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Junior Zamora: de músico cristiano del Vallado, a la voz afro caleña más global

Un pelado de barrio que hoy es considerado Artist to Watch 2024 por Spotify, incluido en listas de Rolling Stone (como Future of Music 2025), ganador de premios como Mejor Artista Rock Alternativo Indie en los Premios Nuestra Tierra, entre otros,

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El nombre de nacimiento del artista conocido como Junior Zamora es Wilbert; él mismo ha explicado que eligió "Junior" porque le sonaba más ligero y fresco que "Wilbert".
El nombre de nacimiento del artista conocido como Junior Zamora es Wilbert; él mismo ha explicado que eligió "Junior" porque le sonaba más ligero y fresco que "Wilbert". | Foto: Sony Music

12 de dic de 2025, 02:28 a. m.

Actualizado el 12 de dic de 2025, 02:29 a. m.

Junior Zamora, el pelado del Vallado, en Cali, que de niño tocaba la batería, en las iglesias, y pronto descubrió que tenía talento más allá de sus manos: en su voz y en sus líricas; que estudió en el IPC y en Bellas Artes, que escuchó voces afro globales, y creó su propio sonido, creció hace rato, y está en las grandes ligas, representando el poder afro en la música.

Después de sus Joyas del Barrio, que le dio el reconocimiento internacional, ahora presenta un EP con poderosas canciones: Un Verano en Cali-York, trasciende la geografía y explora la identidad cultural forjada en la migración y la repetición de patrones emocionales a través de los ojos de su alterego: Jay.

Con la sabiduría que le han dado la calle y la escuela, dialoga entre el sabor y la energía vibrante de Cali y el espíritu y la vibra cosmopolita de Nueva York, reflejando cómo las ciudades se construyen a partir de las personas que las habitan.

A través de Jay, su alter ego, Junior deja atrás su barrio para enfrentarse a nuevas realidades. Y narra sus historias a través de lugares de su pasado, que hacen parte de su relato personal, con su presente y lo que esto significa a nivel emocional.

Junior, el pelado que triunfa, pero recuerda y honra sus raíces, lleva a su público a convertirse en parte de la historia que empezó en el barrio hasta un estado mental, que él llama la “J House”.

Un Verano en Cali-York es una paleta emocional que abre las puertas a un viaje musical, un mapa de la realidad de las relaciones modernas.

Hablamos de su nueva producción, de su historia, de su éxito y cómo lo celebra, con Junior Zamora, que visitó la redacción de El País, enfundado en un jean, unos botines rojos de tacón y una pañoleta cubriendo su pelo, es su otra forma de gritar: “Aquí estamos”.

¿Cómo nace Un Verano en Cali-York y cómo fusionar dos identidades tan fuertes y con tanta personalidad?

Yo vengo de hacer el disco Joyas del Barrio, con 15 canciones. Tuve la fortuna de conversar sobre el caos que proponía el Distrito, el oriente, el barrio, lo popular, Aguablanca, mi interés era sacar al personaje Jay.

Junior Zamora tiene temas como Tilín Chilin, Obvio Bien, Mala Sangre, Algo Personal, entre otros.
Junior Zamora tiene temas como Tilín Chilin, Obvio Bien, Mala Sangre, Algo Personal, entre otros. | Foto: Sony Music

Jay es su álter ego...

Ajá, mi idea es sacarlo de ese universo del barrio y ponerlo en un lugar donde él pudiera respirar, tener otro tipo de conversaciones, donde él pudiera sentirse y dejarse ver de otra manera y esa es su casa, la Jay House. Hay otra velocidad, otra intención, las letras son más sensuales, de invitaciones distintas, quién puede pasar, a quién invita o a quién no. Queremos en este EP un sonido más liviano, más cercano, más dedicable y bailable.

Me parecía interesante mostrar como Nueva York, si bien es la metrópolis del mundo, Cali es un poco la metrópolis del Pacífico, la migración que atraviesa ambas ciudades, el caos, la locura, lo cultural también y las identidades que se construyen desde la gente que viene por y pasa por ese lugar es algo lindo para mostrar en mi música. Sin que Cali necesite parecerse a nada.

¿Cómo se identifica con Jay?

Me topé con él a finales del 2023, estaba haciendo un EP, llamado Drama volumen 1, 2 y 3. Yo venía de otro personaje Wil, más egocéntrico, vestía más a la medida, siempre con el ceño fruncido y la cumbamba arriba. Y después me encuentro con Jay, un pelado de barrio, Y en ese EP dije como: “Uf, este personaje me gusta, conecta un poco con la realidad y las formas del barrio, con la cercanía de la gente y sentí una conexión entre él y la gente y dije, “Este personaje me va a acompañar”. Hice Drama, hice el disco y ahora en este EP también está Jay. El próximo año continúo desarrollándolo porque me parece que en él puedo representar cosas que un pelado del barrio puede vivir y llevarlas a una potencia mayor.

Junior Zamora tiene toda una propuesta conceptual, que incluye su forma de vestir, de lucir y de presentarse en escena.
Junior Zamora tiene toda una propuesta conceptual, que incluye su forma de vestir, de lucir y de presentarse en escena. | Foto: Sony Music

Cuéntenos precisamente de ese pelado de barrio, de El Vallado, que es usted, háblenos de esos sonidos, no necesariamente musicales, que escuchaba a su alrededor y que suenan en su música...

Sí, en en efecto, fíjate que yo menciono mucho la palabra caos y al final un poco lo popular es ese caos, ¿no? Ponele que en los lugares populares, como hablaba yo hace poco con el artista Johan Samboni, y él menciona mucho la palabra marginalidad. Y lo que se queda al margen también construye una identidad.

Es como si nosotros estamos fuera de todo lo que se supone es el margen o la ciudad, ahí está el caos de toda la sonoridad y todo lo que la gente va colocando. Me parece re lindo que decís, claro, más allá de la música del Pacífico, de la salsa choque, está el caos de las personas, de sus palabras, de la locura, la interacción con otros, las frases, las peleas, las batallas, que van influenciando a los pelados y en mi caso fue así, creando una imagen de lo que uno habita.

Sus canciones tienen ese lenguaje propio del caleño de barrio...

Fíjate que rápidamente, por ejemplo, sí, por un lado está como el slam, que hoy Cali está haciendo uso del slam y me parece rechévere. Chicos de todos los géneros, el salsero, el trapero, todos lo utilizamos, pero lo que yo pretendo hacer en mi música es una banda sonora, porque todo esto que te estoy diciendo del caos, la locura, las frases, tim, tam, construye esa película que uno sentía que estaba viviendo en el barrio: la moto que pasa, el señor que persigue al otro, los sonidos de la violencia, los disparos, todo eso es la banda sonora de mi barrio.

El EP se centra también en la búsqueda de la identidad y de la adaptación. ¿Y qué mensaje quiere transmitir? ¿Quiénes quiereque se sientan identificados con su música?

En el EP hay mucha sinceridad, cuando uno baja el ruido y el caos y está en un espacio muy íntimo, puede encontrar temas que en medio de la locura no se decide a pensar, como las relaciones o vínculos que quiere construir. Hay una frase tan contundente como: “¿Cómo sería despertar contigo todas las mañanas, todos los días?“. Es que me encanta que seas tan libre, nunca, nunca, obvio, nunca mía, una persona libre, ¿sabes? En el barrio todo el mundo, se supone, tiene dueño, y bueno, en el mundo pareciera que todos tuviéramos dueño, que esto es mío y lo que yo hago es por lo mío y tengo que pararme duro con lo mío, ¿sabes?

¿Su vida ha sido más caldo de cultivo para el amor o para el desamor? Y por tanto... sus letras a qué hacen más alusión...

Por fortuna, he sido más de amores, ¿sabe? Por fortuna de amores, pero los desamores me han marcado. ¿Por qué digo me han marcado? Porque han sido experiencias que uno dice: “Yo nunca jamás esperé que me pasara esto. Que alguien me esperara fuera del colegio para golpearme porque supuestamente yo estaba hablando con alguien que era de su pertenencia. Estas vueltas pasan.

Yo nunca esperé hacerle daño también a otras personas porque se suponía que esperaban algo más de mí, ¿no? Porque se suponía que mis señales estaban dando más información.

Los desamores son recharros porque marcan más que lo lindo, porque al final, lo lindo está todos los días y lo vas dando por sentado, que no está bien. En cambio cuando pasa algo que te choca y te hace sangrar, literal es como pana, yo voy a recordar estas historias toda la vida. Eso está más inspirador. En efecto.

¿Qué retos le representa ser uno de los nuevos grandes exponentes de la música afro a nivel global?

Mmm. sí, me apura mucho, una de las intenciones que hemos puesto sobre la mesa ha sido la necesidad de no replicar los imaginarios y las etiquetas de lo que es ser un artista afro, de lo que es ser un pelado del distrito, de lo que es ser.

Al final eso está construido en ocasiones por imaginarios o por cosas que alguien más dijo o que alguien dijo que tenía que ser. Me parece relindo que los artistas desde los afro, latinoamericanos, colombianos y demás, lo construyen a su manera con sus formas de entenderlo, con los círculos que los rodean, su familia, su música, sus raíces, con esto. También hace parte de las banderas y en las batallas que yo sí quisiera tener.

Reconstruyamos su historia, ¿cuándo llega la música a su vida o en qué momento aparece como una opción para mostrar su talento?

Siempre lo fue. Pero claro, tuve la fortuna de crecer en un hogar cristiano musical. Entonces era de domingo de iglesia y yo a mis 4 años ya tocaba batería y a los 8 giraba por iglesias tocando. como el niño baterista. A los 15 estudié en el IPC (Instituto Popular de Cultura) y luego paso a Bellas Artes.

Sí, como que nunca pensé en otra cosa que no fuera hacer música. Pensaba, si ya estoy tocando a los 8 años, voy a ser músico. Por fortuna de que mi familia me apoyara en eso, de que mamá a los 15 años me dijo “terminaste el colegio, vamos a estudiar de una, vamos a inscribirte, vamos al IPC, cómo es la vuelta, entonces”.

Empezó como músico, no como cantante...

Fíjese, yo iba a ser un músico, yo quería ser el mejor baterista, yo iba a estudiar en Argentina, iba a hacer especialización, iba a hacer giras con otros. Claro, crecí tocando la batería en la iglesia y veía el coro y decía: “Qué bien cantan”, pero tocar era increíble.

¿Y cuándo nacen las letras, la lírica, ese afán por escribir canciones?

Había parceros en el barrio con los que uno cantaba en cumpleaños, en fiestas y esto. En una ocasión, uno de ellos dijo: “Ve, es que mi novia dice que nosotros le cantamos a todo el mundo y no le canto a ella nada, escribámosle algo”. Y escribimos algo por cumplirle ese requisito de la novia de mi amigo y eso como que funcionó. Así que yo de ahí en adelante seguí escribiendo cosas. Tenía 11 años.

Tiempo después me entero que era valioso que yo pudiera componer mis letras, Había una agrupación en el barrio que se llamaban los Farandulais, Yerson y Stuard, Los Farandulay, conocidos del movimiento caleño y fuimos a visitarlos porque mis amigos sentían que ellos nos podían ayudar, “mire, somos tres, ¿qué hacemos?“. Y ellos dicen: “¿Quién de los tres es como el director de la obra?”, y ellos: Junior. ¿Y quién de los tres compone? No, pues Junior. “Ah, no, entonces este pelado hay que ayudarlo y nos ayudaron”.

Además de cantante, compositor, tiene toda una puesta en escena, un concepto estético además, un performance...

Qué lindo que lo pille porque ha sido una construcción a punta de necedad, mucha necedad. Porque siempre le dicen a uno: “Por qué estás haciendo eso tan raro, por qué te estás vistiendo eso tan raro, por qué no eres salsa, por qué no eres Pacífico, que eso ya tiene una pinta, una escena, un circuito, por qué otras cosas”. Primero, la necedad y luego, los referentes, claro. Al crecer en un hogar cristiano musical, los referentes eran gospel, blues y soul.

Cuando empiezo a estudiar me los encuentro, pero ya de manera secular. Me encuentro a Jackson Five, Michael Jackson, Usher, Nina Simone, Beyoncé, todos estos artistas muy anglosajones, afro-norteamericanos y de ahí yo convierto esos referentes en mi manera de interpretarlo latinoamericanamente, en el Distrito. Esta historia se va permeando de más gente que le ayuda a uno a construir esa imagen, la ruta, el visual, Emily, el styling y hoy por hoy soy eso, el resultado de gente que cree en mi propuesta.

Canciones: inspiración

Sagitario...

Estaba en México en un campamento me topé con cinco Sagitarios en una sala de composición, entre ellas, mi compañera. Era muy poco probable encontrarme con cinco Sagitarios, porque al final te ponen aleatoriamente. Dicen que yo soy Leo.

Surge esta canción y fíjate que cuando la lanzamos fue lo que más enganchó con el público un poco por el ritmo, por el mensaje, por las ideas: la gente quiere tener amores lindos y qué rico bailar esos amores lindos.

Cardio...

Es la apuesta más R&B que tiene el disco, honestamente es mi favorita, porque yo creo en el R&B como mi bandera, obvio latino, cantado en español. Me encanta, porque es sensual, le baja ese movimiento que trae el EP y nos pone en sintonía de lo que yo espero hacer a futuro. Está cool.

Cafecito...

Es una súplica triste que se baila. Es un recuerdo de estos que de vez en cuando te llega en flashback, es Jay en su casa en momento de la soledad. Cuando se acuesta y revisa el celular, seguramente tiene muchos recuerdos de sus amores lindos y no tan lindos.

De hecho, el epílogo de ‘Un Verano en Cali-York’ se ejecuta desde esa canción. Yo hice 30 canciones el año antepasado para que vieran la luz en el álbum Joyas del Barrio y Cafecito se quedó por fuera. Así que desde Cafecito construimos este puente.

Rico...

Rico es todo lo rico, es rojo, es pasión. Es la única colaboración de este EP, y es con Rafa Pavón desde Puerto Rico. Eh, y rico es todo lo que está bien. Me encanta la energía que tiene, me encanta lo provocativo que es. Sí, está fantástico.

Too bien...

Cerramos con esta que llegó. Bien caleña. Llegó agitada con la lengua afuera. Había hecho siete, ocho y queríamos escoger solo cuatro, pero el equipo no quería dejar por fuera a esta, así que también la hicimos parte y cuando uno la escucha, en efecto es la que da paso como al final del episodio.

Rebobinemos el cassette... Joyas del Barrio,¿ cuáles son esas joyas del barrio?

La gente y siempre la gente. Ah, quizás uno cuando ya está fuera comprende la importancia de estar rodeado por la gente que uno estuvo rodeado. Porque ellos al final de todo construyeron mucho y en parte las vueltas que uno piensa, las vueltas que uno concibe, las vueltas que para uno son innegociables, los discursos, los diálogos, los amigos.

A mí la real joya es la gente, la gente de mi barrio, la señora, la vecina que le abría la puerta de su casa a uno y lo recibía como un hijo, sin estar obligada.

¿Y vuelve al barrio a recargarse algunas veces?

Sí, mi familia sigue viviendo en el Vallado. De hecho, el domingo anterior estuvimos celebrando cumpleaños desde septiembre, octubre y noviembre, porque había estado por fuera y no había podido celebrarlos. Y estaba a vísperas de Navidad, así que uy, qué caos es el barrio, ruido por todo lado, pero en realidad, al llegar, y bajar el vidrio del carro y saludar a todos los panas y que ellos se alegren al final de verlo a uno, el barrio siempre cambia, constantemente. Uno se va un mes y cuando regresa es otro barrio, pero los que están ahí siguen sintiendo ese cariño por uno y uno por ellos. Viví allí con papá, mamá y un hermano menor.

¿Cuántos hermanos tiene?

Mamá tiene una hija, y papá tiene cinco hijos en Buenaventura, ¿no? Papá bonaverense, mama charqueña y sí, tengo la fortuna de tener a mis dos padres vivos, que eso es uno de mis mayores triunfos en la vida, la vida me ha premiado con eso. Un hermano menor también pujante, barbero del barrio y una hermana mayor que es una poderosa, es el reflejo de mi mamá, es increíble.

¿Qué significa para un pelado de barrio, ser mencionado por Rolling Stone, ser el artista para ver, según Viva Latino Spotify, y todos los títulos y reconocimientos que ya porta? ¿Cómo los recibe?

Yo hoy por hoy trato de celebrarlos, porque en ocasiones uno va por la vida diciendo, “Ah, sí, está chévere, pero”... siempre le sacas el pero, sobre todo en esta velocidad hoy por hoy de la industria en la que estoy. Siempre hay un algo más. Necesitamos más y siempre más y más. Pero no, en el 2025 me detuve mucho a celebrar esos triunfos.

Johan Samboní también es un artista de barrio y con él compartimos la idea de que cada que uno llega a estos espacios en los que se supone no deberíamos estar, y es un premio a hackear el sistema. Es como un pelado que se supone no debería estar hablando, no debería estar en la en las portadas de Rolling Stone, no debería estar en multinacionales como Spotify, llega ahí, así que hay que celebrarlo porque obvio, seguramente muchos de los que quisiéramos que estén, no van a estar ahí, no van a llegar.

Así que uno que sí puede estarlo, debe celebrar ese poder de representar, que es muy importante.

Con su estilo propio de vestirse, de peinarse, de presentarse ante el mundo, refleja una identidad, comunica su esencia, su raza, su voz...

Todo comunica. No lo pudo usted decir mejor. Claro, este es el personaje que va vas a ver en el en vivo, con sus joyas, los aretes, todo es comunicación política y al final son cosas que comunican el lugar de donde eres, siempre han dicho que ese pintado de cabello es de los maleantes, de los pelados, de lo popular, de lo malo, pero ya te ven y dicen: increíble. Es una representación y resignificación de las cosas.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.

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