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La vida de Xavier Cugat, 'el rey de la rumba', en el lanzamiento del Festival de Cine

‘Sexo, maracas y chihuahuas’ se proyectará hoy en el Teatro Jorge Isaacs a las 6:30 p.m.

18 de octubre de 2016 Por: Catalina Villa | Especial para El País

‘Sexo, maracas y chihuahuas’ se proyectará hoy en el Teatro Jorge Isaacs a las 6:30 p.m.

Violinista precoz, caricaturista de Los Angeles Times, director de orquesta en Las Vegas, arreglista de Ernesto Lecuona, presentador de galas navideñas en Roma, criador de chihuahuas y marido de cinco bellísimas y talentosas mujeres con quienes saboreó las mieles de la fama en Hollywood a lo largo de casi cinco décadas, Xavier Cugat no tuvo tiempo, en sus 90 años de vida, para el aburrimiento. Catalán, nacido en Gerona, Cugat fue criado en La Habana bajo el embrujo de los ritmos afrocubanos que no le dejaron más opción que convertirse en músico. Con apenas 14 años emigró a Estados Unidos en busca del sueño americano.  Y aunque no hablaba ni una palabra en inglés y tuvo que hacer del Central Park su dormitorio provisional, llegó a convertirse en el único español con cuatro estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood. Cugat fue apodado ‘The Rumba King’.  Por qué, entonces, fue tan desconocido en España. Por qué aún hoy su nombre dice tan poco a las nuevas generaciones. Esa fue una de las preguntas que intrigó al director de cine español Diego Mas Trelles a quien, de tanto en tanto,  Cugat se le aparecía en forma de ‘fantasma’.  “Yo admiraba a Cugat desde muy joven, producto de la cinefilia. Me llamaban la atención esas películas de los años 40 y 50 en donde él hacía el papel de sí mismo. Luego, con el tiempo, iba descubriendo datos como que Karl Lagerfeld incluyó tres de sus canciones en una antología de la música de su vida;  que Vanessa Paradis lo mencionaba en ‘Joe le taxi’ o que  Woody Allen lo imitaba al cargar un chihuahua en la mano mientras dirigía una orquesta. Lo curioso es que si ibas a buscar su música, no encontrabas nada en España. Nada”. De allí nació la idea de grabar ‘Sexo, maracas y chihuahuas’, la película que hace un recorrido por la vida de este artista cuyo mérito principal fue el de haber popularizado la música latina en Estados Unidos.  Con ese documental, que ya ha viajado por Francia, España, Alemania  y Polonia, se estrenará hoy el VIII Festival Internacional de Cine de Cali,  en el Teatro Jorge Isaacs.  Hablamos con el director Diego Mas Trelles:  Diego, ¿por qué, si era tan famoso Xavier Cugat, nadie había contado su historia antes? Fíjate que al empezar la producción del documental, descubrí que había habido, por lo menos en España, cuatro intentos de largometrajes de ficción sobre su vida que nunca se habían terminado. Y creo que el inconveniente principal era que como vivió 90 años y abarcó muchas décadas de historia, era muy complicado contar toda su vida. En una película de ficción su vida hubiera requerido hacer reconstrucciones de varias épocas muy diferentes, lo que es costosísimo, sumado a los derechos musicales. Además, yo creo que esas películas en las que se sigue un personaje desde que es pequeño hasta que envejece, tienes que tener un muy buen actor o de lo contrario, siempre falla.  Yo, sin embargo, consideraba que la mejor forma de contar su vida era a través de un documental.   La idea original de ‘Sexo, maracas y chihuahuas’, sin embargo, era otra: que el mismo Cugat fuera narrando su historia… Sí, que él la contara a través de imágenes de archivo. Pero en todas las grabaciones que fuimos encontrando él no contaba todo o repetía siempre las mismas historias y había momentos de su vida que no estaban contados. Esto hacía necesario incorporar a gente que incluyera  partes que él callaba o que no le parecían importantes. Y hacer  la película a base de imágenes de archivo era impresionantemente caro, porque  hay muchos derechohabientes, con lo cual era muy difícil negociar con todos.  Es claro el interés que tiene el documental en trazar el rol de Cugat como difusor de la música latina. Sin duda. Su trabajo empieza con la música cubana hasta llegar al latin jazz contemporáneo.  Su influencia fue muy fuerte en esos ritmos. Otra de las razones para incluir varias voces en el documental era  sentar opiniones sobre el rol de Cugat. Con Tito ya fallecido, fue importante tener la opinión de Chucho Valdés para que trazara esa línea, y más siendo Chucho cubano y que además conocía la historia de Rita Montaner, la primera mujer de Cugat que fue una gran cantante cubana. Sorprende la vida de Cugat. ¿Cómo logra un chico de 14 años que llega a Nueva York sin un peso, convertirse en el rey de la rumba de Hollywood? En efecto Cugat duerme al principio en el Central Park porque no tiene dónde pasar la noche, y toca violín en algunos restaurantes a cambio de la comida.  Empieza a hacer caricaturas y a venderlas,  hasta que un periodista de Los Angeles Times ve su trabajo y lo contrata como caricaturista. Allí empieza a hacer muchos trabajos en el diario y conoce a Chaplin, quien lo pone en contacto con Rodolfo Valentino para que toque música en la escena famosa de tango que él baila. Aunque la película era muda, Valentino necesitaba bailar al ritmo. Cugat conformó entonces una pequeña orquestica. Ese fue su inicio. Luego vienen los bares, los salones de baile, los grandes casinos de Las Vegas, la radio, Al Capone… Sí. Creo que fue un proceso que fue sumando cosas. Él empieza a ser conocido como director de orquesta y luego en la radio. En aquella época las orquestas tocaban en vivo en la radio, y luego de eso ya empieza a vender discos. Pero cuando hace cine ya era muy famoso. El cine se interesa por él como personaje porque ya era conocido, y él empieza a tener las orquestas en Las Vegas en donde inaugura varios casinos, el Ceasar’s Palace, de hecho. También estuvo en el Waldorf Astoria en Nueva York.  Y sí, hablaba con naturalidad de su relación con Al Capone, para quien trabajó  como músico. ¿Cómo logró hacer tantas cosas a las vez? Cugat debía ser muy simpático y tenía muy buenas relaciones públicas, lo cual sumado a su talento musical como arreglista y a su ojo para detectar otros talentos, llámese Frank Sinatra, Rita Hayworth, Jerry Lewis o hasta el mismo Woody Allen. Procuraba mantener esa marca viva y por eso se inventaba lo de los chihuahuas, o aparecía con una pipa aunque no fumara o aparecía con camisas estilo hawaiano para llamar la atención. Esa fue su gran habilidad.  Fue polifacético también dentro de la misma música… Él fue evolucionando mucho. Primero tuvo esa gran influencia de la música cubana, aunque su primera orquesta fue de tangos argentinos. Después empieza a incorporar los ritmos cubanos, el cha cha chá, la rumba, el mambo, el merengue y luego, en los años 40, empieza a incorporar la música brasileña. Es más, en su afán por difundir o trabajar por la música latina, no sé si adaptó vallenatos, no lo recuerdo, pero sí arregló joropos venezolanos y rancheras mexicanas.  Por qué fue tan desconocido en España. ¿Acaso su estilo de vida hedonista chocaba con la conservadora España de la época franquista? Yo creo que sí. Pero por otro lado la sociedad española por esos años estaba bastante desinformada de lo que sucedía afuera. Y, como si fuera poco, era tal el nivel de lo que Cugat contaba que yo creo que no le creían, aunque ya era muy famoso internacionalmente. En los años 60 se fue a vivir a Roma con una de sus esposas (se casó 5 veces) y tenía un programa en la televisión y hacía galas de año nuevo. Vendía miles de discos en Japón, estuvo en China, obviamente estuvo de gira en Colombia. Pero yo creo que cuando estaba en España y contaba que había estado con tanto actor famoso, no terminaban de creerle.   En todo caso, quitando todo eso de la fama y el espectáculo, Cugat se merece entrar a la historia universal del cine por haber hecho el primer cortometraje sonoro. Eso, además de su aporte a la música.

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