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Marcela ha contribuido a la siembra de más de tres mil Speletia o frailejones en  México, Perú, Ecuador, Venezuela,  Colombia, Tanzania, Kenia, Congo y Uganda.
Marcela ha contribuido a la siembra de más de tres mil Speletia o frailejones en México, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia, Tanzania, Kenia, Congo y Uganda. | Foto: Marcela Fernández Barreneche

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La colombiana Marcela Fernández Barreneche es la guardiana de los glaciares y los páramos en el mundo

Hablamos, en exclusiva, con Marcela Fernández Barreneche, la única colombiana en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo.

5 de diciembre de 2023 Por: Redacción El País

Esta joven creó hace cinco años la fundación Cumbres Blancas, que cuenta con más de 100 voluntarios en varios países, y ya han sembrado más de tres mil árboles frutales en Colombia, para devolverle a esta tierra lo que nos ha brindado.

Marcela Fernández Barreneche es una paisa de 33 años, que se ha dado a conocer como la guardiana de los glaciares y los páramos en Colombia y en el mundo. Recientemente fue elegida como la única colombiana en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo, según la publicación británica BBC.

¿Qué lugares ha conocido a través de su labor?

Antes ya era una trotamundos, había viajado por más de 80 países, pero desde hace cinco años viajo para encontrar los ecosistemas más frágiles; haber conocido glaciares de Ecuador, Perú, Austria y México, es lo que más alegría me ha dado.

¿Qué profesión tiene?

Yo dejé la universidad, la educación tradicional. Fundé Cumbres Blancas hace cinco años y desde hace dos soy mánager de creadores de contenido de figuras públicas y de la gran mayoría de influencers ambientales de este país, Toya Montoya, Robert Farah, María Felina, Roberto Manrique, Naturale, entre otros.

¿Su familia la apoya?

Así es, me apoya y celebra mis logros. Mi mamá trascendió el 24 de mayo, y estoy segura de que ella nos mandó la buena energía para lograr el premio. Ella me ilumina y guía en mi labor.

Marcela Fernández Barreneche fue elegida en noviembre como una de las cien mujeres más influyentes del mundo por su labor de cuidado y protección de páramos y glaciares.
Marcela Fernández Barreneche fue elegida en noviembre como una de las cien mujeres más influyentes del mundo por su labor de cuidado y protección de páramos y glaciares. | Foto: Marcela Fernández Barreneche

¿Cómo inició la ONG Cumbres Blancas?

Nació del desconocimiento, de la ignorancia, impulsado por la curiosidad, la impotencia, la frustración. Yo vi un artículo en el periódico, en este salía Jorge Luis Ceballos, el glaciólogo colombiano, y decía que Colombia tenía seis glaciares tropicales, yo no sabía ni qué era un glacial, ni qué un glaciólogo, no era montañista, no soy científica, y me causó mucho impacto no saber el estado tan crítico en que se encontraban.

Leer la palabra extinción, me causó la necesidad de actuar. Inmediatamente se me vino el proyecto a la cabeza y nació para crear expediciones científicas, de monitoreo, hacer un libro, un documental y conseguir un equipo multidisciplinario de personas que pudiéramos darle visibilidad a esta realidad y transformar nuestros hábitos por ellos. Más adelante empezamos el trabajo con la campaña Adopta un Frailejón y nos encargamos de restaurar los páramos, no solamente por los incendios, el monocultivo, la ganadería extensiva, también para llevar las personas a conocer este ecosistema y trabajar en la propagación de semillas de frailejón. Hemos creado un protocolo y una estandarización, para que de la semilla de un frailejón puedan crecer bebés de este que podamos sembrar.

¿Cuáles han sido sus logros?

Este reconocimiento no es solo el mayor logro, sino el más inesperado. Cuando nació Cumbres Blancas apareció Josué —el superhéroe de los páramos y glaciares—, quien junto a su papá, Yober Arias, director de Cumbres Blancas, se ganó un sorteo que hicimos en redes para ir a nuestra primera expedición cuando el niño tenía tan solo cinco años, sin ellos no sería posible este trabajo. Otro de los lugares a los que he llevado mi labor es a la Alpujarra, la sierra nevada de España, que tiene un glaciar.

¿Qué le han enseñado las comunidades indígenas sobre el cuidado del territorio?

El mamo con el que yo trabajo, mi padre espiritual, dice mucho que se nos ha dado la posibilidad de vivir en esta madre tierra para cuidarla y vivir en armonía con esta, y nos desconectamos de esta misión. Hay que pedir permiso y considerar sagrados los lugares a los que vamos y respetar a cada uno de los seres que forman el ecosistema, porque cada uno tiene su sitio allí. Ellos ven con preocupación que los glaciares se derritan, pero lo consideran un ciclo necesario para que ciertas emociones de esta humanidad se disuelvan y aprendamos las lecciones de la naturaleza.

¿Qué representa para la protección de los glaciares que una colombiana haga parte de la lista de mujeres más influyentes del mundo?

Yo solo soy un instrumento para que los páramos, los frailejones y los glaciares sean los que estén en la lista. Colombia tiene más del 50 % de los páramos del mundo, y menos de seis países tienen páramos, así que poseemos un patrimonio mundial que desconocemos. Tenemos más de 90 especies detectadas de Espeletia, de frailejones, y solo tres países en el mundo las tienen; somos el país más rico en variedad de especies de este.

Hace cinco años Marcela Fernández Barreneche creó la ONG Cumbres Blancas, que cuenta con voluntarios en varios países.
Hace cinco años Marcela Fernández Barreneche creó la ONG Cumbres Blancas, que cuenta con voluntarios en varios países. | Foto: Fundación Cumbres Blancas

¿Cómo ha retrocedido la extensión de glaciares en Colombia?

Cuando Cumbres Blancas nació había 37 kilómetros cuadrados divididos en cuatro volcanes y dos sierras, hoy en día, cinco años después de haber empezado el proyecto, son 32 kilómetros cuadrados. Pero en el informe que va a presentar el Ideam, la próxima semana, nos llevaremos una sorpresa. Cuando arrancamos no había desaparecido la masa glaciar del Conejeras, en el Santa Isabel, en el Poleka Kasue (volcán), que es el glaciar donde más colombianos conocieron la nieve por primera vez y donde más montañistas nacionales entrenaron. Allí nació Cumbres Blancas y el 16 de septiembre dejó de ser glaciar. Es una noticia alarmante, porque se adelantó cinco años a lo que decían los estudios. Fue monitoreado por última vez por Jorge Luis Ceballos, el glaciólogo, con Heidi Sevestre. Ese retroceso está invitando a esta generación no solo a la reflexión, también a la acción. Ocho glaciares el año pasado retrocedieron y no fueron nunca primera página, nuestros abuelos y papás ni se enteraron. Nuestro deber es darles el lugar que se merecen en nuestro corazón y en esas esferas de toma de decisiones.

¿Qué condiciones ambientales surgen de esta fuente hídrica?

En Colombia, a diferencia de Ecuador, Perú, Bolivia u otros países, no dependemos directamente del agua glaciar, son recursos y reservas hídricas, son como las neveras de un país y son un milagro por ser tropicales, pero nuestro recurso hídrico y los servicios ecosistémicos vienen es del páramo, más del 70 % del agua potable del país viene de páramos, el Parque Nacional Natural Los Nevados. La mayoría de nuestras ciudades están a menos de una hora del páramo más cercano.

¿Qué tan eficaz ha sido la política del gobierno colombiano para proteger los glaciares?

La mayoría de los políticos no han ido a un glaciar, no saben que los tenemos; no conocen la diferencia entre este y un nevado. Cuando trajimos a Heidi Sevestre (glacióloga) por primera vez al país, le hablamos al Congreso en 2019 y la mayoría de senadores no sabía que había glaciares tropicales. Después de hablar con ellos, tampoco pasó mucho, la idea era legislar a favor de ellos o hacer expediciones y visitarlos.

Todas las decisiones que se toman frente al fracking, el glifosato, o iniciativas referentes a la flora, la fauna, la diversidad y el respeto por la madre tierra, afectan a los glaciares. Tenemos muy poco presupuesto para su estudio y monitoreo, en el país hay un solo glaciólogo y las pocas tesis no se ejecutan. Cuando desapareció el glaciar Conejeras la gente no se tomó las redes sociales para hacer el duelo, como país, de la muerte de un ser sagrado, de un templo; el glaciar es el origen de la vida, la nieve son cristales que representan vida.

Frases

“Es difícil ser profeta en tu tierra y se necesita que desde afuera lo reconozcan, para valorar lo que se tiene y ojalá esto escale en tomas de decisiones y en sentirnos orgullosos de ser andinos y paramunos”.

No se trata de vernos como víctimas homicidas, sino de saber que nuestros hábitos y consumismo aceleran el derretimiento de los glaciares y unirnos a movimientos que desde la creatividad, y la unión, toman acción”.

“Yo no me he sentado a hablar con este Gobierno de Gustavo Petro ni siquiera con los directores de Parques Nacionales, es difícil por la burocracia. No tenemos un estatus como fundación de ciencia ciudadana y siempre es un proceso complicado para poder acceder a los parques y hacer nuestro trabajo de acompañamiento al glaciar desde el arte, la ciencia, la documentación, el estudio y desde lo espiritual con comunidades indígenas que también queremos visitar”.

“Yo soy una optimista testaruda, me gusta creer en la innovación, en la creatividad, en la capacidad humana de unirnos para trabajar en pro de una causa, de un movimiento, y todo lo que hagamos, así sean pequeños hábitos, el glaciar lo agradece, es como un enfermo terminal. Queremos alargar su vida, honrar la existencia de los glaciares que ya dejaron de serlo y que esto no se repita por nuestra ignorancia con otros ecosistemas”.

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