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TRABAJO
Sigue polémica por los cambios propuestos en la jornada laboral
La industria no está conforme con el proyecto que reduce una hora el horario diurno. Los trabajadores también tienen sus reparos.
En el año 2002 con la promesa de que se generaría mucho más empleo en Colombia se decretó la Ley 789 que modificó la forma de pagarle a los trabajadores.
La jornada laboral diurna, que era de 6:00 a.m. a 6:00 p.m., se extendió hasta las 10 de la noche, es decir, que todos quienes laboran después de las 6 de la tarde no tienen derecho a recibir ningún tipo de recargo. La noche para Colombia empezó desde ese momento a partir de las 10:00 p.m.
La tasa de desempleo en el 2002 era de 16,3 % para el mes de abril y la promesa del Gobierno de ese entonces era que una vez se situara la desocupación en un dígito, se recuperaría lo perdido por los trabajadores.
En el 2014 la tasa de desocupación llegó a un dígito y el presidente Santos se comprometió a que el país volvería a su jornada laboral tradicional ( 6:00 a.m. a 6:00 p.m.).
Sin embargo, la esperanza que tenían los 455.000 trabajadores que laboran turnos en las empresas del país, de mejorar un poquito su salario, se esfumó. El Gobierno y el Congreso de la República solo avalaron modificar en una hora la jornada laboral ordinaria, es decir, que la noche para Colombia empezará a las 9:00 p.m, una vez el proyecto de ley termine su tránsito en el Senado.
¿Qué se gana con el cambio?
Los trabajadores no están para nada contentos con los cambios en la jornada laboral diurna porque esperaban recuperar lo perdido en el 2002, es decir, que las horas nocturnas empezaran desde la 6 de la tarde y no desde las 9 de la noche, como está planteado en el proyecto de ley.
Fabio Arias, secretario General de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), dice que “eso es una miserableza con la que no estamos de acuerdo. Nosotros reclamamos las cuatro horas perdidas o en el peor de los casos dos horas, pero cambiar la jornada diurna solo una hora es una ‘mamadera de gallo’”.
Cálculos del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario indican que si un persona que devenga el salario mínimo ($737.717) trabaja en la noche, desde la 9:00 p.m., recibirá un recargo de $4150 por cada hora laborada. Pero si esta persona trabajó en horario ordinario y además debe hacer unas horas extras, que parten desde las 9 de la noche, recibirá $5380 por cada hora.
Las cifras no parecen tan significativas para los trabajadores, sin embargo otra cosa dicen los empresarios.
Cálculos que se dieron a conocer durante el debate del proyecto para modificar la jornada laboral, indican que los empresarios dejaron de pagar en horas extras, por el cambio de horario diurno, $2,2 billones anuales, inclusive otras fuentes hablan de $3,9 billones. Estos dineros se los ahorró el sector privado, pero muchos se preguntan ¿cuántos empleos generó eso?
La respuesta a esa inquietud es muy diversa. El Gobierno presentó estudios del Banco Mundial que indican que en un año se generaron 750.000 nuevos empleos por la medida; la Universidad del Rosario dijo que, raíz de la ley 789, se aumentó la probabilidad de encontrar empleo y se desincentivó la informalidad.
Además, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aseguró que de cambiar el horario laboral en dos horas, es decir, que el recargo nocturno empezara desde las 8 de la noche, se afectarían 72.200 empleos y que, inclusive, se afectaría el crecimiento económico en 0,1%, pues el salario para unas 455.000 personas aumentaría en 5,8 % por la medida.
Pero aunado a eso, se argumentó la actual situación económica que vive el país, es decir el palo no está para cucharas.
Pero para Iván Daniel Jaramillo Jassir, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, decir que el cambio de horario en la jornada laboral provocará la pérdida de 70.000 empleos es cuestionable. “Es indudable que aumentan unos costos laborales, pero las principales razones para crear empleo dependen del crecimiento de la economía y de la demanda o comercialización de los productos, no tiene tanto que ver con el costo laboral”.
Agregó que la ley 789 no tuvo la virtud ni de generar ni comprometer empleo y “eso se comprobó ante la Corte”.
Al respecto, Jhon James Mora, profesor de economía de la Universidad Icesi, dijo que existen análisis que encuentran un “efecto subsidiario o nulo en la generación de empleo relacionados con la ley 789” y otros que encuentran que el 40% del crecimiento del empleo después del 2002 podría ser resultado de esa reforma laboral.
Coincidió el analista que “el incremento en los costos laborales, por el pago de las horas extras, no son el único determinante para generar empleo y empleo de calidad. Las oportunidades de mercados internos y externos, mejoras en la educación (más acorde a las necesidades de las empresas), políticas de fomento focalizadas por ocupaciones y calificaciones por parte del Estado y mejoras en los procesos de emparejamiento entre buscadores y vacantes aseguran una generación de empleo sostenido y de calidad, dijo.
Para Julio Roberto Gómez, directivo de la Confederación General del Trabajo, el Ministro de Hacienda y el sector proudctivo le están mintiendo al país, “no es cierto que por volver a la normalidad -horario antes de la reforma laboral- se genere desempleo ni mucho menos”.
Para el directivo sindical, el empleo crece cíclicamente porque crece la economía, así sea de manera precaria y porque más personas se incorporan al mercado laboral y no puede ser la misma oferta del 2017 a la del 2002.
“No hay documento que diga y demuestre cifras que que se generará desempleo, son cifras arbitrarias y quieren atribuir a este hecho males que no generará la ley, ni en las 4 horas, ni en dos ni en una”.
Las posiciones sobre el cambio de la jornada laboral siguen siendo polémicas y por ahora la última palabra la tendrá el Congreso que deber dar un debate final al proyecto en los próximos días.