Álex Oquendo cuenta los secretos de Masacre, la banda de Death Metal

Según Plutarco, en sus ‘Vidas paralelas’, al emperador Julio César lo apuñalaron 23 veces, en la tarde de aquel funesto 15 de marzo del año 44 A.C. Sus asesinos, los senadores romanos que habían conspirado para derrocarlo, se reunieron en torno a su cuerpo, apuñalando con tal sevicia que se lastimaban entre ellos mismos... La escena, que diferentes artistas plasmaron en sus obras, revela los extremos de violencia y crueldad humana, derivados de la ambición de poder.

El asesinato de César, en la versión del artista francés Georges Rochegrosse, fue la obra escogida por la banda colombiana de death metal Masacre, para ilustrar la portada de su primer álbum musical ‘Réquiem’, publicado en 1991.

Álex Okendo, diseñador y artista gráfico de Medellín, fundó Masacre en 1988 poco después de abandonar Ekhymosis, otra banda legendaria del rock colombiano, en la que tuvo diferencias musicales con Juan Esteban Aristizábal (Juanes). Mientras Álex, un metalero convencido y dueño de una voz atronadora, buscaba sonidos más pesados para expresar la violenta realidad del país; Juanes iba directamente en el sentido contrario.

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“Yo venía de una banda llamada Belphegor, en la que también estaba, como guitarrista, Andy García. De allí, ambos pasamos a Ekhymosis, con ellos hice mi primer concierto, compuse mis primeras canciones, pero estuve poco tiempo. Al salir formé Masacre, y en esa primera época me acompañaron Antonio Guerrero y Mauricio ‘Bull Metal’ Montoya, que venían de otra banda llamada Agressor. Al poco tiempo entró Juan Carlos Gómez, en la guitarra, y Andy García nos acompañó en el bajo, pero cuando él se dedicó completamente a Ekhymosis salió de Masacre y, en su lugar, entró Dilson Díaz que después formaría su proyecto con La Pestilencia”, recuerda Okendo.

A finales de los 80, Medellín era un caldo de cultivo metalero, donde se formarían, más que en otras ciudades, algunas de las principales agrupaciones del género en Colombia: Kraken, Masacre, Ekhymosis (en sus orígenes thrash metal), La Pestilencia, Athanator, Reencarnación, entre otras.

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“Haciendo un árbol genealógico de todos los miembros que ha tenido Masacre, casi un 80% de los músicos de metal de Medellín tuvieron que ver con nosotros, hemos sido una escuela de metal en Colombia”, agrega el cantante.

Entre 1988 y 199o, Masacre publicó de forma independiente los demos ‘Colombia... Imperio del terror’ y ‘Cáncer de nuestros días’, donde ya venían canciones, consideradas hoy himnos del metal colombiano, como: ‘Sepulcros en ruinas’, ‘Brutales masacres’ y ‘Ola de violencia’. La atmósfera oscura y desoladora, junto a guitarras veloces y fuertes descargas de batería, consagraron el sonido de desolación y muerte de Masacre, sello distintivo del death metal, convirtiéndola en una banda de culto, por la cual Colombia ocupa un lugar destacado en la historia del metal mundial.
Sobre el concepto estético y musical alrededor de Masacre, Okendo expresa que, “desde un principio decidimos que nuestra música hablaría de la muerte, por lo que el nombre encajó perfectamente, abarcando toda una realidad social de Colombia que, en particular, afectaba a Medellín y nosotros la estábamos viviendo. Al inicio pensábamos que esta música podía representar la época en la que crecimos, pero han pasado más de 30 años y nuestras canciones siguen hablando del presente”.

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En 2018, Álex Okendo fue exaltado en el Concejo de Medellín por sus aportes al arte y la cultura.

Tras la publicación del sencillo ‘Ola de violencia’ (1990), y con medios limitados para la época, la música de Masacre (en cassette) llegó a Europa, cautivando a los metaleros más exigentes, entre ellos, a Øystein Aarseth, más conocido como Euronymous, músico y productor musical noruego, fundador de la banda de black metal Mayhem y dueño de la discográfica Deathlike Silence, que mostró interés por contratar a la banda colombiana.

Sin embargo, fue el productor francés Herbaut Hervé, dueño de Osmose Productions, quien ficharía a Masacre para grabar su primer álbum ‘Réquiem’, que fue prensado en Francia, y distribuido tanto en el viejo continente, como en Latinoamérica y Estados Unidos. Después vendrían otros cinco álbumes, dos de ellos en inglés, y giras internacionales que, a la fecha, continúan.

“Nuestra música es verdadera, sin mentiras sobre la realidad, contamos lo que ha sido Colombia, para no volver a repetir los mismos errores”, concluye Álex Okendo, antes de su concierto esta noche en Santiago de Cali.