El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cultura

Artículo

'Mi amor', una película sobre amores tóxicos

'Mi amor' se centra en una compleja y tóxica relación amorosa. Una película inquietante que se sustenta en la actuación de su protagonista, Emmanuelle Bercot, quien ganó el premio a la mejor actriz en Cannes.

25 de septiembre de 2016 Por: Claudia Rojas Arbeláez* / Especial para Gaceta

'Mi amor' se centra en una compleja y tóxica relación amorosa. Una película inquietante que se sustenta en la actuación de su protagonista, Emmanuelle Bercot, quien ganó el premio a la mejor actriz en Cannes.

Sería fácil decir que esta es una película sobre una relación tóxica y la adicción afectiva que pueden resultarnos incomprensibles cuando las vemos a la distancia. Pero no resulta así para quien está inmerso en ellas y  asume esa dinámica vertiginosa como parte de su vida.   

Esta, más bien, es una película sobre el amor de una mujer. No hablamos de una mujer cualquiera sino de una que ama como ninguna otra. 

Pero no nos confundamos: no estamos frente a una comedia romántica, de esas cuyos finales felices nos recuerdan los cuentos de hadas y nos hacen pensar que para querer solo basta cruzar los dedos y lanzarse al vacío. Nada más lejos de la realidad.  

La película que lleva por nombre ‘Mi amor’, cuyo título original, ‘Mon roi’ (Mi rey) le va mucho mejor, nos muestra la historia de María Antonia y Georgio, su enamoramiento, su amor y su mutua dependencia.   

La trama que se desarrolla en Francia empieza con el accidente que sufre ella mientras esquía en familia. El resultado es una rompedura de ligamentos que la obliga a recluirse durante varios meses en un centro de rehabilitación en la Provincia. 

Desde allí, rodeada de médicos y otros pacientes, empezamos a conocer el pasado de esta mujer y entonces descubrimos que la pierna no es lo único   que debe recuperar. También están su vida, su cotidianidad, la relación con su hijo. 

Viajamos entonces al pasado, unos diez años atrás, donde la encontramos vital, hermosa y seductora en un bar donde se conoce con Georgio.  Él, divertido, seductor y masculino, no tarda en seducirla y entre los dos empieza una relación que, como todo lo nuevo, al principio funciona de maravilla.  

Ella camina entre las nubes de la mano de este hombre, que además de ser hermoso sabe sorprenderla en cada situación. Él también esta impactado con ella, tanto que no duda en dejar atrás a un antiguo amor, que aún suspira por él.  

Pero poco a poco las cartas se destapan.  El príncipe azul se destiñe ante los ojos de ella que, aunque por ratos se quita las gafas del encantamiento, prefiere mantenerlas puestas y seguir a su lado.  Entonces volvemos al presente donde solo están ella y su realidad.  Una rodilla que parece no mejorar y ante la cual los médicos y nuevos amigos del lugar le sugieren que se arme de paciencia.   

Así, entre los recuerdos de ella y su presente en el centro de rehabilitación, nos adentramos  más en su enamoramiento y después en su amor.  Las espirales de la magia, la sorpresa y la perfección van en descenso hasta lo más sórdido y oscuro de las mentiras y el sufrimiento.  Bien dicen que el dolor no se escoge pero que el sufrimiento sí.  Tal cual. Aquí la máxima se cumple en una mujer que quiere liberarse pero no lo consigue.  

Nada demasiado raro ni para el cine ni para la vida real.  Por eso ‘Mi amor’ puede resultar para muchos aburrida, repetida y hasta estática. Y de alguna manera lo es. Pero acaso, ¿no tienen esos componentes todas las relaciones? 

La película cuya dirección está a cargo de la actriz Maiwenn Le Besco (‘El perfecto asesino’, ‘El quinto elemento’) tiene mirada femenina ante  un conflicto compuesto de certezas e infortunios. Y es en esa mirada donde está la fuerza que puede sacudirnos: primero con las actuaciones de una grandiosa Emmanuelle Bercot (ganadora de varios premios, incluido el de mejor actriz del Festival de  Cannes) y Vincent Cassel (‘El cisne negro’, ‘El odio’) y después por su honestidad narrativa que no pretende contarnos eventos extraordinarios para mantener nuestra atención desde la humanidad.  

Aquí no hay buenos ni malos. Como en la vida, las personas son lo que pueden ser, no lo que quisieran. Él es poseedor de un encanto natural que lo domina y ella sucumbe ante él sin  querer evitarlo.  Ni víctima ni victimario,  la vemos confundirse y perderse en los excesos del amor.  Pero aquella entrega se transforma en una adicción que no logra superar con la distancia, tampoco con las bofetadas que le da la realidad.   

Las exigencias de parte de ella se quebrantan, y la aceptación incondicional de un amor que le pertenece a medias.  Georgio es un personaje ambiguo, alguien a quien reconocemos como parte de nuestra realidad, alguien que no podemos odiar, porque es su esencia la que lo domina. 

Así es la película que Maiween nos propone, una historia femenina que se narra con secuencias íntimas y pasiones desbordadas con una cinematografía natural y poco pretenciosa. Esta es una trama que se centra en los cambios profundos, pequeños a la vista de todos pero trascendentales para quien los padece.  'Mi amor' es una búsqueda de respuestas que emerge desde la debilidad. Una película que a pesar de no ofrecer un gran drama de giros inesperados nos demuestra que, a veces en el cine, lo insignificante para algunos es poderoso para otros.

 

*Docente Universidad Autónoma de Occidente. @kayarojas

AHORA EN Cultura