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¿Qué le espera al sector industrial en Colombia?

Durante una década el país reemplazó gran parte de la producción nacional por importaciones. ¿Se podrá cambiar el panorama?

16 de agosto de 2015 Por: Redacción de El País

Durante una década el país reemplazó gran parte de la producción nacional por importaciones. ¿Se podrá cambiar el panorama?

En el año 2012 cuando en repetidas ocasiones se le preguntó al Ministro de Hacienda si Colombia vivía la enfermedad holandesa (cuando una economía depende solo de los hidrocarburos), el funcionario siempre lo negó.

Hoy, cuando las rentas petroleras se reducen de manera dramática -en el 2013 se recibieron $19,7 billones y este año serán unos $9,6 billones-, y la industria nacional decrece y no es capaz de suplir ese faltante, es imposible negar que el país sí vivió la enfermedad holandesa.

Las consecuencias, dice el profesor Giovanny Reyes, de la Universidad del Rosario, fueron 10 años de rezago industrial por mantener un dólar barato, lo que hizo que las exportaciones no fueran  competitivas y que las importaciones se abarataran. Entonces algunas empresas dejaron de producir y se dedicaron a importar, otras cerraron y unas pocas  se sostuvieron. 

En Cali se dieron casos como el cierre de la planta de Michelin y recientemente de Mondelez, compañías a las que les resultó más económico importar de otras fábricas en Suramérica que seguir produciendo en la ciudad. 

“Se están pagando los errores de la última década, acabaron con la producción nacional y hoy las importaciones industriales más que duplican las exportaciones y tenemos una  economía que responde a una equivocación histórica previendo que el petróleo iba a estar a US$100 por barril por siempre”, afirma el economista Eduardo Sarmiento.

Las cifras corroboran esa afirmación. Según informes del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, entre enero y mayo de 2015, las exportaciones minero energéticas  se redujeron 42,4 %, frente al igual periodo del 2014, y el resto de ventas externas -donde se incluyen las industriales-  bajaron  2,9 %. Además cifras del Dane indican que en el 2014 se importaron US$48.614 millones por parte  de la industria manufacturera, mientras que el sector industrial  exportó US$19.503 millones.

¿Lo que viene?

El panorama para la industria no es claro.  Esto afirma Julio César Alonso, director del Centro Investigación en Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, quien considera que hay pocas salidas inmediatas y que lo que queda es trabajar en un plan de  largo plazo. 

“La industria no gana  competitividad porque el dólar esté caro. La competitividad recae en fenómenos más estructurales como el costo de energía, infraestructura, capacidad de innovación y educación”, asegura el académico.

Y es precisamente lo que ha reclamado la industria a través de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi): una política de largo plazo que los ayude a recuperar la década perdida. La industria ha  crecido menos que la economía en los últimos años y ahora representa el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB),   cuando hace menos de 10 años era el  17 % del PIB (ver gráficos).

“El efecto que ha tenido la monoexportación es evidente y ahora debemos trabajar por crear un modelo confiable que respete las reglas de juego de los inversionistas y que permita ser competitivo”, dijo Bruce Mac Master, presidente de la Andi, quien presentó el pasado viernes al Presidente Santos una serie de recomendaciones sobre cómo hacer más competitiva  a la industria nacional.   

El Gobierno, por su parte, emitió unas medidas de apoyo como aumentar el número de productos que se importan sin arancel-para abaratar costos por el dólar alto- y reducir  dos puntos de IVA para importaciones.

Sin embargo, esto es un alivio temporal y los empresarios reclaman cambios estructurales que tienen que ver con el tema tributario, el ‘costo país’ (infraestructura, valor de la energía, educación) y mejoramiento de la  institucionalidad para poder responder a ese objetivo de crecer las exportaciones y recuperar la producción nacional.

El presidente de Colombina, César Caicedo, dice que Colombia debe trabajar en un sistema que invite a la iniciativa privada a invertir y correr riesgos y no poner tantas trabas que desestimulan la creación de empresa y la formalización.

A esto se suma un cambio en la carga tributaria. Carlos Enrique Moreno, presidente de la Organización Corona, asegura que  el 75 % del negocio de las empresas se va en impuestos, lo que deja un 25 % para entregar en dividendos y en reinversión, mientras   que en otros países como México y Perú, esa carga es del 35 %, “es  necesario cambiar la estructura tributaria. Con un dólar alto y  modernización tributaria se daría un gran salto”, opina. 

La ministra de Comercio, Cecilia Álvarez, afirma que el Gobierno está haciendo su parte y que los empresarios deben hacer la suya con innovación. Destaca que se han tomado decisiones a favor en materia arancelaria y que vienen otras para reducir el contrabando. 

Además Planeación anunció un Conpes para el sector productivo.

Para la industria, las medidas del Gobierno  van en buen camino, pero “proponemos que se tomen más” para poder dar un verdadero salto, dice el presidente de la Andi.

IncentivosUna de las peticiones de los empresarios para que la industria se reactive, es que se tramite una reforma tributaria estructural que otorgue incentivos a la inversión y elimine algunas cargas. Según Emilio Sardi, vicepresidente de Tecnoquímicas, se necesitan reglas de juego claras para competir y crecer. “Políticas energéticas eficientes para evitar sobreprecios y regulaciones financieras competitivas”, dijo.  Además acabar con la complejidad institucional. Reforma conciliadaEl presidente  Juan Manuel Santos le confirmó a los empresarios que la próxima reforma tributaria estructural que planea el Gobierno será conciliada con los empresarios y que no aumentará impuestos, sino la base de contribuyentes. El Mandatario  pidió apoyo de  la industria para crecer en exportaciones y reducir el déficit comercial del país que llega a US$6000 millones. “Si sustituimos   importaciones de maíz y soya  reduciríamos ese déficit en US$3000 milones. Esto nos obliga a trabajar juntos para reajustar la economía”, dijo.  La Andi pidió  acelerar esta reforma.

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