LITERATURA

De la 'Aniquilación' poco queda, reseña de la última novela de Michel Houellebecq

Michel Houellebecq, uno de los escritores más leídos y polémicos de la actual literatura francesa, y con amplia circulación en países de habla hispana, publicó con gran despliegue en 2022 su novela ‘Aniquilación’. No obstante, para el crítico que la reseña aquí, muchas de las promesas que hacen desde la publicidad editorial se quedan cortas en la primera lectura.

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Michel Houellebecq, uno de los escritores más leídos y polémicos de la actual literatura francesa, y con amplia circulación en países de habla hispana, publicó con gran despliegue en 2022 su novela ‘Aniquilación’. No obstante, para el crítico que la reseña aquí, muchas de las promesas que hacen desde la publicidad editorial se quedan cortas en la primera lectura. | Foto: Foto: Lionel Bonaventure / Afp

21 de dic de 2022, 06:50 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 06:35 a. m.

La más reciente ‘Aniquilación’, de Michel Houellebecq, me pareció vieja como sus otras novelas que me he leído: ‘Ampliación del campo de batalla’ (1994), ‘Plataforma’ (2001), ‘El mapa y el territorio’ (2010). Creo que también lo son ‘La posibilidad de una isla’ (2005), ‘Sumisión’ (2015), ‘Serotonina’ (2019), que me fueron insufribles. Hay mucho métier (pericia), pero no escritura. Esta anda estancada en el siglo XX (pero no alcanza ni a beber de Céline) así como cantidad de novelas con recepción ditirámbica en la prensa.

‘Aniquilación’ está narrada en una tercera persona omnisciente que cada tanto opina del ajedrez político (de nuevo recurre al género especulativo para retratar el frente republicano contra el fascismo en la Francia contemporánea). De la familia «de souche» (raíces francesas) entre la burguesía tecnócrata y la clase media precaria que se prostituye y cocina para los ricos lyoneses. De la migración, con sus buenos salvajes que se han adaptado a la civilización (aquel árabe con cara de terrorista pero buen dentista). De la eterna letanía de la decadencia de Occidente frente a la supuesta época dorada que viven los asiáticos.

De una especie de french dream del patriarcado donde Paul Raison, el protagonista realizado profesionalmente tiene la esperanza de salvar su matrimonio cuando su esposa, tras una deriva pueril espiritualista oriental, vuelva a la «raison» (razón) de su cuerpo para cumplir a la vez con «el deber conyugal» (sexualidad performativa desprovista de cualquier erotismo) y con amar a su marido como una madre a su hijo. Hablando de Edipo, el narrador envenenado rápidamente trolea a Freud para despachar el tema de tener hijos o no (es una novela que pasa a lista los grandes temas, a veces midiéndose con Balzac, René Girard, Simone Veil). Ironía: Un demiurgo con una concepción meramente edipiana del mundo rajando de Freud. Con el perdón de quienes separan el narrador del autor y todavía creen en el niño Dios, algo así como un Fernando Vallejo francés con los dardos desgastados.

Todos estos temas están diligenciados en el formato de la novela total, requisito infalible para ganarse el Nobel. Con elementos de la cultura popular y de masa para que el vulgo digiera esta literatura, traducida en editorial Anagrama, como un fastfood: trama de espionaje conspiracionista a escala mundial. ¡Ojo a esta promoción! «Pase por un intelectual comprando ‘Aniquilación’ que incluye la intriga de los Avengers». Y aquí también hay algo viejo: Los autores como Laura Restrepo (‘Hot Sur’, 2012), Santiago Gamboa (‘Será larga la noche’, 2019), y Houellebecq, reciclando el género fantástico romántico del siglo XIX, con su satanismo y esoterismo, para enjabonar el marrrano del suspenso.

Pero también tenemos la Ilustración del siglo XVIII con personajes con nombres alegóricos (ya dije Raison; su esposa se llama Prudence). Y el despliegue de los encantos de la enciclopedia. Así como en la última novela de Laura Restrepo, ‘Canción de antiguos amantes’ (2022), aprendemos divirtiéndonos sobre la reina de Saba. En ‘Aniquilación’ nos enseñan de cáncer de lengua, de estado vegetativo, de eutanasia, de cuidados paliativos.

Total, ‘Aniquilación’ es lo último en la guaracha del Netflix de la literatura (una que ya fue y nos la venden rencauchada). La pasé bien. Me divertí. ¿Siguiente novela?

Necio que soy, como lector y editor, quisiera encontrarme con una obra fuera de estos moldes. Una novela con escritura como las escribieron Léon Bloy, Céline, Queneau y publicaron en las editoriales que hoy ofrecen un catálogo-cementerio del estilo.

Algo así me siento con el fútbol de Qatar. Ni siquiera la epopeya de los africanos humillando a España, Portugal (aunque no fue posible con  Francia y Croacia), me emociona. Tengo como una sensación de déjà vu. De pasar viendo zombis. ¿Me he vuelto un reaccionario que cree que todo tiempo pasado fue mejor o el mundo se ha vuelto reaccionario y tiene aniquilado el futuro? El caso es que, con mi linterna de Diógenes, seguiré buscando hombres verdaderos. Literatura verdadera.

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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