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Personajes clásicos, y nuevos como Forky, hacen parte de esta nueva entrega de Toy Story, que se espera sea nuevamente un éxtio en la taquilla mundial. | Foto: Cortesía para El País

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Crítica: Toy Story 4, una película que no está a la altura de sus predecesoras

Aunque Toy Story 4 intenta cuidar a sus más fieles seguidores, se asegura de incluir nuevos elementos para las nuevas generaciones. El resultado, una película tibia, tal vez la más floja de la saga.

7 de julio de 2019 Por: Claudia Rojas  / Especial para Gaceta

Quienes hemos presenciado la evolución de las aventuras del vaquero Woody y sus amigos, sabíamos que la cuarta entrega de ‘Toy story’ encerraba un riesgo. Ya en el tercer episodio de esta saga, su protagonista humano, Andy, se despedía de sus amados juguetes y así pretendía ponerle punto final no solo a esa etapa de su vida sino también a la saga.

Aquel momento fue triste para los espectadores más románticos. No era fácil hacerse a la idea de quedarse solo con los recuerdos de las aventuras pasadas y resignarse a no volverlos a ver en acción, pero bien dicen que todo lo que empieza…termina.    En aquel entonces pensábamos que en medio de todo, con Bonnie, Woody y sus amigos habían quedado en buenas manos y eso nos servía de consuelo. Ingenuos que somos.

Cuando una marca produce tan buenos números, podría resultar necio cerrar el negocio y apagar la luz. Por eso, Toy story llegó a la pantalla en su cuarta versión con una apuesta que cumple con las expectativas. Pero no que las supera.

Lo cierto es que las anteriores versiones nos acostumbraron mal. Ante tramas potentes que daban cuenta de grandes dramas humanos vividos a través de los juguetes, tales como sentirnos traicionados por nuestro mejor amigo, o ser olvidados, las versiones 1 y 2, nos enamoraron con una pandilla que sabía salir bien librada antes las dificultades.

Buzz, el señor Cara de papa, Rex, Tiro al Blanco y Control eran bien conocidos, no solo por sus personalidades sino por las relaciones que habían cruzado entre ellos.

Así también desde su comienzo, la serie superó la ligereza de ser una simple película para niños, pues a través de sus subtramas emergieron asuntos no tan ligeros, como el abandono, la frustración y la despedida.

Todo siempre sazonado con dosis de humor y mucho positivismo.
De ahí que la versión 4 representará un gran reto para sus creadores. Era obvio que tenían que sacar provecho de los elementos más conocidos, para esgrimirlos a manera de guiño y generar en sus espectadores más fieles una sonrisa de complicidad, pero también era necesario aportar nuevos elementos (incluso personajes) que sedujeran a más pequeños. El resultado que lo juzgue cada cual.

Es claro que la película no está mal en cuanto a que narra una historia entretenida, llena de giros y que propone la aventura del viaje y del regreso a casa que se ha propuesto en sus anteriores versiones.

Y como en las anteriores también en esta hay nuevos juguetes, nuevos retos y nuevos enemigos. Tal vez por esto, Toy story 4 termina siendo la menos original de la saga, entretenida es verdad pero repetida en obstáculos, enemigos y peripecias.

Al igual que la 3, en la que los juguetes son tomados por prisioneros en una guardería, en esta solo cambia el lugar por una tienda de antigüedades. Allí, por supuesto también hay un grupo de juguetes resentidos que ejercen justicia por su cuenta, esta vez en lugar de un Oso que huele a fresas, hay una antigua muñeca de cuerda que tiene roto su mecanismo y que quiere a toda costa recuperar su voz.

Pero aquí no terminan los elementos repetidos, además de las referencias, también encontramos influencias de otras películas animadas. Por ejemplo, la personalidad que ha ido desarrollando Bonnie, me hace pensar en estas nuevas generaciones que ya fueron detectadas en ‘Intensamente’ y la joven con depresión.

Esto, como es de esperarse, representa el cambio más grande en la producción porque ante el drama humano, los juguetes solo se convierten en una subtrama en la que por demás adolece la tensión dramática y el peligro.

Entonces, no basta con la reivindicación del juguete extraviado como expresión máxima de libertad, ni el sacrificio de Woody por cuenta de una niña que de lejos reconocemos no le da ni a los tobillos a Andy. No basta porque sus más fieles espectadores nos sentimos de alguna manera abandonados y no porque no esté Andy sino porque a cuenta de la introducción de nuevos personajes, se han sacrificado los más antiguos integrantes del grupo.

En esta 4 versión no oímos los comentarios pesados de cara de papa, tampoco nos podemos divertir con las nerviosas acciones de Rex y ni hablar de los ausentes que están los demás.

Así pues pareciera que esta nueva versión de Toy story marca el comienzo de la nueva etapa Bonnie y que a partir de ahora las cosas serán distintas. No será el fin de la saga, pero sin duda puede ser el comienzo del fin. No logra superar ni estar a la altura de las anteriores. Tampoco es que marque el final de la saga, pero de seguir así, el final ha comenzado. Que empiece el duelo. @Kayarojas

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