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Opinión: 'El buen negocio para Colombia de la venta de Isagén'

Queda, pues, claro que la compra que hará Brookfield de la totalidad de acciones de Isagén es un magnífico negocio para toda Colombia, y me pregunto ¿qué contestarán el procurador y los senadores que aún intentan acciones judiciales que reversen la operación de Isagén sobre el detrimento patrimonial que le causarían a los colombianos?

1 de febrero de 2016 Por: Armando Lloreda Zamorano | Especial para El País

Queda, pues, claro que la compra que hará Brookfield de la totalidad de acciones de Isagén es un magnífico negocio para toda Colombia, y me pregunto ¿qué contestarán el procurador y los senadores que aún intentan acciones judiciales que reversen la operación de Isagén sobre el detrimento patrimonial que le causarían a los colombianos?

[[nid:503453;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/02/armando-lloreda-zamorano.jpg;left;{Armando Lloreda Zamorano. Foto: Elpais.com.co | Archivo}]]El 21 de diciembre de 2015 el Consejo de Ministros fijó un nuevo precio mínimo de $4.130 por acción para el 57,61% en Isagén que poseía el Gobierno para recibir ofertas en enero 13 del 2016.

Se creía que se iban a presentar dos postoras, Colbún de Chile y Brookfield de Canadá. Sin embargo, Colbún a finales de diciembre del 2015 se retiró por cuanto el nuevo precio mínimo fijado por el Gobierno, lo sacaba del negocio.

El Ministerio de Hacienda aceptó la oferta de Brookfield Asset Management de Canadá por un poco de 1.570 millones de acciones a $4.130 por título por un valor total de $6,48 billones. En enero 22, cinco días antes del plazo, el Gobierno recibió de Brookfield aproximadamente US$1,96 billones.

Como comenta la revista Dinero en su edición de enero 22 de 2015, refiriéndose a la venta de Isagén: “Así terminó, por ahora, uno de los procesos de venta de activos públicos más traumáticos de la historia en Colombia”. A esto se sumó una desacertada carta del Procurador de la Nación al presidente Santos la víspera del cierre, en la que señalaba: “La venta de Isagén “no es un buen negocio” como lo ha señalado el Gobierno Nacional, por el contrario, “podría implicar un detrimento patrimonial sin antecedentes en la historia del país”.

Veamos con cabeza fría qué le significa esta operación para Colombia. Los aproximadamente US$2 billones que recibió el Ministerio de Hacienda se los trasladará en su totalidad a la Financiera de Desarrollo Nacional, FDN, US$1 billón irá a fortalecer la base patrimonial del fondo actualmente en US$200 millones, es decir, se sextuplicará a US$1,2 billones, que a su vez los podrá apalancar hasta seis veces para financiar proyectos de infraestructura. El otro US$1 billón lo utilizará para crear fondos de capital privados de inversión tomando posiciones minoritarias del 20%/25%, al estilo de la Corporación Financiera Internacional (IFC), que servirá de capital semilla (inversión) para proyectos de infraestructura. Aquí el múltiplo es hasta cuatro veces el capital invertido por la FDN, es decir, que se vincularían inversionistas por alrededor de US$4 billones.

Según los compromisos adquiridos por el comprador tras la adquisición de las acciones al Gobierno, Brookfield tiene que realizar dos ofertas públicas de acciones (OPA's), una dentro de dos meses después del pago –marzo 22 de 2016, y otra en mayo 22 del 2016-- al mismo precio cancelado al Gobierno Nacional.

En un diario bogotano dos altos directivos de Brookfield manifestaron: “Estamos listos para comprar todas las acciones de Isagén”. Al respecto, la Junta Directiva de las Empresas Públicas de Medellín, dueña del 13,14% de Isagén, recomendó en enero 27 de 2016 al municipio de Medellín vender su participación que tiene un valor de $1,48 billones. Su gerente, Jorge Londoño, expresó en entrevista: “Vender acciones de Isagén a destiempo representaría una pérdida patrimonial de $500.000 millones”. 

Por otro lado, Ricardo Roa, gerente saliente de EEB manifestó hace unos días que los cerca de US$90 millones que vale el 2,52% de las acciones que se poseen en Isagén, se utilizarían para fortalecer el ambicioso plan de inversiones de la empresa.

Los fondos de pensiones y cesantías colombianos cuentan con más del 12% de las acciones de Isagén. Estoy seguro que no dudarán en salir de su participación en Isagén lo que les significará recibir $1,35 billones.

El resto, $1,66 billones lo recibirán inversionistas tanto nacionales como extranjeros que han padecido pérdidas acumuladas durante los años 2014 y 2015 en la Bolsa de Valores de Colombia de cerca del 30% (índice Colcap). Es decir, por el 42,39% restante de Isagén, no propiedad de la Nación, Brookfield pagaría cerca de $4,77 billones, de los cuales las dos terceras partes beneficiarían a las exitosas Empresas Públicas de Medellín y Bogotá, a millones de colombianos afiliados a las AFP.

Durante el 2016 Brookfield desembolsaría, en el caso de que los demás accionistas de Isagén vendieran sus acciones incluido lo ya pagado al Gobierno, la suma de  US$3.412 millones. Calculando que los inversionistas y fondos de inversión extranjeros representaran la mitad de los $1,66 billones que recibirían los inversionistas en Bolsa, $830.000 millones o US$251 millones, el valor neto que recibiría Colombia como Inversión Extranjera Directa, IED, sería de US$3.151 millones.

 Según informaciones del Banco de la República, al tercer trimestre del 2015 la IED totalizó US$9.235 millones. Es decir, la inversión neta del negocio de Isagén representa el 34,2% de la inversión extranjera en Colombia a septiembre 30 del 2015, en momentos en que la IED está en descenso en nuestro país.

Para entender mejor lo que significa el magnífico negocio que representa la venta total de Isagén a Brookfield, según estadísticas de la Bolsa de Valores de Colombia, entre enero 1 de 2015 y diciembre 21 de 2015, el valor promedio de las 442.615.038 acciones transadas en esa plaza fue de $2.899,71 por título. El precio que paga Brookfield de $4.130 por acción representa una plusvalía de $1.230 por acción que para la totalidad de los títulos en circulación de Isagén de 2.728.532.000 arroja un valor adicional de $3,36 billones o US$1,02 billones.

El proceso judicial iniciado por los senadores Navarro Wolf, Jorge Robledo, Vivian Morales e Iván Duque, entre otros, no es más que politiquería irresponsable.

Para una mayor ilustración sobre el extraordinario valor recibido por la Nación miremos los exiguos dividendos recibidos en los últimos cinco años por sus 1.571.919.000 acciones de Isagén:

Por lo anterior, sería un absurdo que nuevos procesos judiciales posteriores a la venta prosperaran. Este lunes 1 de febrero, Brookfield nombrará nueva junta directiva.

Un último comentario. En caso de tener que reversarse la operación, no solo se privaría Colombia de recibir los US$3.151 millones, sino que el Gobierno tendría que indemnizar una cifra sustancial del negocio por el 25% o US$500 millones. ¿Qué tal?

Queda, pues, claro que la compra que hará Brookfield de la totalidad de acciones de Isagén es un magnífico negocio para toda Colombia, y me pregunto ¿qué contestarán el procurador y los senadores que aún intentan acciones judiciales que reversen la operación de Isagén sobre el detrimento patrimonial que le causarían a los colombianos?

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