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EDUCACIÓN
Conozca las originales creaciones de los universitarios
Con el ánimo de solucionar problemáticas concretas o de hacer realidad un proyecto personal, algunos estudiantes de las diferentes universidades de Cali sorprenden por su talento y creatividad, ya que han dado origen a ideas innovadoras que se destacan en sus respectivas áreas. Conozca algunos casos y sus procesos de creación.
Gracias a que las universidades de Cali les brindan a sus estudiantes espacios o centros de emprendimiento que promueven la investigación y la creación, con el fin de que potencien sus habilidades, poniendo a su disposición herramientas y métodos de fabricación digital, muchos de ellos han ideado, desarrollado y materializado sorprendentes proyectos o ideas de negocio.
Campus Nova de la Universidad Javeriana; Fablab de la Autónoma de Occidente, Sala Windows y Taller de Diseño Industrial de la Icesi; Semilleros de Investigación de la Universidad Libre y de Univalle, son algunos de los espacios de encuentro y promoción de la cultura del ‘aprender haciendo’ para los universitarios.
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Incluso, las instituciones de educación superior de la ciudad también ofrecen programas para apoyar a los estudiantes cuando toman la decisión de ser empresarios, hasta las etapas de crecimiento y consolidación.
A su vez, los estudiantes están aprendiendo con el apoyo de sus docentes, quienes los asesoran en todo el proceso y viven juntos la experiencia de creación en todas sus fases.
Robots, aplicaciones móviles, impresión 3d, grabado láser, prendas de vestir de última tecnología, entre otras originales creaciones se hacen realidad por medio de la investigación, innovación, desarrollo, emprendimiento y el uso de las TIC’s que cada estudiante aplica en sus proyectos.
A continuación conozca en qué consisten algunas de los inventos más recientes hechos por universitarios, cómo fue el proceso de creación, los retos a los que se enfrentaron y qué los motivó a hacerlos.
Pantalones Fyre, find your resilience
Aleyda Álvarez, es de Tumaco, estudió diseño de joyas en Canadá y administración de empresas en la Universidad Javeriana Cali. En Campus Nova hizo su proceso de prácticas profesionales y creó un pantalón multifacético para las mujeres actuales.
“Hoy en día, somos muy prácticas, llevamos una vida muy rápida y es importante sentirnos cómodas pero no mal vestidas. El pantalón Fyre (find your resilience o encuentra tu resiliencia) es de fácil secado, tiene tela antifluídos, pretina alta y elástica que no se siente y se amolda a cada cuerpo. Se puede usar para una ocasión elegante y para hacer deporte, con tacones o con tenis”, explicó Álvarez.
La idea nació porque en Canadá descubrió la marca de pantalones de yoga Lulu Lemon con prendas de mucha tecnología, entonces creó Fyre porque Aleyda sentía que había la necesidad de una prenda versátil que sirva para todo entorno.
“Lo más difícil fue conseguir la tela, debía buscar una con todas las cualidades en una: elegante, fresca y versátil. Hice varios prototipos y finalmente se pidió la tela de Bogotá. Conseguir a la diseñadora también fue complicado, necesitaba a alguien que captara mi idea frente a los detalles del pantalón, porque la costura debía ser de una manera específica, una doble puntada que le diera elegancia al pantalón y que se ajustara al modelo”, expresó Aleyda.
Los pantalones Fyre son de un solo color: negro. Por ahora se venden voz a voz y tienen un precio de $110.000. Se pueden encontrar en cuatro tallas: XS, S, M y L
Recolector de café: Cafeto
Cafeto nació en el Taller de Proyectos de Diseño Industrial III que cursaron Jazmín Alejandra Penagos Mejía y Marcela Saldarriaga López, estudiantes de séptimo semestre de Diseño Industrial de la Universidad del Valle.
"Con Cafeto hacemos una intervención en la recolección de café, aportando beneficios en el desarrollo de la actividad de los recolectores (facilita movilidad, optimiza tiempos y obtienen mayor carga de café durante la jornada). La idea principal nació por el amor que le tenemos al campo y para poder rescatar las costumbres, materiales, elementos simbólicos y autóctonos de la labor", comentan las estudiantes.
Jazmín y Marcela le llaman “el recolector de café ancestral”. Es paradójicamente un canasto, pero sin asiento, es decir, es un canasto hueco, su forma tiene el concepto de embudo, está recubierto por dentro con yute y al final tiene un nudo llano/rizo o nudo marinero, el cual tiene como función vaciar el café a otro costal para evitar quitarse todo el sistema y así ahorrar tiempo en el momento de la recolección.
El canasto es sostenido por un arnés de yute y reata, rodeado con tela de algodón para evitar daños en la piel con el movimiento, este va sostenido desde los hombros y alrededor del tronco para distribuir el peso y evitar daños en la espalda del recolector. La unión entre las dos piezas se hace por una hebilla que se ajusta a la anchura del arnés, según la contextura de la persona que lo use, esta hebilla tiene un pequeño garfio que es el que sujeta el canasto por los laterales.
Rediseño de balanza Werner
Daniela Campo, del programa de Ingeniería Biomédica de la Universidad Autónoma de Occidente, desarrolló el ‘Rediseño de la balanza de David Werner’ para facilitar la movilidad en miembros superiores de pacientes adolescentes con distrofía muscular de Duchenne, DMD’, impulsada porque su primo Juan Pablo Millán sufría este padecimiento.
Jugando, feliz, como un ‘chino’ completamente normal, así recuerda Daniela a su primo, Juan Pablo. "Cuando éramos niños, manteníamos jugando fútbol, lo amábamos. Normalmente él era el arquero, porque se le dificultaba un poco correr, pero siempre manteníamos jugando", cuenta la estudiante, conmemorando los momentos que pasó junto a su primo. Sin embargo, todo cambió cuando aparecieron los primeros síntomas y empezaron las caídas repentinas, la ‘marcha de pato’ y el uso de una silla para jugar.
Y es que Juan Pablo sufría de una rara enfermedad. Tenía DMD, o Distrofia Muscular de Duchenne, raro padecimiento de origen genético que afecta a uno de 3500 varones. La enfermedad no tiene cura, es de origen hereditario, y los síntomas no son detectables sino cuando el paciente tiene entre 10 o 12 años.
Este mal, es ocasionado por la deficiencia de distrofina, proteína encargada de mantener la estructura de las células musculares. Cuando los músculos empiezan a dañarse, el cuerpo, en vez de generar nuevas fibras musculares, comienza a crear tejido conectivo y adiposo, básicamente grasa, lo que progresivamente causa el deterioro de las funciones motoras. "El paciente, pierde la capacidad de ser autosuficiente, pierde la posibilidad de realizar tareas tan simples como dibujar, escribir, e incluso, comer", comenta Daniela.
También, puede caer en depresión. Ya que, poco a poco ve que hasta las tareas más simples, como preparar un café o atajar un balón empiezan a volverse cada vez más complejas. Y como le pasó al primo de Daniela, seguramente deban abandonar sus estudios, por la dificultad de tomar apuntes o levantar la mano para participar en clase.
No obstante, Daniela, no se quedó de brazos cruzados. No es algo que su filosofía scout le permitiese hacer. Ella, impulsada por la situación de su primo y animada por Sandra Arce, su profesora de Introducción a la Ingeniería 1, decide tomar el futuro de Juan Pablo en sus manos y atreverse a rediseñar un dispositivo capaz de mejorarle la calidad de vida.
El proyecto es una ortesis (soporte) que facilita la movilidad de los brazos de los pacientes con esta enfermedad. La idea nació hace dos años, en el primer semestre de Ingeniería Biomédica de Daniela, en la Universidad Autónoma de Occidente, y gracias a la insistencia de la docente Arce para crear proyectos aplicables a un problema real.
"Daniela empezó a desarrollar su proyecto de investigación en la asignatura que yo dicto, la cual tiene como objetivo identificar y analizar problemas en contextos reales para implementar alternativas de solución, a través de la integración de habilidades y saberes previos que traen los estudiantes, reflexionando sobre sus actuaciones como persona e ingeniero en formación al trabajar con otros", afirma Arce.
Para ello, Daniela, empezó una detallada investigación de la enfermedad de su primo. Fue ahí donde se topó con el libro 'El Niño Campesino Deshabilitado', de David Wenner, en el que el autor expone su creación: una balanza de madera, sobre una plataforma, que le permite al paciente realizar los movimientos de extensión y flexión del brazo. Sin embargo, este modelo estaba muy limitado a la capacidad motora del afectado, por lo cual, si el usuario quedaba completamente inmóvil el modelo dejaba de servir.
El actual prototipo funcional, es controlado desde un celular, vía Bluetooth, permite que el paciente pueda usar la ortesis (apoyo) así esté completamente inmóvil. Además, añadió otro movimiento, la rotación, lo que amplia la gama de actividades posibles a realizar por el usuario. “En el futuro espero que la ortesis funcione a control remoto y no desde un celular”, añadió la estudiante.
Daniela sueña con que este dispositivo logre mejorar la calidad de vida de sus usuarios, devolviéndoles la habilidad de ejecutar tareas simples, como hacer manualidades, por ejemplo, aquellas que le gustaban hacer a su primo.
Con ayuda de Juan, Daniela, logró tomar gran parte de las medidas del prototipo. Estas le servirán para que su dispositivo alcance uno de sus principales objetivos, ser ajustable a cualquier tipo de persona. Además, espera que el proyecto cumpla con 3 características claves, que sea económico, adaptable y cómodo.
Desde la parte de diseño, Daniela, cuenta con la ayuda de los profesores, Guillermo Andrés Alvarado y Edgar Andrés Martínez, ambos se vincularon al proyecto por medio del Semillero, Solución Creativa de Problemas.
"Lo más importante es que el proyecto tenga un precio módico, es un enfermedad genética y hereditaria, a cualquiera le puede pasar. Por eso es imprescindible que sea costeable para todos", recalca Daniela Campo.
Lastimosamente, Juan Pablo, falleció hace un año. Los pacientes con DMD rara vez sobrepasan los 30 años. Juan murió con solo 18, amando el fútbol y con las esperanzas puestas en el proyecto de su prima.
Sin embargo, Daniela sigue trabajando en el dispositivo. Aunque aún sigue en la etapa de desarrollo de prototipos y prueba de materiales, ya existe un primer modelo funcional. Además, el proyecto ya ha participado en 3 programas de socialización de investigación, entre ellos el evento ‘Sociedad, Ingeniería, Diseño e Innovación’, SIDI, del cual Campo, fue ganadora.
*Por Fernando Cruz, integrante Semillero UAO.
Monitoreo energético domiciliario
"Todo surgió en un diplomado en el cual debíamos desarrollar un proyecto. Junto a un compañero y a un ingeniero que dictaba clases decidimos que es muy bueno poder controlar los sistemas de energía porque Colombia gasta mucho dinero en el desperdicio de la energía", contó Johan Andrés Vásquez Morales, estudiante de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Libre.
Este mecanismo puede medir cuánta corriente está circulando por los tomas corrientes de una casa, con él se puede saber cuánta energía ha circulado solo en un toma corriente, por ejemplo, si ha consumido 5 kilovatios por hora y además, informa que desde las 3:00 hasta las 5:00 p.m. se ha consumido $4000 en energía.
"La idea de este proyecto es que la información de la corriente eléctrica no sea tan técnica, sino que el usuario pueda entender cuánto le está costando si deja la nevera conectada durante tanto tiempo y cuál es el dispositivo del hogar que más gasta y el que menos. En otras palabras, busca concientizar a las personas sobre el consumo de la energía", precisa el estudiante.
Además, añade, que "lo más difícil fue encontrar un sensor que midiera bien la corriente eléctrica, porque medimos la energía de las casas con los contadores de energía que están afuera, pero esos son costosos y no se puede colocar uno en cada toma corriente. Fue difícil encontrar un aparato que midiera con un alto grado de exactitud y que fuera económico", aseguró Vásquez.
El proyecto consiste en una plataforma donde se registran la casa, la cantidad de tomas y su ubicación; en cada tomacorriente se instala un sensor que monitorea constantemente el consumo de energía eléctrica y lo envía a la base de datos de la plataforma. Con esto se puede saber cuánto se está consumiendo, predecir cómo va a ser el gasto en meses futuros y cómo disminuirlo.
Red de telemedicina
El diseño e implementación de una red de telemedicina con la integración de tecnologías UMTS (Universal Mobile Telecommunications System), GPRS (General Packet Radio Service),
HSPA+ (Hight Speed Packet Access plus) fue realizada por el estudiante Óscar Abonia, de décimo semestre de Bioingeniería de la Universidad Santiago de Cali, bajo la dirección del docente Leonardo Bermeo. La idea surgió a partir de la necesidad de la E.S.E. Red de Salud Ladera de ofertar servicios de telemedicina a zonas distantes donde las conexiones tradicionales no funcionaban adecuadamente.
La implementación de esta red ha permitido establecer una comunicación con la integración de las tecnologías ya mencionadas y la conexión inalámbrica 3G de Emcali, para la prestación de servicios de teleconsulta y telediagnóstico, permitiendo brindar una atención oportuna a pacientes del puesto de salud Borrero Ayerbe, de Dagua, y el puesto de salud de El Saladito, zona rural de Cali, a bajo costo, obteniendo excelente confiabilidad del servicio, sin pérdida de paquetes y respuesta rápida del servidor para su funcionamiento en tiempo real. Este desarrollo es aplicable a cualquier zona de difícil acceso donde no se cuenta con alternativas como la fibra óptica y el internet alámbrico, además de ser útil para propósitos educativos y de capacitación.
Estudiantes de Ingeniería Electrónica de la USC desarrollaron un dispositivo que ayuda a captar y transmitir al cursor de un computador los movimientos de la cabeza de un joven afectado por una enfermedad que le impide mover sus extremidades.
Otro de los proyectos de la facultad de Ingeniería de la Universidad Santiago de Cali, USC, ha sido el diseño y construcción del simulador de vuelo para la Emavi.
Domu: experiencia interactiva
La herramienta Domu (videojuego más complementos: casa del personaje y un kit de actividades con tarjetas y binoculares) fue diseñada por Vanessa Gómez Mejía y David Martínez Gordillo, estudiantes de décimo semestre de Diseño de Medios Interactivos de la Universidad Icesi.
Domu busca fortalecer el proceso de acompañamiento psicosocial a pacientes entre los 6 y los 8 años, durante su estadía en la unidad de hospitalización pediátrica de la Fundación Valle del Lili.
La aplicación se descarga en una tablet, los niños se registran a través de una tarjeta de identificación que la clínica les da, pueden crear y personalizar su personaje y ponerle un nombre. A partir de ahí, inicia el juego con diferentes actividades que ofrece la plataforma.
Se inicia en un nivel básico, en el que el paciente puede desarrollar su habilidad motriz, por ejemplo, y a medida que gana experiencia va subiendo de nivel y va descubriendo otras actividades
y habilidades comunicativas, cognitivas y estéticas.
Cuando llegan a nivel 5 pueden ir a "visitar" a otros pacientes (ir de una isla a otra) que están registrados en la plataforma. Igualmente, pueden enviarse mensajes e interactuar dentro del videojuego.
Una vez terminadas las pruebas de usuario, en las que cada paciente interactuó con Domu, sus creadores evidenciaron la emoción con la que la usaban y compararon su estado de ánimo previo: "en una paciente que no sabía leer vimos un avance en la interpretación de los números después de tres días de usarla", puntualiza David Martínez.