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Gerardo Pelusso, técnico del Deportivo Cali. | Foto: Jorge Orozco / EL País

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"A mí no me entran ni las balas": Gerardo Pelusso, técnico del Deportivo Cali

El técnico del Deportivo Cali es consciente del mal momento del equipo, pero aseguró que morirá con la de él. “Si usted quiere fracasar, hágale caso a todo lo que le dicen”, expresó el timonel uruguayo.

14 de octubre de 2018 Por: César Polanía y Francisco Henao / Reporteros de El País

Un presente difícil y un futuro incierto es lo que tiene el Deportivo Cali. Los resultados, esos que definen estados de ánimo, que sacan o mantienen técnicos y que provocan elogios o producen críticas, son los que escasean por estos días en el conjunto azucarero.

El equipo está fuera de zona de clasificación en la Liga, no juega bien, y en el camino se encontrará con Santa Fe para vivir o morir en la Copa Suramericana. Encima, desde hoy (domingo) comienza una maratón de partidos con Nacional y América a la vista que, como lo dijo el mismo técnico, Gerardo Pelusso, “servirá para saber para qué estamos”.

El entrenador habló con El País de este duro momento y de la forma como se debe salir del mismo.

Se vienen días críticos con un calendario que en 22 días tendrá que jugar 7 partidos. ¿Cómo lo afronta?

Normal. Ya estamos acostumbrados a este tipo de batallas; la experiencia nos dice que entre más difícil sea la situación, más tranquilo hay que estar. El ambiente ya de por sí se vuelve tenso, al jugador le llega todo de todas partes, de lo que lee, de lo que escucha, en su casa, cuando vienen los partidos importantes, en la calle... ¿Qué hay que hacer? distender. La tarea del entrenador es motivar y tranquilizar porque hay mucha ansiedad y nervios.

¿Y cómo genera esa tranquilidad en el grupo?

Ahí está el asunto. Tratar de crear un clima de tranquilidad, de alegría, hablar de otras cosas. Los jugadores están preocupados y ansiosos, pero hay que tranquilizarlos. Uno ya sabe qué es lo que tiene que hacer. Con Sand decíamos que la otra vez nos tocó jugar dos finales, él con Lanús y yo con Santa Fe en la Suramericana. El día del partido el ambiente se nos tornó incontrolable, yo parecía un guardia de seguridad en el hotel sacando gente porque ese día aparece todo el mundo, llegan a tensionar al jugador, a ponerlo más nervioso. Nosotros ganamos ese día porque se dio. Y Pepe nos decía que a Lanús en su final lo mató la ansiedad. Ese cuento de que hay que salir a ganar vuelve locos a los jugadores... y en la cancha estaban atados y los de Gremio volando.

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¿Usted le busca solución a la situación solo o con sus ayudantes?

No solo yo, el resto del cuerpo técnico también. Pero no necesito llegar a mi habitación para pensar en el equipo porque mi cabeza está dando vueltas todo el tiempo. Yo puedo hablar con cualquiera, pero hay una parte de mi cerebro que está pensando en la lesión de Macnelly, en si tengo a Rosero o no, quién va a jugar contra Petrolera, si ante Santa Fe voy a tener todo el equipo... mi cabeza no para.

¿Por qué el Cali no ha alcanzado el nivel que quiere?

El problema grande es la estabilidad en el rendimiento. El equipo ha logrado picos altos y en partidos importantes, pero no hemos mantenido el nivel. Hemos tenido altibajos. Muchas veces dicen que hay que mirar más allá del resultado. ¿Cuál más allá? Hay qué mirar el resultado. Si nosotros le hubiéramos ganado a Patriotas, hoy seríamos cuartos y esto sería una fiesta. Pero perdimos. Sé que jugamos mal, pero hay situaciones que se dan. Pegó justo Patriotas y en el momento en que lo tuvimos no definimos.

Se viene una seguidilla de partidos duros. ¿Ve al grupo con la capacidad para salir del mal momento?

El grupo está bien. Los hechos van a decir hasta dónde somos capaces. Hay una realidad que son los resultados. Pero si le digo que hemos tenido un problema disciplinario en todo el año, no lo hubo. El equipo entrena bien. Pero vamos a ver hasta dónde llegamos. Tenemos que hacer la tarea que nos corresponde que es planificar, que la pelota ruede a favor nuestro. Después hay que hablar es en la cancha. Creemos que estamos para cosas grandes, estamos soñando con cosas grandes. Vamos a ver si lo logramos.

"Yo vine al Cali a hacer una tarea. Después, si soy o no del paladar o del ADN del Cali, eso lo tienen que evaluar los directivos al final. ¿Cuál es el ADN del Cali? ¿El del año pasado? El ADN del hincha es ganar": Gerardo Pelusso, DT del Deportivo Cali.

¿A qué atribuye que el rendimiento no ha sido parejo?

Hay varios factores: uno que empieza a jugar con mucha preponderancia es el de las lesiones. Cuando vienen las definiciones hay que ver en qué momento nos agarran las lesiones. Muchas veces no queda campeón el mejor. Pero llegan las finales y estas fases encuentran a un equipo bien armadito y sale campeón como sucedió con Millonarios en el 2017. Hoy tenemos varios jugadores lesionados y vamos a comenzar una seguidilla de partidos claves sin ellos. Otro aspecto es el de los jugadores y sus altibajos. Cuando están bajos de forma eso lo siente el equipo.

¿Por qué Benedetti cayó en su rendimiento?

A nivel individual de cosas negativas no hablo. Al final del camino queda como que el técnico está buscando excusas. Si Benedetti no ha rendido lo que debería rendir, es problema del cuerpo técnico. Hay que buscar que vuelva a los mejores niveles. Yo he hablado mucho con él y una vez le pregunté que si había pensado por qué no había llegado nadie de Europa a buscarlo. Le mostramos con resultados lo que creíamos del porqué no vinieron. A partir de ahí él está en una lucha del jugador completo que nosotros pretendemos que sea. Además, él tiene una carga tremenda porque se dice que hay que venderlo y muy bien. Y él está en un proceso de maduración. Es un chico de 21 años.

El equipo es previsible, no tiene variantes. Delgado o Velasco nunca rotan con Mosquera...

A Mosquera lo tengo que utilizar en el lugar donde mejor juega. Si me hace un trabajo por la banda que es bueno, debo ponerlo ahí. Con Delgado es lo mismo. Cuando no se gana aparecen los porqués. Mire el caso de Delgado: todos me pedían que lo sacara, y desde que Delgado se lesionó todos ruegan para que vuelva. Cuando se nos lesionó fue la última gran producción ofensiva del equipo. Si yo lo tengo por derecha, me rompe defensas, me trabaja de ida y vuelta y tiene aceleraciones que no tiene nadie, ¿dónde lo pongo? Ahí en su puesto. El tema es que todos funcionen. Yo no ando cambiando porque la gente me diga algo. La fórmula del éxito no la he encontrado. La del fracaso sí la conozco y fue cuando le hice caso a todo el mundo.

Es decir, se muere con la suya...

Totalmente. Y para eso me trajeron, porque sino, hacemos un sorteo entre diez aficionados y les preguntamos a quién quieren poner, y ponemos a los más votados.

¿La prioridad del Cali es Liga o la Suramericana, o las dos?

Hoy (domingo) jugamos con Nacional, el jueves con América, luego con Alianza en Barranca y el martes siguiente Santa Fe por Suramericana. Hay que priorizar. ¿Qué equipo pongo? Contra Nacional y América el mejor, con Alianza a dos días de la Suramericana un equipo mixto. La Suramericana es una vez en el año y puede ser la última vez de todos nosotros.

¿Ha sentido la presión del hincha?

A mí no me entran ni las balas. Al que no le guste lo que yo hago, es problema de él, no mío. Yo hago el balance al final. Si la cosa no funcionó, si fui un fracaso, no voy a necesitar que me digan que me vaya. Yo me voy solito, como me ha tocado irme de otros lados. Incluso de Santa Fe. Logré el título más importante de Santa Fe y sin embargo me tuve que ir porque los hinchas me corrieron. Y ahora me ven y me piden que vuelva. Pero no vivo de eso. Aprendí a vivir sin el elogio y sin la crítica porque sino no podría dirigir equipos grandes. Cuando empecé a dirigir equipos grandes me di cuenta de que tenía que vivir aislado creyendo en lo mío.

Si en estos 22 días no sale adelante el Cali, ¿sería un fracaso?

No se me pasa por la cabeza. ¿Sabe cuántos equipos quieren estar en la situación del Cali? En estos días hablé con dos amigos que están en los cuerpos técnicos de dos grandes equipos de distintos países, y me dijeron que otra vez yo definiendo en la Suramericana. Y acá hay un drama. Los grandes de Paraguay, Perú, Chile, Ecuador, Argentina, Brasil y de Colombia están mirando la Copa desde afuera. Y nosotros estamos definiendo el paso a fase decisiva. Pero parece que fuera un caos. Nosotros estamos disfrutando del lugar donde estamos. ¿Dónde vamos a terminar? No sé. Estamos soñando alto. 

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¿Usted comparte sus preocupaciones con otros técnicos amigos?

Yo tengo un equipo de trabajo donde están los preparadores físicos, asistentes y el médico. Estoy permanentemente trabajando todo el tiempo con mi equipo. Y tengo un par de amigos a distancia con los que converso situaciones determinadas, entre ellos un psicólogo personal. El tema es que el técnico debe ser el respaldo de todos, de los jugadores y demás. Pero ¿al técnico quién lo respalda? Entonces trabajo con un profesional que me brinda mucha confianza. Yo no puedo escuchar a todo el mundo porque me vuelvo loco.

En medio del duro momento, le propusieron renovar. ¿Lo va a aceptar?

Hemos hablado con el presidente y lo que le he dicho es que vamos a terminar esta temporada y que después miramos. ¿Por qué? Porque la foto del entrenador es muy cambiante. Si me sacan una foto de la semana pasada, me ponían a Gardel y al lado estaba yo. Pero esta semana soy el diablo. Y después viene el partido del domingo, el resultado con América, y luego no se sabe lo que puede pasar. Lo que sí estamos haciendo es que venimos marcando un camino para los cuatro años, con Pelusso o sin Pelusso.

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