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La superestrella del pop Britney Spears tomó una "pausa indefinida" en su carrera desde el 2019. | Foto: Foto: AFP

BRITNEY SPEARS

Britney Spears: el drama que tiene 'encarcelada' a la princesa del pop

La cantante estadounidense está luchando por recuperar su libertad, tras 13 años bajo la tutela de su padre, Jaime Spears, a quien acusa de abusivo.

4 de julio de 2021 Por: Susana Serrano, reportera de El País

Como si se tratara de la historia real en la que se basó la película ‘I care a lot’, de Netflix, Britney Spears ha vivido durante los últimos 13 años una historia de terror, tras quedar atrapada en la red de una tutela legal. Esto luego de una serie de eventos en 2007 y 2008, que hicieron creer a las autoridades que la cantante era un peligro para si misma y debía estar bajo el cuidado de un tercero, en este caso, su padre Jaime Spears.

Lo que comenzó a los 26 años de la princesa del pop como una tutela temporal, ya va en 13 años y en este momento, la estrella estadounidense está luchando para liberarse de una ‘protección’ que considera que ya no requiere y que le ha causado más problemas que soluciones.

El comienzo del fin

2007 fue un año fatídico para la imagen de esta diva del pop. Problemas personales y psicológicos hicieron que la cantante tomara decisiones que la harían parecer ante el mundo como una loca, que necesitaba estar bajo la custodia de alguien. Raparse la cabeza, atacar el auto de un paparazzi con un paraguas y una interpretación de ‘Gimme More’ en los MTV Video Music Awards de ese año -que fue ridiculizada por los medios de comunicación y el público-, fueron el punto de partida de la pérdida de la libertad de la celebridad.

Al siguiente año Spears fue cobijada bajo una tutela, supuestamente temporal, en la que el padre de la cantante argumentaba que su hija sufría de una “enfermedad relacionada con la demencia”. Pese a que la intérprete de ‘Toxic’ quiso luchar en contra de esto, los obstáculos legales le impidieron conseguir un abogado y finalmente quedó en manos de una tutela que ese mismo año se convirtió, silenciosamente, en algo permanente.

Sin embargo, el trabajo de la estadounidense como cantante nunca se detuvo y durante los últimos 13 años ha lanzado tres álbumes, realizado una exitosa gira en Las Vegas, ha hecho numerosas apariciones en televisión, incluida una temporada como juez en el programa X Factor, y giras mundiales de seis o nueve meses.

La también empresaria y diseñadora de moda, que salió hace poco a contar su verdad luego de tantos años de silencio, hizo hincapié en este hecho, argumentando que si estaba bajo una tutela como esta no tendría que trabajar (no debería poder según su condición médica). Y el único motivo por el que considera han hecho que continuara con sus labores como cantante, ha sido porque su padre y todas las personas que hay detrás de esta tutela, la están utilizando como una mina de oro, de la que ella no ve las ganancias.

“Aquí no estamos culpando solamente al padre de Britney, esto es un colectivo gigante que va hasta la mismísima ley de los Estados Unidos, donde hay un bache sobre los derechos de una persona y una gran corrupción en estas tutelas (bajo las que están Britney). Hace poco salió una película en Netflix, que se llama ‘I care a lot’, en la que se muestra como este mundo de las tutelas está lleno de corrupción y hablamos de abogados que ganan dinero mensualmente solo por personas como en el caso de Britney, que se mantienen bajo una tutela que a lo mejor no necesitan”, explica Laura Beracasa, periodista de entretenimiento.

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Es por eso que, entre los fanáticos de la princesa del pop, solicitan a las personas no ‘consumir’ a Britney Spears, no poner sus canciones, sus videos o cualquier cosa que le genere una ganancia a la marca Britney (que en 2016 Money Nation estimó que valía 267 millones de dólares), para que su padre y todo el que está detrás de la tutela, dejen de explotar a la cantante. De hecho, la misma artista ha dicho públicamente que no cantará más, hasta que no se encuentre en libertad de la tutela, porque ya no quiere que sigan aprovechándose de su talento, sin que ella pueda ver los beneficios de su arduo trabajo.

“Básicamente esta tutela me está perjudicando más que beneficiándome. Me merezco tener una vida. He trabajado toda mi vida”, dijo la cantante la semana pasada en una audiencia telefónica donde contó por primera vez su versión de la historia. “Sólo quiero recuperar mi vida. Han pasado 13 años y es suficiente”, agregó Britney, quien, entre otras prohibiciones, no puede relacionarse con libertad con quien quiera, actualmente no podría casarse con su novio Sam Asghari ni tener hijos con él, como es su deseo.

El movimiento #FreeBritney

Si algo han demostrado las redes sociales es que son capaces de sacar a la luz hasta los secretos mejor guardados. Ese fue el caso del movimiento #FreeBritney o #LiberenABritney que se ha encargado de criticar abiertamente la tutela bajo la que está cobijada la cantante.

Todo empezó en 2009, cuando de manera rudimentaria en un sitio web los fans de Britney juzgaban la tutela. Pero nadie hizo caso en su momento, ni siquiera cuando el padre de Britney intentó cerrar la página para ‘silenciar’ el rumor que parecían sin fundamentos. Hasta que en 2019 el movimiento #FreeBritney tomó impulso, porque el espectáculo para ocultar la verdadera situación de la artista empezó a caerse.

“El punto de quiebre fue 2019, cuando Britney va a empezar una nueva residencia en Las Vegas y supuestamente no la hace, porque su padre tiene problemas de salud y el tema familiar la tiene abrumada. Pero todo sale a la luz realmente cuando James Parnell Spears, padre de la cantante, tuvo un altercado con Sean Preston, el hijo mayor de Britney; y debieron pedir una orden judicial del nieto en contra del abuelo. De hecho, (a inicios del 2020) Jayden, el otro hijo de Britney, alcanzó a hacer en Instagram un en vivo -que después mágicamente se borró-, en el que decía que su abuelo era lo peor. Ahí es cuando los fans se dan cuenta que algo no está bien y empiezan a indagar un poco más”, explica Beracasa, y empiezan a ser verdaderamente escuchados.

Por su parte, James Spears, quien durante muchos años había intentado silenciar a los fanáticos que criticaban la tutela (cerrando páginas de fans, por ejemplo), salió a los medios de comunicación a decir que el movimiento #FreeBritney era una teoría conspirativa y una broma, y negaba que él o cualquier otra persona estuvieran robando dinero de la propiedad de Britney. Pero el espectáculo ya tenía demasiadas fugas, porque en 2020 el hermano de Britney, Bryan, también apareció en un podcast y diciendo que ella “siempre quiso salir” de la tutela.

Desde ahí todo ha sido cuesta abajo para James Spears. Los fans de Britney, empezaron a recibir más integrantes, siguieron asistiendo a los juzgados, a hacer presión sobre los jueces, llamando a las autoridades, para que le quiten la tutela a Britney y en general, generando incomodidad.

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“El movimiento #LiberenaBritney no está sentado en casa, ellos están tomando el teléfono, llamando, escribiendo cartas, e invitando a que boicotiemos las plataformas como Spotify y YouTube, para que saquen a Britney de su calendario musical y no sigan haciendo dinero con ella”, explica Beracasa.

El golpe final fue el lanzamiento de ‘Framing Britney Spears’, la primera mirada generalizada a la tutela de Britney y al movimiento #FreeBritney. No obstante, pese a todos estos avances en la búsqueda de la verdad sobre el caso Britney (que han limpiado un poco la imagen de la intérprete de ‘Circus’), el lío legal sigue teniendo un futuro oscuro para la cantante.

“El primer paso a continuación, es que Britney pida que se acabe la tutela (ella dijo que no sabía que podía solicitar el fin de esta), que es lo que se espera que la cantante haga en estos días, porque la próxima cita en la corte es el 14 de julio. Pero, según expertos legales, aunque se firme esa solicitud, lo más seguro es que se demoren un par de años más en lograr que ella sea completamente libre”, dice Beracasa.

Con cinco sencillos número uno, seis álbumes número uno y 150 millones de discos vendidos en todo el mundo, Britney está clasificada por Billboard como el octavo artista más grande de la primera década de este siglo.

Los astros

La astróloga Valentina Villada, mejor conocida como Tina Rising, hizo la carta astral de Britney Spears y descubrió cómo la afectan los movimientos planetarios de este año.

“En este momento Saturno se encuentra en Acuario (signo de la libertad y la autonomía), este movimiento afecta mucho a Britney, porque en su carta astral su luna está en la casa de Acuario. Por si fuera poco, en el cielo Urano (el planeta de los cambios) también está conectado en este momento. En palabras simples, este año las conexiones que se están generando entre los planetas en tránsito, hacen que Britney tienda a recibir una energía que apunta hacia una separación entre ella y su socio más cercano, su padre”, explica.

Pero, aunque la conexión Saturno-Urano marcan la separación, no muestran cómo se dará o cuál será el precio a pagar. “De esto se encargarán los eclipses del 2022 que se darán en su zona de entrega y compromiso con socios o pareja”.

Por una Britney libre y feliz

Si hay algún famoso que le deba mucho a sus fans, esa sería Britney Spears, quien encontró en su fanaticada el apoyo que no había recibido de nadie perteneciente a su círculo cercano. Desde 2009, un año después de que la cantante entrara bajo una tutela temporal a la edad de 26 años, los fans ya abrían páginas para criticar las decisiones judiciales que se estaban tomando con la princesa del pop, hasta el punto que Jaime Spears, padre de Britney, intentó cerrar estos sitios web, donde hablaban mal de la tutela.

No obstante, para Laura Beracasa, periodista de entretenimiento, el momento en el que el movimiento de #FreeBritney tomó verdadera fuerza y fue algo más organizado y enfocado, fue con la creación de la cuenta de Instagram @freebritneyla, que cuenta con 77 mil seguidores y “se puede decir que se echó al hombro todo este tema. Fueron los primeros que empezaron a crear manifestaciones presenciales con pancartas. Porque una cosa es hacer bulla en redes, pero otra es tomar acción, como lo hicieron los de Free Britney LA, y generar encuentros e ir a las audiencias y estar afuera con sus pancartas, su micrófono”, para generar presión sobre los abogados.

Además, Beracasa menciona que “las cuentas que apoyan a Britney desaparecen misteriosamente, porque al final están contra un poder. Esto (la tutela) va más allá del entretenimiento, literalmente”.

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