Proyectos de vivienda para adultos mayores: esta es la propuesta para los constructores colombianos

El envejecimiento de la población en Colombia es una realidad y se estima que para 2050 más del 25 % de la población colombiana tendrá más de 60 años. Es decir, uno de cada cuatro colombianos será adulto mayor en menos de tres décadas.

Esto obliga a que desde todos los sectores sociales y económicos se piense en cómo se atenderá a esta población creciente. Uno de los retos que se plantea para el país está en materia de vivienda.

Según un informe de Asobancaia, es clave que así como las ciudades y los desarrolladores urbanos adaptan su oferta para jóvenes que prefieren alquilar, también deberán hacerlo para una generación de adultos mayores que exige alternativas distintas a la vivienda tradicional o a los hogares geriátricos.

“Es aquí donde entra en juego un concepto innovador, todavía incipiente en Colombia, pero con gran proyección: el senior living, comunidades o residencias diseñadas para personas mayores que desean envejecer con independencia, acompañamiento y dignidad. A diferencia de los hogares geriátricos tradicionales, estos espacios ofrecen vivienda privada con servicios comunes —alimentación, recreación, seguridad, atención básica en salud— adaptados a diferentes niveles de autonomía", destaca el informe que busca invitar a los constructores a mirar la posibilidad de ejecutar iniciativas de este etipo en el país.

¿Cómo son las viviendas senior living?

Estos proyectos van desde formatos para adultos completamente independientes hasta opciones con atención médica más especializada para quienes lo requieren.

Aseguraron que el senior living rompe con la idea de espacios estandarizados y rutinas rígidas. Como explica el sociólogo Juan Carlos Alcaide, experto en silver economy —la economía vinculada al cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población cuyo enfoque se centra en las necesidades y demandas de los adultos mayores—, se trata de un modelo que permite a cada persona decidir qué servicios usar y cómo vivir su día a día, manteniendo autonomía y recibiendo apoyo cuando lo necesita.

De acuerdo con el informe de Asobancaria, en países como Estados Unidos, estas comunidades llevan décadas creciendo. En Europa, países como Dinamarca, los Países Bajos o España han desarrollado variantes innovadoras, muchas impulsadas por cooperativas o alianzas público-privadas.

En América Latina, Chile, México y Uruguay, ya experimentan con proyectos orientados a clases medias urbanas. Pero dicen que Colombia, en cambio, cuenta con muy pocos desarrollos de este tipo, dado que la política pública sigue enfocada en la atención médica y la asistencia a poblaciones vulnerables, sin integrar plenamente el envejecimiento activo en la agenda de vivienda, planeación urbana o desarrollo económico

¿Qué debería hacer Colombia?

De acuerdo con el análisis de Asobancaria, Colombia necesita dar cuatro pasos urgentes. Primero, incorporar el envejecimiento en los planes de desarrollo, en las políticas de vivienda y en la planeación urbana. Segundo, superar la ausencia de normas e incentivos que promuevan la construcción de vivienda en arriendo.

Tercero, establecer marcos regulatorios claros que faciliten la inversión y habiliten modelos mixtos entre lo público, lo privado y lo cooperativo. Y cuarto, transformar la narrativa: dejar de ver la vejez como una carga para reconocerla como una etapa valiosa, activa y predominante en nuestra sociedad.

“La verdadera pregunta no es si Colombia necesita estos espacios, sino cuánto tiempo más podemos esperar para crearlos. Quienes hoy tienen entre 30 y 50 años serán los adultos mayores de 2050. Si no empezamos ahora a planificar, regular y construir, ese futuro nos encontrará improvisando. Colombia envejece. Esa es la certeza. Lo que aún podemos decidir es si lo hará con dignidad, autonomía y calidad de vida, o atrapada en un modelo que no supo adaptarse a tiempo”.