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Las incautaciones de marihuana, tanto en lugares de acopio como en residencias y locales, y en diferentes sistemas de transporte, se han incrementado este año, una vez aumentó la movilidad en Cali y en las diferentes carreteras del departamento. | Foto: El País

DROGA INCAUTADA

¿Por qué Cali no deja de ser un corredor clave para mover marihuana?

Durante lo que va del 2021 las incautaciones de la Policía y los golpes a bandas de narcotráfico son casi diarios. Una actividad ilícita que se volvió más visible durante la pandemia, dicen analistas. Gran parte de la cannabis procede del norte del Cauca.

29 de agosto de 2021 Por: Redacción de El País

Escondida en pañitos húmedos, cargamentos de cebolla y hasta en muebles que simulaban ser parte de un trasteo, son algunas de las modalidades que la Policía Nacional está descubriendo casi a diario en su lucha contra el tráfico de marihuana transportada en taxis, camiones y tractomulas a su paso por Cali.

De hecho, en lo corrido del 2021 la Policía Antinarcóticos ha incautado 16.848 kilogramos en la ciudad, lo que significa que se evitó la distribución de 9.084.396 dosis de alucinógenos en las calles, que hubieran representado para las estructuras criminales ingresos por $23.099 millones.

De acuerdo con el reporte policial, el 94,6 % (15.946 kilogramos) corresponden a marihuana, seguido de cocaína, con 812 kilogramos; bazuco, 67 kilogramos; base de coca, 16 kilogramos y 7 kilogramos de heroína.

En siete unidades policiales se concentró el 87 % de las incautaciones. La mayor cantidad se registró en Candelaria, con el 29 % (.830 kg); Yumbo, 27 % (4490 kg), y en el barrio El Guabal, en Cali, con el 9 % (1597 kg).
El comandante de la Policía de Cali, general Juan Carlos León, dice que los resultados forman parte de una fuerte ofensiva contra el microtráfico, donde además de marihuana, se han incautado armas y dinero.

En las zonas de mayor concentración del problema fueron intervenidas catorce líneas de expendios que venían afectando la seguridad ciudadana, luego de 294 allanamientos, 103 % más que en el 2020.
Asimismo, en desarrollo de los operativos han sido capturadas 855 personas entre enero y agosto, presentando un aumento del 15 % respecto a igual lapso del 2020. En Yumbo cayeron 67, en El Guabal 63 y en el barrio Mariano Ramos 62.

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Según los analistas, estos resultados de la tarea policial obedecen a que ese fenómeno se ha visibilizado más en medio de la pandemia.
Bajo estas circunstancias, los mismos expertos recalcan que Cali sigue convertida en un corredor clave y en un cruce de caminos para el mercado ilícito de marihuana, procedente especialmente del norte del Cauca.

Y para llegar a consumidores locales y trasladar la cannabis a otras ciudades se ha descubierto el estupefaciente oculto en caletas inverosímiles como el uso de frascos que aparentan tener vitaminas junto a mezclas de jabón y aceite para ocultar su olor característico.
Asimismo, llama la atención que en dos taxis han sido descubiertos últimamente varios cargamentos de marihuana que eran transportados desde el departamento del Cauca.

Frente a lo que está sucediendo el exasesor de seguridad e investigador Alberto Sánchez Galeano indica que “Cali siempre ha sido un corredor para ese tráfico, por cuenta de las dinámicas del norte del Cauca, como de otras que han tenido lugar en el Valle, el Eje Cafetero y Antioquia”.
Recalca, además, “que lo claro es que hay una conexión directa con las zonas de producción, aunque la ciudad nunca ha tenido una dinámica de producción como tal, pero sí una demanda, de la cual una parte significativa es marihuana, a través de un microtráfico ahora más sofisticado y con mercados a domicilio que no se parecen a las ‘ollas’ del pasado” (como El Calvario).

Lo anterior lo corrobora un alto oficial de la Sijín de la Policía, quien anota que “en Cali esta situación siempre ha estado latente, y más ahora con la reapertura del puerto de Buenaventura (tras el paro nacional y aún en medio de la pandemia), lo que ha llevado a redoblar las investigaciones”.

Otros especialistas han estimado que en gran medida muchos de los homicidios en la capital del Valle del Cauca están ligados al narcotráfico.

Una ciudad estratégica

Por su parte, el politólogo y analista de seguridad Gustavo Orozco resalta que “todas las economías ven en Cali un valor agregado enorme, dada su cercanía a las fronteras. Por ejemplo, el corredor hacia el Ecuador es uno de los más estratégicos, al igual que las rutas marítimas en la Costa Pacífica”.

En el caso puntual del abastecimiento y tráfico de la marihuana, destaca que “aunque comparativamente es menos problemático que el de la cocaína, “hay un HUB (centro de conexiones) o punto productor importante en el Cauca, con cientos de invernaderos que operan con el conocimiento de muchos”.

Estos cultivos, agrega, “aprovechan a Cali para su distribución en el mercado local, que está en alza, pero también hacia el resto de ciudades cercanas del Valle del Cauca y el Eje Cafetero”.

Frente al récord de incautaciones, Sánchez Galeano pone de presente que “esa demanda pasa por varios procesos logísticos y de cadena de valor que obedecen a producciones en zonas cercanas a Cali y el acopio de marihuana en la misma ciudad para su distribución en grandes o pequeñas cantidades para quienes la consumen de manera individual”.

De esta manera, es cada vez más usual que las bandas del narcotráfico utilicen numerosos medios de transporte como taxis y camiones. En ese sentido, el investigador resalta que “el fenómeno es más visible porque las cadenas logísticas y de transporte que circulan en el territorio, son aprovechadas para ese tráfico”.

Bajo estas circunstancias, indica que “este fenómeno no es reciente, sino que más bien, por la afectación de los mercados ilegales durante la pandemia, esa dinámica se ha hecho más visible en la ciudad”.

En Cali se estima, según algunos estudios, que operan alrededor de 180 bandas criminales, la mayoría vinculadas al microtráfico, las cuales están siendo combatidas por las autoridades.

Plataforma criminal

En concepto de los analistas, la capital del Valle del Cauca es hoy una plataforma para el relacionamiento criminal y de logística para el manejo de grandes cantidades de droga, más el lavado de activos y el contrabando, entre otras actividades ilícitas.

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Sobre el particular, un vocero del Observatorio del Delito de la Sijín en Cali ratifica lo que expertos y las autoridades conocen de primera mano, y es que el Cauca es indudablemente un gran abastecedor no solo de marihuana, sino de pasta de coca. Incluso con varias redes hacia el departamento del Putumayo.

Y destaca que esa actividad criminal está muy ligada a los grupos subversivos que manejan rutas estratégicas no solo para salir hacia el Océano Pacífico, sino para su distribución en las zonas urbanas del país, lo que tipifica el llamado microtráfico en las ciudades. Cali no es ajena a esa realidad.

“La maquinaria que tienen estos grupos delincuenciales detrás de estos cultivos y su comercialización es evidente entre el Cauca y el Valle del Cauca”, subraya el portavoz.

Cita, por ejemplo, que entre algunas de las rutas preferidas por los narcotraficantes figuran Miranda-Pradera, Candelaria-Jamundí, y en Cali, Terrón Colorado.

“Nosotros, como Policía Nacional, estamos siempre enfrentando esos corredores para cerrarles esas brechas a los narcotraficantes, lo que ha llevado a un aumento de las operaciones que se vienen desarrollando”, indica.

En ese sentido, Sánchez Galeano indica que todo reside en “un mercado interno que las bandas criminales satisfacen porque existe una demanda por consumo de drogas, de la cual una parte significativa es marihuana que tiene que ser cubierta por una serie de actores que están en capacidad de satisfacer ese consumo como en el caso de Cali”.

Por eso la ciudad es usada igualmente como urbe de paso para el tráfico de estupefacientes.

El mercado ilegal de la marihuana se ha vuelto más visible en el último año. Eso ha llevado a un aumento de homicidios, cuya tasa supera hasta los 150
por cada 100.000 habitantes en la ciudad.

Entre la pandemia

Además de la creciente inseguridad durante la pandemia, la misma ha sido aprovechada por el narcotráfico para movilizar sus cargamentos en la ciudad.

El reciente paro y las protestas fueron igualmente aprovechadas para ese tipo de delito en la capital del Valle del Cauca.

Durante ese lapso (abril-junio) en que hubo protestas y se cerraron las vías con los bloqueos, el microtráfico pudo haber registrado un aumento en zonas del oriente, dado que la Policía estaba ocupada en controlar actos vandálicos y saqueos.

En tal sentido se establece que mientras exista esa cercanía con Cali, así sea una zona rudimentaria en producción, bajo ese mercado local que se mueve en la ciudad, se van a seguir presentando mayores incautaciones.

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