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Atracción por el mismo sexo, ¿Flexisexuales o bicuriosos?

Una tendencia que impusieron estrellas como Madonna y Katy Perry, es frecuente hoy en día tanto entre adolescentes como entre hombres y mujeres de más de 40 años.

25 de enero de 2015 Por: Redacción de El País

Una tendencia que impusieron estrellas como Madonna y Katy Perry, es frecuente hoy en día tanto entre adolescentes como entre hombres y mujeres de más de 40 años.

La flexisexualidad es una tendencia común entre las estrellas del espectáculo. Primero fue el beso de Britney Spears y Madonna en los premios MTV, luego Katy Perry cantó ‘Kissed a Girl’, todo un hit que decía: “besé a una chica y me gustó, espero que a mi novio no le moleste”. Resuelva aquí la encuesta: ¿Qué clase de macho es usted? Más tarde, la modelo Cara Delevingne, si bien aclaró que no era bisexual, fue fotografiada ‘mimándose’ en público con la actriz Michelle Rodriguez y con la cantante pop Selena Gomez. ¿Pero qué es la flexisexualidad? Llamada también bi-curiosidad o heteroflexibilidad, es la tendencia a sentirse atraído/a por personas del mismo sexo a pesar de poseer una identidad marcadamente heterosexual. Puede expresarse solo como un sentimiento de fascinación hacia el mismo sexo, que le resulta bello o sensual, pero a veces se convierte en una auténtica atracción, e incluso en un deseo de tener experiencias sexuales, que a veces se satisface, otras no. El término “flexisexualidad” fue acuñado por la profesora de sicología de la Universidad de Utah, Lisa Diamond, en su libro del año 2008 ‘Fluidez Sexual: Entender el Amor y el Deseo de las Mujeres’. La psicóloga afirmó que una gran proporción de mujeres occidentales actuales, que se consideran heterosexuales, por causas biológicas y psico-sociales, son más flexibles en su sexualidad que los hombres. Y aunque esta tendencia se da también en varones, es más frecuente entre las mujeres. Uno de los motivos es la naturaleza más afectiva y táctil de la amistad entre ellas. Algunas admiten que les produce cierto morbo y excitación el sentirse observadas por sus congéneres, aunque solo las miren por su belleza o estilo de vestir.Incluso el psicólogo y sexólogo Jorge Mario Karam asegura que estos episodios de tipo homosexual, se pueden dar en lapsos de la vida de las personas, como en la adolescencia, cuando se está buscando una identidad sexual. O pueden darse en una etapa de crisis en el desarrollo psicosexual que se presenta a los 40 o 50 años. En este caso “tiene que ver con la angustia ante los años que van llegando o porque el proyecto de vida no se desarrolló en pleno”.O hay personas que tienen fuertes inquietudes de tipo homosexual, pero que por razones sociales, culturales o religiosas, se habían cohibido de manifestarlas. Y tienen sus episodios, pero vuelven a su vida heterosexual después, porque no soportan la presión de la sociedad.Para Andrés Felipe Castelar, psicólogo y miembro del Grupo de Estudios en Género de la Universidad Icesi, “mientras las personas más adultas consideran que la heterosexualidad o la homosexualidad son para siempre, los adolescentes y jóvenes hablan de identidades fluidas, cambiantes, y rechazan el ser forzados a definirse pues esta elección implica una pérdida: ‘si deseas a las personas de tu mismo sexo, entonces eliges no desear a las personas del sexo opuesto’”.Entonces, dice Castelar, “un gesto amoroso como un beso no necesariamente habla ni define la propia orientación. Algunos lo verán como un juego o como una forma de expresar sus emociones”. Advierte el psicólogo que para un flexisexual es muy difícil adaptarse a una relación de pareja tradicional. “Este no busca ponerle nombres a sus relaciones (noviazgo, matrimonio, compromiso). Y tendría que llegar a acuerdos con su potencial pareja, en la que se dialogue y se pueda reconocer que la coquetería y la seducción no están dirigidas a ser infiel o a burlarse del otro, sino que hacen parte de la expresión de sí mismo”.El perfil En el Daily Mail, la psicóloga Cecelia D’Felice explica por qué las mujeres son más propensas a ser flexisexuales que los hombres. “Las mujeres suelen estar más abiertas a probar este tipo de experiencias cuando llegan los cuarentas y se sienten más confiadas con su costado sexual. Si una oportunidad se les presenta, suelen pensar '¿Por qué no?', usualmente si han salido de una relación heterosexual larga”.Estudios como el de la Universidad Northwestern indican que los patrones de excitación sexual de la mujer están menos vinculados a su tendencia sexual que el de los hombres. Por su parte, Lisa Diamond, profesora asociada de Estudios de Género de la Universidad de Utah, confirma que las mujeres son más flexibles en su sexualidad debido a una mezcla de factores culturales y biológicos. Hay también quien piensa que una parte de las chicas experimentan este fenómeno al final de la adolescencia como una fórmula para cumplir ciertas fantasías masculinas. Hoy en día la flexisexualidad es una práctica cada vez más común, asegura el psicólogo Andrés Felipe Castelar, “se usa hasta para buscar un empleo, para caerle bien a una persona extraña. Más que jugar con el otro, con el coqueteo y el flirteo se aprenden modos de acercarse al otro, se vence la timidez, se muestra una parte interesante de uno mismo. Y esto incide en la estima propia, pues se captura la atención de los demás, se vuelve el centro de atención de la demás gente”.¿Tiene un flexisexual en casa?Según el psicólogo y sexólogo Jorge Mario Karam los padres de familia y personas cercanas a los flexisexuales adolescentes deben entender que esta tendencia puede ser producto de su búsqueda de identidad y no deben armar un lío por ello.No es conveniente entrar a dramatizar la situación ni cuestionar al adolescente, porque por terquedad puede estar tomando opciones que no responden a su verdadera identidad sexual, sino que buscar atraer la atención o llevar la contraria. De ninguna manera hay que entrar en pánico ni en angustia si la persona quiere vivir su episodio homosexual, hay que entender que se trata de un proceso de vida y que no es una enfermedad. Los padres deben acompañar al hijo o a la hija en este proceso de su vida y llevar a hacerle entender que están ahí para aconsejarlo. Deben hacerles ver que se trata de un momento de su vida en el que, posiblemente, tienen una confusión (o no), pero que siempre lo van a querer y a entender, independientemente de su identidad sexual. Karam también asegura que es posible que estas manifestaciones flexisexuales sean una estrategia, no tanto para escandalizar a los adultos, sino para despertar el interés de los distintos públicos, como una forma de captar el interés de las audiencias y estar al día en el mundo del espectáculo. Así que no se escandalice, no reprima ni avergüence. Déle a la persona la libertad y la confianza para expresar lo que siente.Sin rótulos para la vida sexual Para la psicóloga Alejandra Ortiz Valencia, magíster en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia, “En el país existe la cultura ‘Heterocentrada’ que considera las relaciones heterosexuales como un referente para comprender todas las relaciones. Tenemos idealizadas las relaciones heterosexuales como funcionales pero basta revisar los miles de ejemplos de violencia de pareja, para darnos cuenta que todo depende de las personas, no de su opción sexual”. Agrega que “los movimientos sociales por la diversidad sexual han avanzado promoviendo nuevas categorías como ‘heteroflexible’, ‘homocurioso/a’ y otras que nos invita a abrirnos a las prácticas que vemos en la realidad cotidiana para evitar que las personas se sientan obligadas a responder a un modelo que no corresponde con sus vivencias”. Y finaliza: “No podemos encarcelar los cuerpos a las categorías ´homo’ o ‘hetero’ y continuar pensando en cambiar quienes no respondan al modelo dominante”.

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