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A la izquierda Juan David Correa, editor de Planeta, conversó con Juan Manuel Santos en el Teatro Jorge Isaacs, en el marco de la Feria del Libro de Cali. | Foto: El País

LITERATURA

Los detalles de 'La batalla por la Paz' que reveló Juan Manuel Santos en Cali

En el marco de la Feria del Libro de Cali, Juan Manuel Santos habló este miércoles sobre su libro de memorias.

16 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

Con lleno total en el Teatro Jorge Isaacs de Cali, el expresidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos presentó en la noche de este miércoles su libro ‘La batalla por la paz’, memorias del proceso de paz, contado desde sus entrañas y con la perspectiva de quien fuera la cabeza visible del Estado colombiano durante los largos años de negociaciones.

Condujo la charla Juan David Correa, de Editorial Planeta, editor de ‘La batalla por la paz’ y quien propuso un recorrido década por década hasta culminar con las reflexiones finales sobre el presente y futuro de la paz.

Santos, cuyo libro es uno de los sucesos editoriales del año en Colombia, expresó su gratitud por Cali, ciudad a la que considera muy cercana a su corazón pues aquí ganó el “Sí” en el famoso Plebiscito por la paz. “Es un honor y un placer regresar a Cali como un ciudadano corriente, me siento como en mi casa aquí”, dijo en medio de la ovación de los presentes.

“No fueron seis años de negociaciones, fueron 35 años de esfuerzos, para terminar una guerra que duró más de medio siglo y produjo más de 8 millones de víctimas”.

Sobre su infancia, recordó cuando en los años 50 Eduardo Santos hospedó a Guadalupe Sarmiento. “Yo dormía mucho en la casa del abuelo y cuando me despertaba, en la cama del lado había un señor dormido”, dice Santos, quien años después se enteró de quién era aquel misterioso personaje, aquel guerrillero liberal.

“Con el abuelo íbamos de vacaciones al Tolima, en los tiempos de Sangre Negra, de Tarzán y Chispas, crecí en ese ambiente de guerra y años después como periodista llegó la época de los carteles y las mafias de la droga. Entendí que este país no tenía futuro si no lograba la paz con la guerrilla más antigua del continente”, expresa.

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Alguna vez pensó que sería almirante. Un día, un guarda le entregó a Santos y otros cadetes navales una ballenera. “Nos dijo: aprendan a navegar. Casi nos volcamos. Nos dio una lección para la vida, aplicable a la política, a los países, a todo: ‘Siempre hay que tener un sitio a dónde dirigirse, así los vientos sean contrarios. Apliqué esa lección muchos años después’”.

En los años 70 vivió el país desde la distancia, “tenía 23 años y ocupaba una posición importante para el país desde Londres, en la Federación de Cafeteros. Vi lo que pasaba en el país con la perspectiva y con el contexto de un país que, como el Reino Unido, también vivía épocas convulsionadas”, dijo, y recordó que fue testigo directo de las acciones terroristas del IRA.

En los años 80 regresa al país. “Nunca dudé en regresar, no se me pasó por la mente la idea de quedarme a vivir en Londres. Regresé por la familia que me jalaba y porque me ofrecieron brincarme a mis primos y hermanos para dirigir El Tiempo”, confiesa.

Y añadió: “El periodismo es el perro guardián de la sociedad, si está contento bate la cola, si sufre ladra o muerde, por eso a los gobernantes no nos gusta que escarbe tanto, porque resaltan lo negativo, pero esa es la razón de ser del periodismo. Las críticas lo despiertan a uno y le dan polo a tierra. Para los gobernantes es un mal necesario, para la opinión pública es indispensable”.

Explica que la principal característica de un líder es la empatía, poder ponerse en los zapatos de otro. En el caso de un gobernante, “sentir las ansiedades del pueblo, sus sueños, y esa empatía pude desarrollarla ejerciendo el periodismo, en contacto directo con la opinión pública”. La decisión más difícil que tomó como director encargado fue publicar -contra todo consejo- la noticia de la reunión del gobierno de López Michelsen con el cartel de Medellín para negociar, incluso, el pago de la deuda externa colombiana, 20 días después del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla.

“En ‘La batalla por la paz’ cuento cómo superamos obstáculos y dificultades enormes, anécdotas que no se conocen y cuento cómo aprendimos unas lecciones que compartimos ahora con el mundo sobre la resolución de conflictos”.

El propio Gabriel García Márquez le recriminó esta decisión, que según él hizo correr mucha sangre, pero Santos -dijo- siempre estuvo seguro de haber obrado con la responsabilidad que como periodista le correspondía.

“Esta gente no hubiera negociado de buena fe, esta gente es poderosa, compran tiempo pero no es la solución a largo plazo, pensé, y fue lo correcto”.

Revela otra anécdota presente en el libro: “Para confirmar la noticia llamé a López y le dije ‘tengo una noticia para publicar mañana, que usted se reunió con Pablo Escobar en el Hilton de Panamá’. Y López tenía esos silencios que duraban 15 segundos... y dijo ‘No fue en el Hilton, fue en el Marriott’”.

Santos revela que a través de los años se convirtió en un estudioso de los procesos de paz en el mundo. “Y de ahí pude extraer una serie de lecciones que apliqué para este proceso: las condiciones deben estar dadas y no se puede iniciar sin condiciones mínimas. En el caso de Betancourt no fue exitoso porque mis antecesores creían que las Fuerzas Armadas iban a estar en contra. Y Betancourt tenía mucho enemigo agazapado que no permitía que la paz prosperara. Hay buitres que viven de la guerra y que no tienen interés en que las cosas cambien”, aseguró este miércoles.

Concluyó Santos al cierre de la charla: “No podemos decir que no podemos. Sí podemos. Si algo salió de la experiencia es que lo imposible fue posible y con esa polarización y ese coletazo hay que ir poco a poco haciendo lo que el Papa dijo: reconciliación. No hay acuerdo perfecto. Soy optimista, el acuerdo está blindado jurídicamente. Y como le dije al Papa: le entregó la paloma, porque ahora debe volar sola”.

“Si hay descontento de lado y lado es porque hay un buen acuerdo. La esencia está protegida legalmente, Naciones Unidas expresó de nuevo hace pocos días su apoyo el acuerdo de paz en Colombia, y nos debe estimular en la construcción de esa paz”.

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