Fútbol
Entrevista: el nuevo presidente del Deportivo Cali, Guido Jaramillo, cuenta en detalle cuál es la tabla de salvación del equipo
No clasificar a los ocho sería un duro golpe deportivo y para las finanzas del equipo.
Por César Polanía / Editor de Deportes
Un administrador de empresas de 62 años, especialista en finanzas y con más de tres décadas de experiencia en organizaciones como Colgate Palmolive y el Grupo Carvajal, se enfrenta a uno de los mayores desafíos en su carrera: salvar al Deportivo Cali.
Guido Jaramillo, asociado azucarero desde hace 34 años, es el nuevo presidente de la institución, luego de múltiples situaciones en un convulso comité ejecutivo que terminaron con la salida de Luis Fernando Mena, quien hasta hace poco era la cabeza de los directivos.
Ahora será Jaramillo quien lidere un proceso que conoce en detalle, pues fue acercado como asesor financiero en la época en que presidía el comité Marco Caicedo, luego llegó a la mesa principal y hoy es quien la lidera, en busca de la fórmula que le permita al Cali tener una solidez financiera que evite su desaparición.
El equipo tiene pasivos que llegan a los 104 mil millones de pesos y acaba de entrar en proceso de reorganización mediante el Decreto Ley 560, pero Jaramillo no solo tiene los ojos puestos en la salvación financiera del club, sino en sus resultados deportivos. La eliminación en la fase previa de las finales de la liga sería un duro golpe. Entrevista.
Mena afirma que lo traicionaron y que hicieron “mini comités” a sus espaldas para sacarlo de la institución. ¿Cuál es su versión?
Nunca hubo “mini comités”. Quizás él se refería a comités de fútbol que tuvimos en Pance, en los que el doctor Hárold Losada y el señor Mena no pudieron estar.
¿Por qué hubo tantas confrontaciones entre los directivos?
Hubo desacuerdos. Todos sabemos la situación que atraviesa el equipo y por eso hemos buscado disminuir gastos. El semestre pasado nos costó 3260 millones de pesos hacernos a los servicios de jugadores nuevos; este segundo semestre, la contratación de jugadores libres costó 270 millones de pesos. Comenzaron entonces diferencias de criterios en lo financiero y lo deportivo, y uno los puntos clave era acogernos al Decreto Ley 560. En principio hubo oposición de uno de los miembros del comité ejecutivo, aunque este era ya un mandato de la asamblea.
¿Por qué se oponía?
Porque pensaba que había otros mecanismos de salvación, pero nunca fueron presentadas esas propuestas y se profundizaron las diferencias.
Se trataba del señor Mena...
Para no entrar en esos detalles, que hacen parte de un acta, digamos que un miembro del comité ejecutivo. Y luego vino el tema de la llegada del ‘Chino’ Sandoval, a lo que también se oponía ese directivo, en respaldo al profesor Jorge Luis Pinto, pero hoy nos damos cuenta de que no nos equivocamos con ese jugador. A raíz de esas diferencias, propusimos que hubiera rotación en la presidencia, dos miembros se opusieron, pero al ver que nada cambiaba en el día a día de la gestión del equipo, el 22 de agosto volvimos a plantear lo de la rotación. El médico Losada no estaba, pero había podido conectarse con un link; tampoco estuvo Mena, quien dijo que se excusaba por un procedimiento médico del que nunca supimos hasta entonces. Y procedimos a hacer la junta donde se dio el cambio en la presidencia.
¿Hoy, legalmente, usted es el presidente del Deportivo Cali?
Mena presentó recurso de reposición ante el Ministerio del Deporte, que lo está estudiando, pero yo estoy fungiendo administrativamente como presidente. De hecho, el lunes estuve en la reunión de la Dimayor y fui recibido y reconocido por su cabeza, Fernando Jaramillo, como presidente del Deportivo Cali. Y nosotros no tenemos más que palabras de agradecimiento para Luis Fernando Mena por su compromiso y dedicación al equipo.
¿Qué tanto ha afectado a la institución el desgobierno?
Siendo muy objetivo, no hemos sentido ninguna afectación. En este momento nuestra relación principal debe estar enfocada hacia los bancos, los acreedores, los asuntos fiscales, los asociados y los trabajadores. De todos estos sectores ha habido total respaldo. Todas las decisiones nuestras han sido institucionales y en consenso. La rotación fue sustentada con cada una de sus razones en un acta. Había decisiones que eran tomadas en el comité sin ser consultadas y con eso no estábamos de acuerdo. Hoy todo se discute y se decide en consenso.
¿Por qué pasaba eso?
A veces se toman decisiones personales, que porque soy el líder de un grupo, entonces puedo decidir yo, y no es así, esto es un cuerpo colegiado, donde hay cinco profesionales idóneos, y ese estilo no gustó.
¿Qué sigue en este proceso?
Lo primero que hicimos fue frenar ese tren de gastos en el que veníamos, que se incrementaba cada vez más, porque los gastos superaron los ingresos, y nunca se tomaron decisiones. Entrar al Decreto Ley 560 fue una decisión nuestra, respaldada por una asamblea, y no podíamos seguir con el nivel de endeudamiento que traíamos. Hoy nos estamos ahorrando al mes alrededor de 1200 millones de pesos con respecto al año anterior. Hemos llegado a un punto de equilibrio, tenemos gastos por 3600 millones de pesos al mes, frente a unos ingresos de 3800. No es lo ideal todavía, pero ya no gastamos más de lo que nos ingresa, que era lo que nos decían los bancos antes. Lo que viene, entonces, es presentar el 18 de octubre el acuerdo con los acreedores, cumplir el plan de gastos operacionales que matriculemos, lo que implica que nunca más nos podremos atrasar dos meses en salarios, porque vendrían sanciones mayores, como perder los derechos deportivos, y eso nos llevaría a una liquidación. Y, finalmente, terminar el proceso yéndonos a una sociedad anónima, porque es lo que nos han pedido los que quieren invertir en el equipo, es decir, que ellos tengan el manejo del capital.
¿En cuánto están hoy los pasivos?
Están en 104 mil millones de pesos y con el flujo de caja que tenemos no va a ser posible pagarlos. Recibimos la deuda en 95 mil millones, se ha incrementado en 9 mil por los intereses. La sociedad anónima es la tabla de salvación. Traería muchos beneficios. Una de las preocupaciones de los asociados es perder sus derechos, y se podría entonces no vender todo el porcentaje de la institución. Si llega un inversionista, podríamos competir con una nómina mucho mejor. En Colombia tenemos los ejemplos, el mismo América, Nacional, Millonarios, Santa Fe.
¿Por qué se demoró tanto el Cali si ahí estaban los espejos?
No debimos llegar a estas instancias, se pudo haber hecho unos años antes y la situación no habría sido tan crítica. Cuando América tomó la decisión, su deuda era de 32 mil millones, la de Santa Fe era de 28 mil millones. En el 2017, la deuda del Cali era de 26 mil millones y en cinco años pasó a 95 mil millones. Hoy vamos en 104 mil millones con los intereses. Varios expresidentes con los que hemos hablado nos reconocen haber dado este paso valiente y estamos a tiempo de salvar al Deportivo Cali. Estamos al límite, no hay otra salida, porque, de lo contrario, hay que liquidar.
¿Hay inversionistas interesados?
Sí, hay cuatro, algunos extranjeros, que están en estudio con la firma de auditoría Ernst & Young, una de las mejores calificadas en el mundo.
¿Cuántos inmuebles embargados?
Todos, prácticamente. La sede de Pance, la sede del norte, el lote del hipódromo y una tribuna del estadio.
¿Hay confianza de los bancos en la negociación?
Total. No les estábamos pagando, pero con el acuerdo que haremos con los acreedores podremos responder. El patrimonio del Cali es mayor que sus pasivos, es decir, no está ilíquido.
¿Cuándo podríamos hablar ya de una sociedad anónima concreta?
Los asociados deben votar en la asamblea del 30 septiembre positivamente, que nos den el aval para estudiar cuál es la mejor figura jurídica que nos permita ir a una sociedad anónima. Y también deben aprobar ese día que el acuerdo con los acreedores sea como lo estamos proyectando, a cinco años de gracia. En todo el proceso del paso de asociación a sociedad anónima podríamos tardar entre 18 y 24 meses. Cuando tengamos claro el camino, habrá más inversionistas interesados de los que hay ahora, porque el fútbol es un buen negocio. Ojalá podamos vender el equipo en un precio justo, eso lo dice el mercado, y lo ideal es que los asociados queden con alguna parte, son 112 años de historia. No nos debe dar miedo irnos a una sociedad anónima como lo han hecho otros equipos.
¿Qué pasa si el equipo no entra a los cuadrangulares?
El impacto podría ser de unos 700 millones de pesos por taquilla, alrededor de 2800 millones de pesos por cuatro partidos que se jugarían de local si el equipo es finalista; eso es mucho dinero. La nómina total de nosotros, con todos los empleados, cuesta mensualmente 1600 millones, es decir, ese dinero nos serviría para pagar un mes y medio de salario. Sería un duro golpe. Tendríamos que buscar otras fuentes de ingreso. Por eso, mi llamado a los hinchas es que debemos llenar el estadio en cada partido.
¿Cree que le alcance al equipo para clasificar?
Soy respetuoso totalmente del trabajo del técnico Jaime de la Pava. Para el próximo semestre será fundamental tener un 9 goleador. Fuimos por un arquero panameño para este semestre, pero nos cambiaron las condiciones a última hora. Es necesario tener un cinco, es decir, le estoy hablando de fortalecer la columna vertebral. Y me gusta la camada de jugadores jóvenes que está surgiendo, porque son ellos los que nos van a dar la mano desde el punto de vista financiero. De hecho, si por el ‘Chino’ Sandoval nos empiezan a tocar la puerta al final del año, lo miraremos, porque en este momento la urgencia es financiera.