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Canalón de Timbiquí, agrupación liderada por Nidia Góngora, está nominado a Mejor Álbum de Música Folclórica por ‘De mar y río’. | Foto: Especial para El País

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El disco caleño que va por el Grammy latino

Canalón de Timbiquí podría llevarse un Grammy Latino por ‘De mar y río’. Anónimas & Resilientes también cuenta con talento caleño.

9 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

Por primera vez un álbum de música tradicional del Pacífico es nominado a los premios Grammy Latinos, que se entregarán el 14 de noviembre, en Las Vegas. La proeza la logró Canalón de Timbiquí con su producción ‘De mar y río’, que aspira al galardón en la categoría de Mejor Álbum de Música Folclórica.

“Soy de esta tierra, yo soy del río, yo soy del mar, donde el agua viene y va”, canta Canalón de Timbiquí, agrupación liderada por Nidia Góngora, y que ha puesto la poderosa música del Pacífico sur del país al frente de la vanguardia del folclor, visibilizando la riqueza de esta región y el tesón de sus comunidades que se han unido para defender sus territorios y tradiciones, como la música.

“Es una noticia muy especial para todo el Pacífico colombiano. Nos llena de mucha esperanza y un mensaje positivo para todos los músicos, maestros, sabedores y las nuevas generaciones”, dijo respecto a la nominación la maestra Nidia Góngora.

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“Fue una alegría inmensa, el ver que hoy en día se le está dando un mayor reconocimiento a otro tipo de géneros musicales, se está saliendo del molde de lo tradicional y la música comercial. La música es cultura, transforma entornos, representa identidades, y en nuestro caso, la música regional pacífica está dejando en lo más alto las tradiciones ancestrales que nos arropan a nosotros las negritudes, y a todo aquel que se deje contagiar por ellas y gracias a nuestros instrumentos autóctonos, nuestro currulao y los alabaos, se viene haciendo un trabajo magnífico, dejando a Timbiquí y a Colombia en lo más alto”, agrega la maestra.

Otra de las ganancias con esta nominación es visibilizar a Timbiquí: “Era una región olvidada en el país, nadie conocía de nosotros, pero gracias a esta bonita labor de hacer país por medio de la música tradicional por parte nuestra y de los demás grupos musicales, la región ya tiene un renombre, un posicionamiento, tanto así, que en el año 2012 fuimos declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco”.

Sobre el álbum

‘De mar y río’, el álbum nominado, logró reunir a tres generaciones de las familias musicales más emblemáticas de Timbiquí, Cauca, en un disco que recorre todos los matices de una tradición profunda y enigmática.

A través de la marimba, los cununos, los bombos y el guasá, Canalón de Timbiquí cuenta, desde la espiritualidad afroamericana del Pacífico, sobre la cotidianidad de la vida rural, la contemplación de la naturaleza y la despedida a los seres queridos.

En ‘De mar y río’ participan guardianes del sonido timbiquireño como Olivia Bonilla, Emeterio Balanta, Modesta Torres y Ninfa Ocoró, herederos de un legado musical único, que acompañan a las nuevas generaciones de músicos que levantan la bandera de la música tradicional del Pacifico desde la Escuela Canalón de Timbiquí en Cali. Precisamente, Canalón de Timbiquí presentó el pasado 5 de octubre a los bogotanos su álbum en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, junto a Río Mira y a Nicoyembe.

“Con Nidia Góngora (la voz líder de Canalón de Timbiquí) siempre tuvimos una idea clara de lo que queríamos con ‘De mar y río’: reunir a tres generaciones de músicos timbiquireños para hacer un disco único que recogiera más de 15 años de trabajo del grupo”, dice Diego Gómez, el productor del álbum, perteneciente a Llorona Records.

Canalón de Timbiquí ha llevado a este municipio, muchas veces olvidado por su propio país, a grandes escenarios del mundo donde el Pacífico resulta mágico. Ejemplo de ello es en 2017 cuando llegaron al Festival Glastonbury en Inglaterra de 2017 luego de su participación en el Bogotá Music Market.

El grupo ha tenido que enfrentar la violencia del conflicto colombiano y la indiferencia del Estado durante décadas. No en vano fueron declarados por la Unesco como representantes del ‘Patrimonio inmaterial de la humanidad a las músicas de marimba y los cantos del Pacífico sur’.

Según Diego Gómez, productor del álbum ‘De mar y río’, se buscó reconocer a los maestros guardianes de la tradición y de incubar un futuro para su música motivando a las nuevas generaciones a preservarla.

Dos años tomó materializar dicho sueño, mientras se buscó al equipo definitivo que conformaría el proyecto, entre ellos Olivia Bonilla —madre de Nidia Góngora—, Emeterio Balanta, Modesta Torres y Ninfa Ocoró, todos herederos culturales del Cauca colombiano.

Se citaron en Cali, en el barrio Ciudad Córdoba, en la casa de Oliva, que es donde ensaya el grupo, revisaron el repertorio y decidieron que los 14 músicos involucrados tocarían al mismo tiempo, como si estuvieran dando un concierto, para grabar las canciones. Luego viajaron a Bogotá y grabaron en Audiovisión, gracias a una alianza con Fondo Acción. Julián Gallo, el ingeniero Stefano Pizzaia y Wilson Viveros intervinieron en la producción. La mezcla se hizo en Llorona Records, y Frank Merritt, en los estudios de Carvery Cuts, en Londres, lo masterizó.

El Caribe va por su Grammy

‘Voces del Bullerengue. Anónimas y resilientes’ está nominado en la categoría a Mejor diseño de empaque, a cargo del colectivo caleño Cactus Taller Gráfico. Se trata de un álbum producido por Manuel García Orozco, de Chaco World Music, que incluye 20 temas de la auténtica tradición bullerenguera.

Dicho trabajo nació del deseo que la cantadora Petrona Martínez expresó en voz alta un día, de hacer una rueda de bullerengue como las que se hacían antes, y Manuel García se dio a la tarea de buscar a cantadoras en la zona baja de los Montes de María que estuvieran fuera del círculo musical. Y junto a Guillermo Valencia y el tamborero Janer Amarís comenzaron a recorrer la región en busca de cantadoras que nunca hubieran grabado. Son ellas: Juana Rosado, de Evitar; Fernanda Peña y Antonio Berdeza, de San Cristóbal del Trozo; Juana del Toro, de San José de Playón y Mayo Hidalgo, Rosita Caraballo y Jaiber Perez Cassiani de María la Baja. El álbum se grabó en el estudio de grabación de la comunidad en Palenque, la primera ciudad libre de las Américas.

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