIENTO

Renée Zellweger en Judy, una estrella encarnando a una leyenda

Tras 16 años desde su primer Oscar, la actriz llega con una nominación por su actuación como Judy Garland.

19 de enero de 2020 Por: Susana Serrano / Reportera de El País

Encarnar a la que en algún momento fue considerada la mejor actriz del mundo, seguramente fue uno de los mayores retos actorales de la galardonada actriz Renée Zellweger, quien demostró estar a la altura y en lo que va del 2020 ha conseguido un Globo de Oro, un Premio de la Crítica y seguramente se llevará el Oscar por su papel de Judy Garland en la película ‘Judy’.

Una vida consumida por el espectáculo

Frances Gumm, conocida en el mundo del espectáculo y la mayor parte de su vida como Judy Garland, nunca tuvo la oportunidad de ser una niña.

Con 3 años de edad ya presentaba espectáculos con sus dos hermanas mayores y a los 13 años firmó su primer contrato con MGM, empresa que la consideraba demasiado grande para hacer los papeles de niñas o demasiado pequeña para hacer papeles de adulta.

Por este motivo le impusieron a Judy una dieta a base de sopas y lechuga, para que no subiera de peso; también le aplanaban los pechos apretando una gaza alrededor de su cuerpo y la obligaban a usar corsé. Además solían criticarla por no tener el prototipo de belleza de las jóvenes de esa época.

Su verdadera fama llegó con la interpretación de Dorothy en ‘El mago de Oz’, película que empezó a rodar un año después de empezar con las anfetaminas, que la ayudaban a resistir las jornadas de rodaje, y con las pastas para poder dormir, lo que marcó el inicio de una adicción irrefrenable.

Es recordada por sus actuaciones en musicales como ‘Meet Me in St. Louis’ y ‘Nace una estrella’, película por la que fue nominada a un Oscar.

Sin embargo, por sus problemas psicológicos y depresivos y su adicción a las drogas y al alcohol, Hollywood fue dejándola a un lado, ya que era imposible trabajar con ella.

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Su crisis financiera y la imposibildad de encontrar trabajo, la obligaron a presentarse en Londres, lugar y tiempo en el que está ambientada la película de Goold.

Garland tuvo cinco fallidos matrimonios y fue madre de tres niños, entre ellos a la aclamada Liza Minnelli, quien llegó a confesar que tuvo que rescatar a su madre de sus intentos de suicidio.

Finalmente Garland falleció en 1969, a los 47 años, por una sobredosis involuntaria con pastillas para dormir.

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Encarnar a una leyenda

Zellweger comentó en una entrevista con El País de España que cuando recibió el guión de ‘Judy’ en 2017, no entendía por qué habían pensado en ella para interpretar a la exitosa actriz.

En cambio, para el director Rupert Goold la elección parecía obvia, luego de la fragilidad que Renée había impregnado en su interpretación de Dorothy Boyd en ‘Jerry Maguire’, que era precisamente el sentimiento que Goold buscaba transmitir a la audiencia sobre la personalidad de Garland, a quien considera “un espíritu con una inocencia y opstimismo innatos y con una inmediatez emocional increíble”.

Además Goold pensó que la agobiante experiencia que había sufrido Zellweger en Hollywood, parecida a la vivida por Garland, haría que entendiera mejor los sentimientos de la Judy que debería encarnar.

Pero este mismo distanciamiento de la industria del espectáculo, hizo que se volviera un reto que la actriz aceptara el papel. Por este motivo Goold comentó que fue muy cauteloso al momento de persuadir a Zellweger para que tomara una oferta, que si hubiera sido precipitada, podría resultar abrumadora.

A pesar de haber demostrado su capacidad y talento para cantar en el musical ‘Chicago’, con un papel que le valió una nominación al Oscar, Renée no sabía si podría representar la voz y calidad de Judy.

Por ello la actriz se puso en la tarea de investigar qué tan factible le sería llegar tanto al rango vocal y como al color de voz de la mítica Garland.

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Por suerte descubrió que en las últimas actuaciones, la actriz prefería bajar las tonalidades de las canciones y esto permitió que Zellweger pudiera crear un repertorio en donde su voz se sintiera natural y a la vez correspondiera a las versiones originales.

Pero el mayor reto llegó cuando Goold le insistió en que no quería hacer playback, por lo que todas las presentaciones que aparecen en la película fueron hechas en directo delante de una audiencia.

En una entrevista con la plataforma Rotten Tomatoes, la actriz contó que el público que la acompañaba terminó convirtiéndose en su aliado y la animaban desde las esquinas, mientras cruzaban los dedos para que esa fuera la toma acertada.

Para estar lista, vocalmente hablando, para el ritmo que manejó el rodaje y hacer un homenaje digno de Garland, Zellweger trabajó durante un año con el entrenador vocal Eric Vetro, y luego ensayó cuatro meses más con el director musical Matt Dunkley.

Pero la voz no fue en lo único que tuvo que modificar Zellweger para dar vida a su personaje.

Para lograr imitar a Garland sobre y fuera del escenario, Renée trabajó con un coreógrafo y vio repetidas veces presentaciones, musicales y actuaciones en cine y televisión, con el fin de poder replicar la postura y los manerismos escénicos y personales de la actriz.

Zellweger contó que quienes le ayudaban con el vestuario no le subían el cierre del vestido, hasta que ella no tomara la característica e indolente postura encorvada de Judy. Ese, según ella, fue uno de los trucos que utilizó para recordar que debía mantenerse de esa forma durante las grabaciones.

En cuanto al aspecto físico, el diseñador de maquillaje Jeremy Woodhead, se encargó de cambiar la cara de Zellweger para acercarla más a las facciones faciales de Garland. Le extendió la nariz con una prótesis, le puso lentes de contacto de un gris oscuro, para lograr en cámara los famosos ojos castaño oscuro, y le hizo una peluca especial para imitar el icónico corte corto y el color del pelo.

Pese a su ardua labor, algunas críticas de cine, como la que apareció en la plataforma de ‘Espin of’, han comentado que Zellweger no tiene ningún parecido con Judy Garland, pero salvan que la impecable actuación de Renée, al reflejar exitosamente el pánico y el orgullo de una mujer de 47 años que adora cantar, pero es consciente de la visión idealizada que el público tiene de ella.

De todas formas Rosalyn Wilder, la verdadera asistente de Garland en su tour de Londres, laureó a la actriz y a la película en ‘L.A. Times’, diciendo “es una muy buena representación de lo que pasó y cómo pasó”.

Zellweger personalmente agradeció el haber sido parte de Judy, ya que le permitió “valorar la poca experiencia que puede tener de cómo sortear un personaje público que era un lastre para mi vida”.

Y en su discurso al recibir el Globo de Oro a Mejor Actriz dijo: “Me siento muy afortunada de ser parte de esta celebración de la importancia del legado de Judy Garland, de su humanidad, y de todo lo que nos enseñó”.

Amada por la crítica

Una actriz que lo entrega todo en cada una de sus interpretaciones, ese es el recurrente comentario de los críticos de cine, al analizar la trayectoria de Renée Zellweger en la pantalla grande.

“Es una mujer realmente extraordinaria, que nunca se ha encasillado y que cada vez que hace un papel sorprende. Si debe interpretar un personaje sublime lo hace, si es un papel de carácter, como el de Judy, también lo logra. Es una actriz que estudia mucho”, comenta Jaime Ponce, redactor cultural de RCN Radio y crítico de cine.

Además de su entrega, Zellweger también se destaca por ser una actriz de ‘método’, al igual que el también nominado Joaquin Phoenix.

“Esto significa que sigue las enseñanzas de Lee Strasberg, creador de una filosofía y sistema para abordar un personaje, que consiste en utilizar tus vivencias y emociones y colocarlas en función del personaje”, aclara José Ignacio Sánchez, director Cinemagazín.

Para él, la actuación de Zellweger como Judy, logra salvar una cinta a la que le faltó fuerza.

“Su interpretación se destaca especialmente cuando se sube a los escenarios. Como ya demostró en Chicago, se le da bien cantar y bailar en pantalla, y consigue emocionar al espectador, especialmente con la esperada ‘Over the Rainbow’ y el discurso que la acompaña. Sin embargo, en los momentos de mayor carga dramática, el exceso de tics puede desviar la atención”, critica Sánchez.

Opinión completamente distinta tuvo Jaime Ponce, que reconoció haber quedado impactado al ver la película, por la manera en que Zellweger encarna a Judy.

“Se encarga de encarnar a Judy Garland y traerla a la vida con todo lo que tuvo: su forma de hablar, sus gestos, su rostro y sus reacciones. Obviamente la puesta en escena del personaje y el vestuario la ayuda muchísimo, el maquillaje y el peinado, pero realmente sorprende y a mí me encantó”, dijo.

Para Sandra Milena Ríos, directora de CineVista Blog y crítica de Cine, el papel de Judy es el regreso perfecto para Zellweger.

“Los musicales han sido la plataforma que le ha permitido brillar. En este oportunidad su transformación física e interna para dar vida a Judy es evidente y lo demuestra en cada minuto de la producción. Su nominación y muy posible segundo Óscar, son una celebración a su esfuerzo y carrera, que, claro, no ha escapado a los tropiezos”, comenta.

Lejos del reflector

Renée Zellweger nació en el 25 de abril de 1969, curiosamente el mismo año en que falleció Judy Garland.

Su gusto por la actuación surgió en la escuela, donde participó en diversos montajes teatrales.

Estudió Ciencias de la radio, cine y televisión en la Universidad  de Austin, Texas, donde se graduó un año antes de lo habitual.

Sus primeros papeles fueron en pequeños proyectos en Texas y en Los Ángeles tuvo su salto a la fama, al protagonizar junto a Tom Cruise el súper éxito de taquilla ‘Jerry Maguire’.

Luego llegaron personajes que marcaron su carrera, como la adorada Bridget Jones o el de Ruby Thewes en ‘Cold Mountain’, que le valió un Óscar.

Pero tras una vertiginosa vida de éxitos (alcanzó a tener cinco películas en el mismo año), en 2010 Zellweger desapareció del radar.

“No veía el lado agotador de aquello, y llegó un momento en el que paré y me di cuenta de que tenía que cuidarme. Nunca es un buen momento para alejarse de increíbles oportunidades creativas, pero necesitaba crecer y desafiarme a mí misma de una manera diferente”, confesó en una entrevista con El País de España.

La actriz, una de las pocas en ganar un Bafta, un Globo de Oro, un Óscar y un Premio de la Crítica, volvió a la pantalla luego de seis años fuera, para protagonizar la tercer entrega de Bridget Jones. Poco después la contactaron para que interpretara a Judy, un papel que con seguridad le dará su segundo Óscar.

En cuanto a su vida privada Zellweger prefiere tenerla alejada de las cámaras y en repetidas ocasiones ha explicado que tampoco desea tener redes sociales, porque siente que son una afrenta contra su intimidad.

Su primer amor en el mundo del espectáculo fue con el actor Jim Carrey, con quien protagonizó la película ‘Irene, yo y mi otro yo’.

Luego salió durante dos años con el músico estadounidense Jack White y finalmente se casó con el músico Kenny Chesney. Pero las cosas salieron mal y la actriz pidió el divorcio a los cinco meses, alegando “fraude”.

Más adelante mantuvo una relación con el ahora reconocido actor y director Bradley Cooper y en 2013 comenzó un noviazgo con su actual pareja, el músico Doyle Bramhall II.

Cronología de una estrella

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El exitoso diario

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