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El actor César Mora lanzará la próxima semana su nueva producción musical

El consagrado actor de teatro, cine y TV. es un músico que se ha ganado el respeto de los salseros. La próxima semana lanza su sexto álbum en Cali.

6 de octubre de 2013 Por: Meryt Montiel Lugo

El consagrado actor de teatro, cine y TV. es un músico que se ha ganado el respeto de los salseros. La próxima semana lanza su sexto álbum en Cali.

Desde niño, el actor y cantautor César Mora es un apasionado de las gafas. Hoy las usa no solo como parte de su imagen profesional como músico, sino que, como él mismo dice, se las pone “para todo”, porque “siento que es una forma de protegerme de la mala energía, de la gente envidiosa, a la que no le caigo bien. Y en el escenario no me gusta ver eso, que alguien me eche a perder mi momento, lo que más amo, que es cantar”. Así como le gustan las gafas, también le encantan los zapatos -tiene más de cien pares- y los libros, sus “compañeros maravillosos”. Por eso es que si no está actuando o haciendo música, bien puede pasarse el día en su estudio leyendo sobre literatura colombiana y latinoamericana, teatro, releyendo los libros de Gabriel García Márquez (que se los ha devorado todos) o los de grandes escritores estadounidenses como William Faulkner. Por estos días seguramente no tendrá mucho tiempo para leer porque anda a millón promocionando su sexto álbum con su orquesta María Canela: ‘Mi bendición’, en el que compuso canciones inspirado en su hijo menor César Jr., de 20 años, y en su esposa María Fernanda, ‘Mafecita’, como llama cariñosamente a la barranquillera. Antes de su llegada la próxima semana a Cali para presentar su nuevo trabajo musical, César Mora habló con El País.

¿Cuándo estará en una Feria de Cali?

Me muero por estar en la Feria de Cali. Cuando ‘Canela’ pegó yo abrí el Festival de Orquestas. Fue una maravilla. No he podido volver. Eso es muy duro y cerrado, entiendo que le dan prioridad a las orquestas de la ciudad. Pero estoy haciendo los intentos porque me lleven a cantar a Cali, vamos a ver si lo logramos.

Ha encarnado muchísimos personajes en teatro, TV y cine sin repetirse y resulta siempre creíble. ¿Cómo lo logra?

Además del talento y mi formación de 14 años en el Teatro Libre de Bogotá, para encarnar un personaje parto de la sinopsis, que me da el 50 % de lo que es el personaje. La segunda parte tiene que ver con la opinión que tiene el director de ese personaje y la otra es la que emana de la lectura y del aporte mío sobre el personaje al final y sobre lo que yo voy creando para este. Pero en ese intermedio le hago un trabajo de campo exhaustivo o no, dependiendo de su dificultad. Y además, tengo facilidad para los acentos, porque tengo memoria de músico, se me graban mucho los sonidos, la fonética, la forma de hablar de la gente. Tengo memoria visual para los libretos y trabajo muy duro por un personaje. En mi casa casi me odian porque empiezo a hablar como mi personaje todo el día. Mi hijo me dice, ‘bueno ya, ya, por favor, bájale que ya no estás trabajando’. Para estar vigente he tenido que redoblar mi esfuerzo, hacer personajes que impacten, porque no soy galán, yo soy gordo, chiquito y feo, entonces me toca esforzarme mucho (risas).

¿Qué hay de sus dos hijas mayores: María Margarita y Enka Marina?

Enka estudió Comunicación en la Tadeo, está dedicada a su carrera y a la bisutería con un éxito grandísimo. Y María Margarita es actriz, hizo carrera en la Casa del Teatro del Teatro Nacional y ahorita trabaja con una fundación cultural donde tienen grupo de teatro, hacen escuela y temporadas, no ha hecho mucha televisión. Es muy buena actriz, tiene una tendencia hacia lo humorístico.

¿Por qué dice que su hijo menor es su cable a tierra?

Yo quiero mucho a mis hijas y tengo una deuda de agradecimiento con ellas porque les tocó una vida dura conmigo. Les tocó las duras y a mi hijo les tocó las maduras. A mis hijas les tocó toda esa época de privaciones en que yo era actor de teatro, les tocó quedarse con mi mamá, que me ayudaba a cuidarlas, a mantenerlas, hasta que me enrolé con el Teatro Libre y salí a trabajar profesionalmente en la actuación, entonces empecé a ver mejor por ellas. Con mi hijo pude compartir más porque yo ya era un hombre profesional hecho y podía dedicarle más tiempo, y es con él que he tenido más tiempo de disfrutar, de hablar, de ser amigos, es la posibilidad que me dio la vida de ser padre con todo lo que eso conlleva. Mi hijo y la música vinieron a mí para salvarme, para mantenerme cuerdo, es mi bendición, como lo digo en mi álbum.

¿Y su hijo sigue siendo roquero?

No, ahorita está dedicado a la Administración, está en cuarto semestre en el Cesa, está feliz. ¿Usted es de los hombres bajitos que le pide a su mujer que no use tacones? No, yo no tengo complejo con nada de eso. A mí me encanta que se ponga tacones, que se vea linda, grandota; que se ponga minifaldas, que muestre las piernas. Me gusta que se ponga blusas con escotes, le digo que se ve chévere, bacana. Ella ha usado mucho tacón y así nos vamos de la mano: ella alta y yo bajito (risas).

Dice usted que fuera de su casa es un perro que ladra y no muerde. ¿Qué tal que llegara a morder, ’Mafe’ lo perdonaría?

(Risas). Ella me conoce muy bien, sabe como soy con las mujeres esté ella o no presente. Si llegan mis compañeras de vestuario, de maquillaje, las que trabajen conmigo las saludo con el cariño y el afecto con que las saludo a diario, les echo piropos, las molesto, les digo que cómo están de bellas y las que se ‘timbran’ son ellas, dicen “ay, perdón” y ‘Mafecita’ se les ríe y les dice, “no se preocupen. A mí me encanta que lo quieran, que lo amen, que lo abracen, que lo consientan”. El diablo que es puerco todavía no me ha puesto una tentación como para arrepentirme o decirle a ella ‘perdóname porque mordí’. Por ahora solo ladro (risas).

¿Qué lo hace salir de quicio?

La irresponsabilidad en el trabajo. Yo tengo fama de ser un bacán, pero quienes más me conocen saben que me puede molestar por ejemplo, que si mi personaje usa un anillo o una pipa no aparezcan o que los refundan. O que se me pierda algo personal. O que me toque actuar con alguien que se viene a aprender la letra en el set. O sea, con lo que tenga que ver con mi oficio no negocio para nada, soy excesivamente sectario. Ese es uno de mis defectos. Y me estoy volviendo un poco malgeniado, creo que es por cansancio y exceso de trabajo. Pulse aquí para ver la segunda parte de ese texto.

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