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De los miles de manifestantes, más de 700 están en las cárceles, donde distintas organizaciones de derechos humanos han certificado torturas contra ellos. | Foto: EFE / El País

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Nicaragua, ¿la Venezuela de Centroamérica?

Muertes, cárcel, torturas y prensa silenciada, armas de Daniel Ortega contra la oposición.

17 de marzo de 2019 Por: Redacción de El País y Agencias

Nicaragua vive la crisis sociopolítica típica de los regímenes de dominación autoritaria, que se basan en mayorías, pero que al perderlas, solo queda el cascarón del autoritarismo y empiezan a aparecer como dictaduras.

Así lo plantea el politólogo Gustavo Morales, quien añade que es un país “donde las democracias aplastantes de unas mayorías sobre las minorías, no reconocen a la oposición; ese cascarón autoritario se ha revelado cuando intentan seguir siendo aplastantes con la oposición cuando ya se ha convertido en mayoría”.

Nicaragua naufraga en una grave crisis que, desde abril de 2018, suma 325 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que acusa al Gobierno de crímenes “de lesa humanidad”. Cifra que grupos humanitarios elevan a 561, pero que el régimen de Daniel Ortega solo reconoce 199.

Además de fracturar a la sociedad nicaragüense, la convulsión ha dejado 762 prisioneros por participar en protestas contra el régimen sandinista, además de cientos de desaparecidos, miles de heridos y de exiliados. El Gobierno ofreció liberar este viernes “un núcleo apreciable de presos políticos”, exigencia de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia al retomar los diálogos de negociación.

La decisión se tomó tras una reunión de la alianza, el Gobierno, el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y Luis Ángel Rosadilla, enviado especial de la Secretaría de la OEA. Entidad que ya aplica la Carta Democrática Interamericana (CDI), que podría culminar con la suspensión de Nicaragua del organismo.

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Sin embargo, solo 50 manifestantes opositores fueron excarcelados por decisión del Gobierno de Ortega, incluidas cuatro mujeres, luego de reanudar las negociaciones con esa alianza, ahora que penden sobre el país amenazas de sanciones de Estados Unidos, su principal socio comercial, con la Ley Magnitsky Nica, y de la Unión Europea. El Parlamento Europeo (PE) pidió este jueves sanciones contra el Gobierno de Nicaragua y los responsables de violaciones de los derechos humanos.

Con 322 votos a favor, 25 en contra y 39 abstenciones, la Eurocámara denunció la “estrategia planificada” para destruir la oposición y la tildó de “grave vulneración de la democracia, de los derechos humanos y del Estado de derecho”.

Lamentó el aumento de la represión a la oposición y las limitaciones a las libertades de expresión, reunión y manifestación, la ilegalización de las ONG, la expulsión de entes internacionales, el cierre y agresiones a medios de comunicación y al derecho a la información.

El PE pidió la liberación de “todos los presos políticos” y convocar a “elecciones libres, justas y transparentes en un futuro próximo”. Y abogó por sanciones escalonadas, como la prohibición de la expedición de visados y la inmovilización de activos, contra el Gobierno de Nicaragua y los responsables de violaciones de los derechos humanos, dijo la agencia EFE.

“La estancia de Ortega en el poder hace el país ingobernable política y económicamente, por su aislamiento internacional, la pérdida de legitimidad por sus crímenes de lesa humanidad y la falta de inversiones nacionales y extranjeras”, advirtió el sociólogo Melvin Sotelo sobre Nicaragua, el segundo país más empobrecido de América, después de Haití.

El escritor y analista político recavó que el producto interno bruto (PIB) de Nicaragua se contrajo un 4 % en 2018 y la previsión para 2019 es de otra contracción de entre el 7,3 % y 10,9 %, según cifras oficiales y organismos independientes.

Para Ancízar Marroquín, analista político y director académico del Instituto de Altos Estudios para la Gestión Pública, Nicaragua pasa un momento muy difícil en su situación social y política. “Nicaragua no da respuesta económica ni social, ni mucho menos política, porque el sistema de izquierda es hegemónico, dictatorial y se empiezan a cerrar los canales de libertades, de expresión ciudadana y de medios de comunicación”. Situación ampliamente condenada y denunciada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que preside María Elvira Domínguez, directora de El País, en su reciente asamblea anual en Washington, que dedicó una mesa redonda al tema.

Allí Carlos Fernando Chamorro, exiliado con su familia en Costa Rica desde enero, habló de la “censura de facto” en contra de la libertad de prensa en Nicaragua, citando el asesinato el 21 de abril de 2018 del periodista Ángel Gahona, la confiscación y el cierre del canal 100% Noticias, Radio Darío y Confidencial; la asfixia económica contra los periódicos La Prensa y El Nuevo Diario y la represión contra los periodistas, que ha llevado a que 50 periodistas hayan salido del país y la mitad del equipo de Redacción de Confidencial esté en Nicaragua “reportando desde un lugar clandestino”.

“Lo que viene en Nicaragua es el cierre de divisas extranjeras, más represión a las protestas y censura de prensa, el cierre de medios de comunicación que no estén en sintonía con el gobierno –hace poco llegó un relator internacional y lo retuvieron en el aeropuerto dos días–, porque buscan evitar que lo que allí ocurre se conozca en el exterior. El medio que lo revele será intimidado primero, luego obligado y al final, cerrado”, advierte Marroquín.

Añade que la falta de respuesta económica, obedece a que Venezuela ya no tiene cómo ayudar. “En la época de Chávez, ayudaba no solo con petróleo, sino con créditos y con proyectos sociales, pero Venezuela ya no se puede dar ese lujo. Entonces, ese modelo de sociedad que no da respuestas, que cierra los canales de expresión política, que está sumida en la pobreza y en la delincuencia, y se está quedando sola en Centroamérica, tiende a ser inviable”, acota Marroquín.

La Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y el Comité Pro Liberación de Presas y Presos Políticos de Nicaragua, denunciaron que unos cinco detenidos en la cárcel La Modelo el 8 de marzo, fueron atados de pies y manos y llevados a una ‘celda castigo’, donde miembros del penal los colgaron de cabeza y los golpearon hasta que vomitaron sangre.

La socióloga opositora María Teresa Blandón denunció que el “nivel de crueldad” de la represión del Gobierno de Ortega es superior al de la época de Somoza, destituido en 1979 por la revolución sandinista, en la que militó el presidente Ortega.

La CPDH denunció que el Gobierno ocultó dicha paliza al nuncio Sommertag, quien se reunió con 16 presos políticos, pero no incluía los agredidos, quienes estarían en El Infiernillo, la peor prisión del país, a la que el prelado no tuvo acceso.

“Los gobiernos de Maduro y Ortega siempre han sido autoritarios; el problema es que como no logran cumplir sus metas de bienestar económico, terminan desgastándose y generando este tipo de autoritarismos”, apunta el politólogo Gustavo Morales, doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Javeriana de Cali.

Sin embargo, para el politólogo, Nicaragua no es la Venezuela centroamericana, porque son experiencias distintas. “Ortega es fruto de la revolución que depuso al dictador Anastasio Somoza, ha sido el líder histórico en Nicaragua, gústenos o no, y Maduro es un recién llegado a la política, el escudero de Chávez”.

A su modo de ver, ambos proyectos se acercarían en cuanto que el sandinismo de los 70 y el chavismo de los 90 significaron la esperanza de sus pueblos, pero esa revolución de expectativas, hoy termina en frustración. “Son diferentes porque Nicaragua siempre ha sido un país pobre”, indica Morales. En cambio, Venezuela ha sido económicamente muy fuerte, pero hubo una destrucción de la riqueza a gran velocidad; en Nicaragua no, porque nunca fue un país rico”, dice.

No obstante, para Marroquín, Nicaragua no se parece a Venezuela, sino que ya es la Venezuela centroamericana; pronto será la república paria de Centroamérica y los nicaragüenses saldrán hacia Estados Unidos a pedir auxilio.

Morales ve difícil que el diálogo entre la oposición y el Gobierno de Ortega surta efecto, porque gobiernos tipo Ortega y Maduro, dice él, se montan bajo la idea del pueblo entendido como la totalidad, vs. antipueblo (oligarquías, privilegiados), que no caben en esa totalidad.

De ahí que el politólogo admite que Ortega puede liberar presos políticos, pero es muy difícil que haya elecciones libres, legítimas y transparentes. Cuando una de las partes se presenta como la totalidad, no funcionan las democracias liberales que luchan por diferentes visiones en una sociedad pluralista, sustenta. “Y Chávez, Maduro, Ortega, se ven como la totalidad y así es imposible exigir democracia, que significa alternancia en el poder”.

Blandón coincide con otros opositores en la conexión Nicaragua-Venezuela, que habría sostenido económicamente al gobierno de Ortega en su “política de populismo irresponsable y desbocado” y que se habría “enriquecido ilegalmente” con dinero venezolano.

La activista cree que Naciones Unidas tiene una deuda con Nicaragua, porque durante doce años “desoyeron abiertamente las denuncias de la oposición”; que la OEA priorizó el conflicto de Venezuela, respecto a otros, como el nicaragüense, responsabilidad que extendió a Estados Unidos. “Demandamos atención particular, porque somos un pueblo soberano y en Nicaragua se están violando sistemáticamente los derechos humanos”.

Esta socióloga, nacida en 1961, que se enfrentó a la dictadura de Somoza, es escéptica del diálogo Gobierno-oposición, pero cree que el pueblo no aceptará a Ortega hasta 2021. “El régimen Ortega-Murillo ya no tiene soluciones que ofrecer a la sociedad nicaragüense, es imperativo adelantar elecciones”, insistió en diálogo con EFE.

En prisión

- El Nuncio Apostólico, Waldemar Stanislaw Sommertag, visitó a 16 presos políticos. Uno es el líder campesino Medardo Mairena, a quien un juez afín a Ortega condenó a 216 años.

- También a Miguel Mora, dueño y director del canal de Tv. 100 % Noticias, encarcelado el 21 de diciembre pasado –en huelga de hambre por 10 días–; y la jefe de prensa del mismo, la perio- dista nicacosta- rricense Lucía Pineda, por “fomentar e incitar al odio y la violencia” y “provocación, proposición y conspiración para cometer terrorismo”.

- Igual a la líder de comerciantes, Irlanda Jerez, quien denunció ante los euro- diputados que visitaron el penal, que fue drogada por la policía en El Chipote, cárcel que es un centro de torturas según la CPDH.

- Entre los visitados no estaban lostorturados de La Modelo, quienes identificaron al jefe de la Galería 300, Roberto Guevara, y a los alguaciles Ignacio Matus y William Trujillo, entre los torturadores.
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