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Su primera edición apareció en las librerías del país en diciembre, pero con el punto final en la escritura del libro y su posterior publicación, no acabó todo. | Foto: Foto: Colprensa

LITERATURA

'Hembrujas': el libro de las voces que faltan en la lucha por la equidad de género

Claudia Palacios recibió el Premio de Periodismo CPB por su tercer libro: ‘Hembrujas’. Reunió 83 entrevistas sobre equidad de género y asegura que a esta lucha “le faltan hombres”.

8 de marzo de 2020 Por: Redacción de El País

En principio, se reuniría con 30 mujeres a las cuales entrevistaría, pero terminó encontrándose con 83 que son la columna vertebral de ‘Hembrujas: Muchas voces en una lucha en la que faltan hombres’, el tercer libro de la periodista Claudia Palacios, el cual dedica al tema de la equidad de género.

Un recorrido a través de las voces de estudiantes de colegio, así como la última sobreviviente de la lucha por el voto femenino en los años cincuenta, junto a artistas, emprendedoras, militares, pioneras, políticas, religiosas, víctimas de violencia. Encuentros que tenían como fin contar con una serie de voces que representaran el ser mujer hoy en un país como Colombia.

Su primera edición apareció en las librerías del país en diciembre, pero con el punto final en la escritura del libro y su posterior publicación, no acabó todo. Claudia sigue profundizando en el tema, encontrándose con más voces autorizadas en el tema, y más interesados en conocer de él, gracias a la tecnología, pero también por medio de sus conferencias e incluso una obra de teatro, donde ella se lanza al ruedo y hace su debut actoral.

¿Qué significa para usted haber logrado el Premio de periodismo CPB por el libro ‘Hembrujas’?

Un jurado muy calificado, Juan Gossaín, fue muy deferente con lo que dijo acerca del libro y para mí que una persona de su categoría, que sabe escribir y tiene era gran trayectoria periodística, hable así de mí trabajo, es halagador y comprometedor. Esto me ayuda a potencializar el mensaje, me da una oportunidad para seguir ahondando en la necesidad de que estos contenidos lleguen a más gente no solamente en el formato libro.

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Es un trabajo de largo aliento ‘Hembrujas’...

Fue un trabajo muy intenso porque si lo comparo con los otros dos libros que he hecho, este me tomó mucho menos tiempo, en seis meses. Yo apenas estaba haciendo el trabajo de campo para el libro cuando salí de El Tiempo. Aunque nunca es bueno que lo echen a uno de ningún lado, también me dio tiempo para el libro. La mayoría de las entrevistas, excepto unas diez, fueron en Bogotá, no como en mis anteriores libros que tenía que ir hasta lugares como Montes de María y otras regiones del país.

Un encuentro con 83 mujeres que hacen parte del libro...

Alcancé a entrevistar a nueve hombres, y los saqué, porque el libro estaba quedando más voluminoso de lo que nos habíamos imaginado, entonces los sacamos para hacer un próximo libro de solo hombres. Por eso, en abril empezaré la tarea de mi cuarto libro teniendo ya esas primeras nueve entrevistas para seguir hablando de temas de género.

Este es un trabajo que no terminó con la publicación del libro...

Uno como autora necesita tiempo después de publicar el libro, para divulgar el mensaje. Con la obra de teatro están pasando cosas muy interesantes y yo quiero sacarle el mayor jugo a eso, porque a mí lo que me interesa al escribir libros es dar un mensaje. Pensando justamente en cómo llegar con el mensaje a más personas, lo que no había hecho con los anteriores, fue un trabajo audiovisual. A cada una de las entrevistadas les hice un Facebook Live lo que me permitió empezar a generar una comunidad en torno al libro y luego lo edité y se encuentra en mi canal de YouTube.

¿Cómo surgió la idea del título ‘Hembrujas’?

Una de las preguntas que le hacía a las mujeres en el Facebook Live era: ¿Qué nombre le pondría a este libro? Lo hacía porque dentro de los temas de género se encuentra el lenguaje inclusivo, que hay mucha controversia. Al terminar, con mis conclusiones, escogí y armar algunos de esos títulos, colocando seis en mis redes para que la gente votara. Una de las ideas que me dio uno de los hombres que entrevisté es que debería usar un título que reivindique a las mujeres que han querido incidir en la sociedad y terminaron quemadas acusadas de brujería.

Me gustaba mucho la palabra “brujas”, bienvenidas las brujas, no debería ser un insulto, debería ser un halago, porque buscan incidir en la sociedad, y si a eso le llaman brujas, buenísimo. También encontré que estas más de 80 mujeres que entrevisté tienen como común denominador una fuerza creativa, un poder creador de soluciones, de un montón de cosas que son importantes para la sociedad, y me pareció que la palabra que mejor él significaba ese creador de las mujeres era hembra, que hasta ahora se concentra en la capacidad de tener hijos, pero también en esa fuerza creadora.

¿Cómo fue la construcción de la estructura de ‘Hembrujas’?

Me matriculé en la maestría en Género de la Universidad de Los Andes, paralelo a la creación del libro. No encontré un libro como este, que hablara de nuestra actualidad, con desafíos y que a pesar de eso están encontrando la manera de trabajar e influir para que exista más equidad de género. Por eso, hicimos un libro de mujeres actuales donde el lector, de manera fácil, conectara con esas historias.

¿En esta lucha faltan hombres?

Al principio no planeaba entrevistar hombres, pero en el trabajo de campo me encontré con muchos hombres haciendo cosas para trabajar por la equidad de género, desde la empresa, la Iglesia, la juventud. Sí los hay pero no son la mayoría. A los hombres las masculinidades tóxicas los matan y se las estamos enseñando a los niños desde que nacen y se vuelven comportamientos que se aprenden y se creen normales, pero que no nos damos cuenta que en el transcurso de la vida de una persona la va formateando para llegar a convertirla incluso en un feminicida. Son mensajes que se los decimos en la casa, el colegio, en los comerciales, en las novelas y hasta en las canciones, donde el hombre tiene que estar defendiendo y demostrando su masculinidad desde niño, porque les enseñaron que si le dicen gay o niña es un insulto. Deben demostrar que son hombres a como dé lugar, y la manera de demostrarlo es a través de la agresión.

‘Hembrujas’ será obra de teatro

¿Y la obra de teatro?

También fue pensada en no limitar el mensaje libro por el hecho de que yo sé que es un tema que de entrada provoca resistencia o rechazo en ciertos públicos. De ahí, mi idea es valerme del arte que ayuda a suavizar el mensaje y se le preste más atención. Entre otra persona y yo escribimos el guion, junto a un equipo de actores se montó la obra de teatro en la cual yo también actúo, lo cual está resultando muy bien.

¿Cómo responden sus lectores?

Muy lindo, muy especial. La obra de teatro ha sido un hit, que al principio era un experimento porque no soy actriz y tengo una carrera en periodismo. Era un riesgo profesionalmente pero que me parecía que valía la pena correrlo. Ha ocurrido lo que yo quería, que la gente reflexionara sobre estos temas de género, pero pasándola bien, que no fuera algo pesado, jarto, donde se sintiera atacado o juzgado.

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