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Las frases odiosas e inoportunas que ninguna mujer embarazada quiere escuchar

Quizás las peores son las narraciones sobre complicaciones durante el parto: “A mi prima le pasó una tragedia...”, “A una amiga le ocurrió algo terrible...”, “Yo casi me muero, y tuve tales y tales complicaciones”. Si usted ha pecado por semejante falta de tacto. ¡No lo repita jamás!

6 de mayo de 2014 Por: Redacción de El País

Quizás las peores son las narraciones sobre complicaciones durante el parto: “A mi prima le pasó una tragedia...”, “A una amiga le ocurrió algo terrible...”, “Yo casi me muero, y tuve tales y tales complicaciones”. Si usted ha pecado por semejante falta de tacto. ¡No lo repita jamás!

Aquellos consejos no pedidos -muchas veces imprudentes- que se le arrojan una mujer embarazada con el ánimo de aportarle, pueden sembrar en ella sentimientos de temor, ansiedad o inseguridad y hasta desencadenar problemas de salud. Quizás las peores son las narraciones sobre complicaciones durante el parto: “A mi prima le pasó una tragedia...”, “A una amiga le ocurrió algo terrible...”, “Yo casi me muero, y tuve tales y tales complicaciones”. “Ojalá no te pase a tí...”. Si usted ha pecado por semejante falta de tacto. ¡No lo repita jamás! “A una mujer embarazada debemos rodearla de absoluta tranquilidad, ella se encuentra en un aprendizaje diario. Debemos ofrecerle la seguridad de que todo cuanto pasa obedece a cambios fisiológicos y anatómicos normales, y que ellos van de la mano con lo sicológico. No hay que infundirle mensajes negativos porque ella vive un proceso hermoso”, advierte Denis Ostos, enfermero e integrante de la mesa central de la Casa Materna de la Secretaría de Salud y coordinador de los cursos sicoprofilácticos en el Centro Médico Imbanaco. Explica que también son perjudiciales los consejos que damos a diestra y siniestra como si todos fuéramos expertos nutricionistas: ‘Coma por dos’, es uno de ellos. “Esa frase puede conducir a la euforia en el comer, hacerle pasar los límites normales y generar en la madre patologías con relación al metabolismo de los azúcares y conducirla a la obesidad”. También hay que evitar frases como: ‘No debes hacer deporte’, ‘Dedícate a dormir’, ‘Lo que se te antoje, pídelo’, porque repercuten notablemente en la salud de las gestantes. “Lo mejor es no hacer caso de estas recomendaciones, a fin de evitar problemas con la salud. Porque ejercicio se puede hacer, la dieta debe ser saludable y hay cosas que se pueden comer de manera moderada”, anota Ostos. Las comparaciones, dejarlas para otro momento. En boca cerrada, no entran moscas.No lo repita! • ¿Es niño? Qué triste que no sea niña...• Creo que ese bebé va a nacer antes de tiempo.• ¿Por parto natural? Nunca lo vas a lograr.• Se nota que comes por dos.• Come lo quieras sin remordimiento, tienes permiso. • ¿Ya tienes estrías? Hay unas cremas buenísimas.• Si lo amamantas, recuperarás tu figura • ¡Estás a reventar! • ¿Estás incapacitada? ¿Tienes riesgo de abortar?• Las niñas se roban la belleza y la energía de la mamá. • ¿Cuánto peso has ganado?• ¿Tu esposo es muy grande?• Por el tamaño, va a ser un niño. • Espero que tus cuentas estén bien. • ¿Tu barriga fue tan grande con el primer embarazo?• ¿Otra vez embarazada? • ¡Tus pechos están enormes!• Me parece terrible que el bebé nazca por cesárea.• Con ese nombre que elegiste le van a molestar en el colegio.Tome notaPalabras positivasAsí la mujer embarazada se esté sintiendo mal, con náuseas o cualquier otro malestar, quienes la rodean deben tranquilizarla con frases como: “Vas a tener un lindo día”, “Te vas a sentir hoy muy bien, ya lo verás”, “Te ves muy linda”, “El bebé que tienes en tu vientre es un ser maravilloso”. Según Pilar Martínez, del centro Mandrágora, lo más importante es que la mamá esté tranquila porque todo lo que ella siente se lo transmitirá al bebé. “Aléjese de personas malgeniadas, rencorosas, tristes, complicadas. Tampoco es conveniente ir a lugares donde estén muchas personas agolpadas (un velorio, por ejemplo), por todas las energías que allí se concentran”, aconseja Pilar.Papá: póngase en sus zapatos Dentro del proceso de gestación es vital que el hombre comparta más con la mujer, pues eso le genera mayor seguridad. “El respaldo del hombre es único en ese momento y por eso, como compañeros, debemos evitar decir: ‘Cómo fastidias con el mismo tema’, ‘Eso les pasa a todas’. Hay que ponernos en sus zapatos, volvernos sensibles y percibir como ellas”, sugiere Denis Ostos, coordinador de los cursos sicoprofilácticos en Imbanaco. Además, es fundamental que la pareja asista a los cursos pues estos brindan herramientas claves para que la mujer aprenda a identificar cambios que hacen parte del proceso y que no los acoja con angustia. “Estas capacitaciones permiten que ellas resuelvan todas sus dudas. En esos espacios pueden verbalizar esas situaciones que les generan pánico. Si la mamá tiene a alguien que le explique todo cuanto ocurre, está más tranquila. Además, estos espacios permiten que ellas disminuyan su ansiedad y la mente se prepare para tener un parto natural o cesárea”, explica Ostos.

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