El pais
SUSCRÍBETE
Tribu amerindia ancestral de la Panamazonía | Foto: Imagen especial para El País

Vulnerabilidad de comunidades indígenas de enfermar por Covid-19 puede significar su extinción

Cerca de 350 etnias amerindias están en extremo riesgo de desaparecer por cuenta de la COVID-19. Hacen parte de la Panamazonía, una región que abarca nueve países y constituye uno de los territorios más biodiversos del planeta. Aquí, un asomo a la cruda realidad que viven sus habitantes mayoritarios: los indígenas.

23 de noviembre de 2020 Por: Elpais.com.co

Las tribus amerindias ancestrales de la vasta región por la que cruza el río Amazonas —la Panamazonía—, además de sufrir las consecuencias de la degradación de su hábitat, están sumergidas ahora en una pandemia que hace que su situación se torne más dramática. Al punto de que su vulnerabilidad de enfermar por el SARS-CoV-2 puede significar su extinción.

Investigadores de Colombia, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Guayana Francesa unieron esfuerzos para desarrollar un estudio descriptivo sobre lo que ocurre frente al actual coronavirus en las comunidades amerindias de cada uno de estos países, que, junto a Bolivia, Guayana y Surinam, conforman la Panamazonía, una zona de siete millones de kilómetros cuadrados con una enorme riqueza biológica y cultural.

Coronavirus en las comunidades amerindias de la Panamazonía


"Cuando en marzo pasado empezamos a apoyar a aquellos departamentos que no tenían cómo hacer pruebas diagnósticas de COVID-19, comenzamos a notar que cuando nos llegaban muestras del departamento del Amazonas, casi todas resultaban positivas, lo cual fue muy alarmante”, afirma el microbiólogo Juan David Ramírez, quien lideró las pruebas de la Universidad del Rosario ante la pandemia trabajando con el Instituto Nacional de Salud desde su laboratorio para ejecutar los tests de PCR. Y en el intercambio de información con colegas latinoamericanos de distintas naciones, advirtieron un panorama semejante en sus territorios.
“Empezamos a mirar cuál era el impacto del coronavirus en las comunidades indígenas y nos dimos cuenta de que era catastrófico”, añade este doctor en biología.

El fruto de su trabajo colaborativo —que aborda un periodo de estudio comprendido entre el 25 de febrero y el 23 julio de 2020— acaba de ser publicado en la edición de octubre de la revista indexada PloS Neglected Tropical Diseases. Entre los aspectos que se destacan está la susceptibilidad inmunológica de estos grupos poblacionales debido, principalmente, a la falta de variabilidad genética de sus miembros, lo que técnicamente se conoce como homocigocidad genética. Es decir, la alta endogamia que existe entre las tribus disminuye su capacidad de generar una respuesta inmune eficiente frente a múltiples enfermedades (entre ellas la malaria, la tuberculosis, el VIH y la lepra, males altamente prevalentes en diversos pueblos amerindios, además de los preocupantes rebrotes de sarampión y rubeola específicamente en Venezuela y Brasil). Y eso, aunado a una nutrición deficiente y a una poca exposición a patologías respiratorias urbanas provoca grandes desventajas inmunitarias.

Le puede interesar: Así están algunos países que hacen parte de la Panamazonía frente a la COVID-19

Lamentablemente, no existen estudios de susceptibilidad genética de comunidades amerindias porque en Colombia y en muchos otros países son muy herméticas y la legislación las protege de este tipo de intervenciones, lo que ha privado a la comunidad científica de tener un conocimiento valioso para trazar estrategias de atención especial.

Esto, unido a sistemas de salud débiles o inexistentes —bien sea por el rechazo de las mismas etnias o por la desatención de los Estados—, la lejanía de sus asentamientos, la falta de infraestructura, bienes, servicios y recursos para cumplir sus necesidades básicas y la destrucción de su medio ambiente por cuenta de la deforestación y la minería, configura un coctel fácilmente explosivo que puede tener consecuencias devastadoras en una pandemia como la que hoy acorrala a la humanidad.

Los investigadores hacen un llamado urgente a la acción y definen una estrategia que incluye: la vigilancia epidemiológica intensificada y la realización de mejores informes para rastrear la propagación del virus, la inyección de recursos necesarios para la atención médica con el personal idóneo en distintas especialidades, el establecimiento de mecanismos que garanticen la seguridad alimentaria y de protección sanitaria de la población, la posibilidad de realizar pruebas in situ y la movilización de fuerzas de seguridad para controlar las incursiones extranjeras ilícitas a territorios indígenas, especialmente a mineros ilegales.

Según Ramírez, Colombia ha ejecutado varias de estas tácticas y su respuesta ha logrado quebrar la tendencia alcista de mortalidad en la Panamazonía. En junio se instaló el primer laboratorio diagnóstico de pruebas de biología molecular del Amazonas, lo que permitió realizar testeo en el sitio y acelerar la vigilancia epidemiológica, con informes muy completos y detallados. Así mismo, se amplió la capacidad hospitalaria en Leticia, que fue, además, una de las primeras ciudades por las que empezó a desarrollarse el gran estudio nacional de seroprevalencia, aquel que permitirá determinar qué porcentaje de la población ha desarrollado anticuerpos contra el coronavirus.

“El Instituto Nacional de Salud ha trabajado mucho en la región amazónica, y Colombia ha sido un modelo de que el trabajo se está haciendo bien. Pero la gran preocupación es para el resto de los países panamazónicos”, acota el investigador rosarista.

Por su parte, el médico salubrista Pablo Montoya, fundador y director de la ONG Sinergias- Alianzas Estratégicas para la Salud y el Desarrollo Social, cuyo trabajo se focaliza en la región amazónica, reconoce que lo hecho por las autoridades en Leticia cambia un poco el panorama paras quienes viven en el casco urbano y áreas aledañas, pero la Amazonía va mucho más allá de ese territorio, y muchas comunidades no tienen acceso a la atención de salud.

“La COVID-19 es el accidente de hoy, la coyuntura del momento, y si bien hay acciones que han contribuido a subsanar las desigualdades frente al derecho a la salud de los habitantes, no se han corregido los factores subyacentes, como crear un modelo diferencial de salud que acoja la idiosincrasia de los pueblos indígenas y que los empodere en ese proceso”, precisa Montoya.

Y ojalá las acciones lleguen más temprano que tarde, porque, como dice un adagio anónimo, “si un hombre falla honrando sus ríos no puede ganarse la vida que emana de ellos”.

En el siguiente link se pueden consultar los detalles de la investigación SARS-COV-2 en la Región Amazónica. Un presagio de fatalidad para los amerindios: https://www.urosario.edu.co/Investigacion/UCD/Articulos/Comunidades-indigenas-ancestrales/.

AHORA EN Contenido