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Amy Spiwak, director de la Fundación Spiwak, organización fundamental para la consolidación de la Feria Internacional del Libro de Cali. | Foto: Giancarlo Mandano / El País

AMY SPIWAK

Así participa la Fundación Spiwak en la Feria del Libro de Cali

Amy Spiwak habla sobre la importancia que tiene este evento que además es apoyado por la Alcaldía de Cali y la Universidad del Valle.

10 de octubre de 2019 Por: Yefferson Ospina. reportero de El País 

Desde el 2016 la Feria Internacional del Libro de Cali, FILCali, no solo se ha convertido en uno de los principales eventos de la ciudad y del país, sino también en un gran impulso a la economía caleña y un punto de referencia para los amantes del libro en todo el país.

Realizada por la Alcaldía de Cali, la Universidad del Valle y la Fundación Spiwak, la FILCali demuestra cómo son posibles las sinergias entre las entidades públicas y privadas con el objeto de potencializar la cultura y de convertir a la ciudad en un destino turístico y cultural de talla nacional e internacional.

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Hablamos con Amy Spiwak sobre la influencia que la Fundación Spiwak ha tenido en la consolidación de la FILCali que este año se realizará entre el 10 y el 20 de octubre y que tendrá a los países francófonos como invitados.

¿Cómo fue la decisión de la Fundación Spiwak de sumarse a la Feria Internacional del Libro de Cali?

Creo que hay que remontarse a la historia de la Fundación como tal. Yo estaba estudiando en Italia y la idea salió de mi estadía allá. Mi familia siempre ha estado muy ligada con la cultura, y haciendo mi maestría en Italia conocí a la familia dueña de Grapa Nonino, un licor italiano. Es una familia del norte de Italia que decidió montar un premio, y se lo han dado a escritores, a economistas, a químicos. No sé muy bien cómo deciden entregarlo, pero lo hacen en un evento muy célebre. Es un premio emblemático de un producto italiano emblemático. Se llama el Premio Nonino y de allí salió la idea de que la Fundación tuviera un premio. El primero fue a la Mejor Novela sobre el Pacífico, en un proceso muy arduo y muy bien realizado con críticos de todo el continente como Leonardo Padura, Rosa Beltrán, Noé Jitrik, a quienes trajimos a Cali para sentar las bases del Premio, en el que participaron más de 200 escritores. De ahí dimos un salto a la Feria del Libro con la influencia de personalidades artísticas como Julián Malatesta o Pedro Alcántara. Así que nos unimos con Juan Camilo Sierra, quien viene de trabajar en Bogotá en grandes bibliotecas y ahora es el director de la Feria, y se fueron juntando varios factores que nos llevaron a tomar la decisión de sacar adelante la Feria del Libro de Cali.

¿Cual es la participación específica de la Fundación en la Feria?

Es realmente un aglutinante, porque los organizadores realmente de mayor relevancia son la Secretaría de Cultura, la Universidad del Valle, La Fundación Carvajal con Bibliotec, entre otros.

Durante la Feria se realiza, como parte de la programación, un Festival Gastronómico...

Ha venido evolucionando todos los años. Desde un inicio decidimos hacer un festival gastronómico con el país invitado a la Feria. Lo hicimos con Ecuador en 2017 y con México en 2018. Este año lo haremos con Francia. Pero además de eso hay una cantidad de eventos con los que decidimos sacar a la Feria del Libro estrictamente del recinfo ferial, para hacer eventos como talleres de escritura creativa, que están llegando a varias ciudades del Valle y varias zonas de la ciudad. El año pasado hicimos más de 400 eventos y estuvimos en Buenaventura, Buga, Cartago, Cerrito, entre otros, y realmente logramos expandir muchísimo el evento. La idea es inspirar la lectura, hacer un evento popular, porque las ferias del libro en Colombia son muy importantes y tenemos que meterle el empuje a estos eventos con una oferta amplia, con talleres y con escritores de talla mundial.

¿Por qué a la Fundación Spiwak le interesan este tipo de eventos culturales?

Creo que hay dos razones. Una es muy interna de la familia, porque siempre estamos muy inmersos en la cultura y la lectura. Yo no he conocido un lector tan voraz como mi padre, por ejemplo. Nosotros siempre hemos estado rodeados de cultura. Y la otra fue una necesidad de dar un golpe de opinión diferente en la ciudad. Decidimos hacer una Fundación para dar un golpe de opinión no tanto de la organización misma sino de Cali, porque descubrimos la necesidad de que se empezara a hablar bien de Cali. Si eso pasaba, entonces nos iba a ir bien a todos en la ciudad. La idea era mejorar la imagen de Cali, crear eventos que le den una identidad a la ciudad. Eso fue lo que quisimos hacer con la Feria del Libro, que se hable tanto de la Feria que inmediatamente se asocie con el destino.

¿Qué importancia tiene la Feria en la dinamización de la economía de la ciudad?

Creo que ha sido muy importante. Uno habla con los funcionarios públicos competentes y ellos hablan de la crisis de credibilidad que tiene el sector público. Y yo me atrevo a decir que todo evento depende, como mínimo, de la voluntad del sector público, y en este caso también del aporte de recursos. Y creo que a Cali le faltaba un evento de ciudad que el caleño mismo dijera que le gustara, que lo viera crecer cada año y que le impactara.

Faltaba esa credibilidad en la ciudad. Es cierto que en los últimos cuatro o cinco años la ciudad ha empezado a ver que sí puede hacer eventos de esta magnitud, a creer en sí misma. Esto tiene que ver con un cambio psicológico difícil de describir y eso ha sido un catalizador para que otra gente se dé cuenta de que se pueden hacer eventos de talla nacional e internacional. Eventos como el Petronio convocan a gente de todo el mundo y permiten un cambio psicológico muy importante en la ciudad. Debemos creer que sí se puede hacer.

Y la Feria del Libro, ¿qué tanto peso tiene en ese cambio?

No voy a decir que es el actor principal, claro que no. El Petronio lleva 23 años, Ajazzgo lleva más de diez años, en fin. Hay muchos eventos que sacan la cara por la ciudad. Pero la Feria del Libro está llamando cada vez más gente a ver la ciudad de un modo diferente.

¿Qué le falta a la ciudad para que crea más en su potencial?

Yo diría que falta continuidad de las políticas que se han desarrollado recientemente, y un aumento de presupuestos y voluntad política para que la ciudad realmente estalle desde el punto de vista cultural. Se han hecho esfuerzos muy buenos en los últimos años, como la formación de la Secretaría de Turismo. Pero falta mucho más, faltan más recursos y sobre todo una voluntad política. Y ha sido un reto nuestro visibilizar todo el impacto económico que tiene la cultura para la ciudad. Yo estoy convencido de que la tercerca ola cultural de Colombia va a venir del Valle o del Pacífico, es una ola que está sucediendo y va a tener mucha más fuerza y en la que Cali es muy importante para visibilizar todo lo que ocurre en la región.

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