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Admirador de la obra de Álvaro Mutis, el escritor caleño Antonio García Ángel siempre se preguntó qué podría escribir sobre el inventor de Maqroll que ya no se hubiera dicho. La clave la encontró en los bares que habitaron los personajes de su obra. Y en los tragos que allí bebieron. Historia de una 'jumma'.

CALI

Un paseo por la novela criminal con el escritor caleño Antonio García Ángel

El escritor y guionista Antonio García Ángel, quien este mes dará un taller virtual de escritura, habla de su pasión por la novela negra, de cuáles son sus principales exponentes y qué se ha escrito dentro del género criminal en Colombia.

13 de mayo de 2021 Por:  L. C. Bermeo Gamboa, reportero de Gaceta 

Antonio sube a un taxi y pide que lo lleven a una clínica en el sur de Cali. Esta mañana tiene programada una prueba para descartar que tenga Covid-19. Me cuenta esto tranquilamente, como si se tratara de una diligencia que realiza regularmente desde hace años, como pagar los servicios públicos. De inmediato se desvía del tema y, como para hablar de algo realmente importante, me dice que ahora está trabajando en una nueva novela, “voy más o menos por la mitad, la idea es concentrarme para terminarla, ojalá de aquí a final de año”.

Desde el 2017, cuando publicó la novela gráfica ‘El taxista llama dos veces’, realizada junto a Keco Olano y Juan Carlos Rodríguez, la carrera del escritor caleño Antonio García Ángel se ha concentrado en proyectos audiovisuales y cinematográficos, entre estos se encuentra el guión que escribió junto a Pilar Quintana para la película ‘Lavaperros’ (2021), que dirigió Carlos Moreno y se estrenó recientemente en Netflix. No obstante, en la obra literaria de Antonio García Ángel podemos encontrar reconocidos títulos, como las novelas ‘Su casa es mi casa’ (2001), ‘Recursos humanos’ (2006) que fue escrita con el acompañamiento de Mario Vargas Llosa y llevada al cine como ‘El jefe’ (2011), así como el libro de cuentos ‘Animales domésticos’ (2010), el ensayo ‘Jumma de Maqroll El gaviero: una lectura etílica’ (2015), y ‘Declive’ (2016), su última novela publicada. Al mismo tiempo, en el campo audiovisual fue guionista y presentador de la serie documental Buena Letra, y en 2020 dirigió el programa Fractal en Canal Trece.

Escucho una puerta que se cierra, las indicaciones para llegar y Antonio que me dice, “empecemos”. Yo lo voy acompañando, pero como todo en estos días, mi compañía es virtual. A través de una llamada vía WhatsApp, que a veces me parece impertinente, ya que al hablar conmigo puede que no se concentre en su diligencia o que al caminar por la calle se tropiece, no sé, tal vez no haya sido el mejor momento para llamarlo, pero él insiste y aclara, “hablemos mientras voy en el taxi”. Antonio es un escritor polifacético, por lo que no tengo muy claro hacia dónde llevar esta entrevista, así que empiezo por lo más actual.

La Universidad Icesi organizó para el próximo jueves 20 de mayo, a las 5:00 p.m., un taller virtual de guión a cargo Antonio García Ángel. El evento será abierto a todo el público, los interesados pueden ingresar a través del link: http://www.icesi.edu.co/posgrados

—¿Cómo fue el trabajo a cuatro manos con Pilar Quintana para escribir el guión de ‘Lavaperros’?

—Mirá es que Pili y yo nos entendemos muy bien, pues porque somos amigos, contemporáneos y caleños, entonces tenemos un universo en común. Eso crea una buena química entre nosotros, además por allá como en el 2011, ella me dijo que escribiéramos algo juntos, y como también tenemos en común el gusto por las películas de Quentin Tarantino y por un escritor norteamericano de novela policiaca, que se llama Elmore Leonard, y es el autor favorito de Tarantino… Una de las novelas de Leonard, ‘Rum Punch’, cuya adaptación la hizo Tarantino, se llama ‘Jackie Brown’. Entonces con Pilar teníamos esta idea de hacer una historia muy en ese tono, sobre bandidos de poca monta, malandros con Sisben. Después de definir ese tono y las influencias en común, también quisimos mostrar el ambiente de Cali a finales de los 80 y principios de los 90, cuando tuvo mucho impacto el narcotráfico. Empezamos a trabajar en esa historia y fue como en 2016 cuando nos ganamos la Beca para desarrollo de guión del Fondo de Cinematografía Colombiana, para entonces ya habíamos contactado a Carlos Moreno, caleño y contemporáneo de nosotros, y de quien habíamos visto su trabajo en ‘Perro come perro’ y sentíamos que era la persona indicada para contar esta historia. Hablamos con él y se montó al proyecto. Con esa beca pudimos hacer un trabajo más dedicado, acompañados de un “script doctor”, que es un asesor de guión, en este caso Joan Marimón quien nos ayudó a ir puliendo la historia, atendiendo sus consejos y la visión de Carlos, porque también era su película.

—En la película se distinguen esos guiños al cine de Tarantino, pero por otro lado muestra a estos mafiosos en decadencia, bastante pobres de hecho, ¿de algún modo buscaron criticar esa imagen espectacular de la mafia que se ve en otras películas de narcos colombianos?

—Claro, una imagen que teníamos muy nítida desde el principio fue la del traqueto como don Óscar, un tipo ya en decadencia metido por allá en una finca destartalada, escondiéndose y perdido en la marea del alcohol y la soberbia, todo lo que finalmente lo lleva a su caída. A partir de esa imagen fuimos construyendo la historia, y también con una idea muy clara de Carlos, y que nosotros compartíamos, sobre quitarle los fastos y el glamour a ese mundo del narcotráfico que ha sido tratado de esta manera. Si uno ve otras películas o series que se han hecho, uno encuentra que el narcotráfico ha sido tratado de dos maneras: una forma glamurosa y otra como una épica, como si se tratara de héroes. Nuestra idea fue apartarnos de la épica del narco para contar algo más patético, esa mafia chichipata.

—¿La película se realizó en Cali?

—Aunque nosotros habíamos pensado hacerla en Cali, cuando Carlos nos sugirió hacerla en Tuluá, la historia ganó mucho al perder, digamos; perdió mucho del brillo citadino y se volvió más opaca, pueblerina, y eso benefició la historia.

—¿Qué aspectos tomaron de Tarantino y Leonard?

—Es tarantinesca y leonardiana en el sentido de que es coral, no es una historia que tenga un protagonista muy claro, no hay un arco dramático para un personaje principal, sino que son varios protagonistas cuyas historias se van desarrollando por separado y después se van entreverando.

En este momento recuerdo que en el año 2007, Antonio fue el otro escritor caleño, junto a Pilar Quintana, que el Hay Festival incluyó en su primera lista de Bogotá 39, donde escogieron 39 autores latinoamericanos menores de 39 años cuyas obras están entre las más prometedoras de la literatura contemporánea. Para entonces Antonio García Ángel había publicado dos novelas, ‘Su casa es mi casa’ y ‘Recursos humanos’, la primera de ellas es una historia con marcada influencia del género criminal.

—¿Cómo nació su interés por la novela negra?

—Cuando yo estudié literatura y comunicación en Bogotá, recuerdo que por allá en el primer semestre descubrí a Raymond Chandler, también leí las novelas de Sherlock Holmes, y me puse a leer muchos de esos libros que se intercambiaban y de los que más se hablaba en las cafeterías que en los salones, porque es un tipo de literatura que no tenía muy buena carta de presentación en su momento, pero que ya tiene un amplio reconocimiento. En esa época empecé a armar mi colección de literatura policiaca. De hecho, mi primera novela, ‘Su casa es mi casa’, es una historia con la que pretendí saldar mi deuda con este género, hacer mi aporte, porque para cuando se publicó no había mucha narrativa policial en Colombia, y yo quería compartir mi entusiasmo por un género que me ha hecho tan feliz.

—¿Qué importancia puede tener la novela negra en Colombia?

—Puesto que la sociedad colombiana está muy permeada por la corrupción y la violencia, y donde las instituciones se están desmoronando y el crimen campea por todo el país, una literatura que tiene como eje al crimen mismo, nos permite hablar mucho de nuestra realidad social.

—Pero, ¿hay autores colombianos que han escrito novelas negras?

Hay algunos, por ejemplo, ‘La tragedia de Belinda Elsner’, una novela negra de Germán Espinosa. Pero, nunca en Colombia ha habido un gran entusiasmo por el cultivo de la novela negra, quizá sea porque como vivimos con el crimen tan cerca nos tome tiempo digerir la realidad y encontrar la forma de que eso llegue a convertirse en literatura de calidad. Aunque siento que ahora han surgido algunos autores más recientes como Nahum Montt, Santiago Gamboa, Octavio Escobar Giraldo y Gonzalo España, este último con una serie novelística de un detective. También, ‘La modelo asesinada’ de Óscar Collazos. Como te digo, no hay nadie que se haya dedicado exclusivamente a trabajar este género, son escritores que entran en él para una o dos obras, y luego continúan su carrera por otros caminos.

Al parecer el taxista no podrá llegar a la clínica debido a las vías cerradas y trancones que tiene a esta hora Cali, por lo que Antonio paga y decide llegar caminando a su cita. Como temo distraerlo del camino, le hago mi última pregunta: que me comparta una lista para los lectores interesados en descubrir la novela negra.

—¿Qué novelas le recomendaría a un lector interesado en conocer el género criminal?

—Pienso que todos pueden empezar con Raymond Chandler, ese fue el que me hizo enamorar del género. Pero te voy a dar una buena lista de norteamericanos, latinoamericanos y españoles para que los busqués. Estos mirá: ‘El largo adiós’ de Chandler, ‘1280 almas’ de Jim Thompson, ‘La dalia negra’ de James Ellroy, ‘Cosecha roja’ de Dashiell Hammett, una más contemporánea es ‘Get Shorty’ de Elmore Leonard, en español se llama ‘Cómo conquistar Hollywood’, y tiene un personaje llamado Chili Palmer, interpretado por John Travolta en las películas que adaptaron. Entre las latinoamericanas, la primera es ‘El gran arte’ de Rubem Fonseca, ‘Luna caliente’ de Mempo Giardinelli, ‘Tatuaje’ del escritor español Manuel Vázquez Montalbán, ‘Días de guardar’ de Carlos Pérez Merinero, y ‘El invierno en Lisboa’ de Antonio Muñoz Molina.

—Allí ya son 10 títulos…

—Pero no te recomendé ninguna mujer y hay unas escritoras buenísimas, ampliemos la lista con estas: la brasilera Patricia Melo con su novela ‘Killer’, y una clásica que no puede faltar, Agatha Christie con ‘El asesinato de Roger Ackroyd’, una novela muy interesante porque el narrador es el mismo asesino.

En este momento, ya un poco agitado, Antonio llega a una esquina y pregunta a alguien que por dónde está la clínica tal, me despido de él no sin antes preguntarle si volverá a escribir otra novela negra, me dice que siempre espera volver al género, tal vez después de la novela que ahora está escribiendo. Después de colgar esta entrevista me quedo con un misterio que no resolveré jamás: ¿qué resultado dará su prueba de Covid-19? Mientras Antonio acude a su cita, por otros lados de esta misma ciudad, la realidad es una mezcla insoportable de novela criminal y distópica.

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