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La marihuana es el estupefaciente más cultivado, traficado y consumido en todo el mundo. La mitad de los decomisos de droga son de cannabis, según la ONU. | Foto: Foto: Agencia AFP

CONGRESO DE COLOMBIA

Legalización del cannabis, un debate eterno en el mundo

Legisladores de varios países se enfrentan a la disyuntiva de aprobar o prohibir. El uso recreativo de este estupefaciente es más cuestionado que el medicinal. Panorama.

13 de diciembre de 2020 Por:  Kelly Sánchez - reportera de El País

La legalización del cannabis sigue siendo un asunto que suscita grandes discusiones a nivel mundial, con fuertes argumentos a favor y en contra. El uso de esta sustancia con fines médicos ha sido admitido en varios países, pero el consumo recreativo es mucho más limitado.

La reciente decisión de la ONU de eliminar la marihuana de la clasificación de los estupefacientes más peligrosos y reconocer las propiedades medicinales de esa planta podría dar un empujón a quienes impulsan la legalización en varios lugares del mundo.

Hasta ahora, algunas naciones han aprobado el consumo medicinal y el recreativo; otras admiten uno de los dos usos; así también, hay las que lo permiten por razones culturales y religiosas, aunque la marihuana se considere ilegal; mientras, hay países donde está prohibida en cualquier modalidad.

En América Latina, unas siete naciones han aprobado la marihuana con fines terapéuticos y solo Uruguay aprobó el consumo para uso recreativo, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo.
Sucedió en el 2013, durante la Presidencia de José Mujica, cuando se convino una ley que permite la venta y la distribución (en manos del Estado) y también el cultivo hasta un máximo de seis plantas por persona u hogar.

En Argentina, el uso medicinal es legal y en 2009 se despenalizó el consumo de marihuana en adultos, siempre que se realice en privado y no implique riesgo para terceros.

En Chile se permite el cultivo, consumo, venta y distribución para uso medicinal. Los mayores de 18 años pueden portar hasta 10 gramos y se puede tener hasta 6 plantas de marihuana en casa. El consumo debe ser en lugares privados.

En México también es admitido el uso medicinal, aunque el asunto tiene vacíos jurídicos, y avanza el trámite de un proyecto en el Congreso para legalizar el consumo recreativo.

En países como Bolivia, Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana y Venezuela, la utilización del cannabis en cualquier caso es ilegal.

En Brasil, se castiga la posesión y consumo de drogas. Desde 2015 se discute la despenalización del porte y consumo personal de sustancias ilícitas, pero no se ha llegado a una conclusión.

En otra parte del continente, Canadá es el país que más recientemente legalizó el uso de la planta. En octubre de 2018, en el gobierno del primer ministro Justin Trudeau se empezó a permitir su consumo recreativo y medicinal. Fue el segundo estado a nivel internacional, después de Uruguay, y el primero del G7 en legalizar la marihuana de uso adulto.

Mientras tanto, en Estados Unidos quince estados más el Distrito de Columbia permiten el uso recreativo. El 3 de noviembre, Arizona, Montana, Nueva Jersey y Dakota del Sur autorizaron el consumo para adultos.

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Panorama mundial

Portugal es pionero en lo que tiene que ver con leyes de reforma de drogas. Allí se despenalizó la posesión de todas, incluido el cannabis, para uso personal en 2001.

En Holanda, el consumo y la compra de cannabis y derivados es tolerado en pequeñas cantidades a través de los coffee-shops (lugares de consumo y venta).

En Italia, Suiza, Alemania, Bélgica y España el consumo de marihuana está despenalizado o, por lo menos, no tiene problemas legales.
En Sudáfrica, en 2018, se legalizó el consumo y cultivo de cannabis por parte de adultos en espacios privados.

¿Medicinal vs recreativa?

Rafael Maldonado, investigador y catedrático de farmacología de la Universidad Pompeu Fabra, España, es enfático en señalar que es necesario separar la idea del uso recreativo de la marihuana del terapéutico.

“Hay una herramienta terapéutica que son los derivados de la marihuana. Desde el punto de vista de la utilización terapéutica, tenemos que usar todas las herramientas que podamos para poder tratar una serie de patologías. Pero el hecho de que una sustancia se use para tratar una enfermedad no significa que su uso recreativo no sea peligroso”, apunta.

Maldonado, que ha estudiado durante muchos años los efectos del cannabis en el cerebro humano, cree que se debe trabajar en una “regularización racional” del consumo: “establecer unas reglas precisas en las cuales, por un lado, nos demos cuenta de que es una droga con unos riesgos, pero, por otro, que tiene una utilización muy importante que no podemos ignorar”.

Señala que los legisladores en el mundo saben que en sus países hay dos drogas que ya están causando daños: el alcohol y el tabaco, y “lo que se debe evitar es que haya más drogas que causen daño”.

“Aquí es donde es importantísimo la regulación porque ahora mismo las drogas que no son legales están haciendo daño, pero tenemos que regular para un objetivo claro: minimizar el daño de las drogas”.

Así va la regulación en Colombia

En Colombia, desde 2016, está permitido el cannabis para uso medicinal y científico. Ya en 1986 se había despenalizado la dosis mínima o dosis personal de hasta 20 gramos de marihuana por individuo.

Aunque un Decreto Presidencial, emitido por Iván Duque en 2018, hizo que se empezara a penalizar la dosis personal, este año un fallo del Consejo de Estado volvió a permitirla, siempre que se demuestre que la finalidad no es la comercialización o distribución, sino el consumo y que este no afecta a otras personas.

Hace poco se hundió en la Cámara de Representantes un proyecto, impulsado por Fernando Reyes Kuri, que buscaba legalizar la producción y la comercialización del cannabis para uso adulto. Además, por estos días cursa trámite en el Senado otra iniciativa que también busca regular esa utilización de la planta.

Pero la discusión sobre el tema es muy álgida y no se prevé un acuerdo cercano al respecto.

“No se justifica que sigamos en una lucha perdida contra el narcotráfico que solo nos ha dejado muerte, violencia, corrupción, daño al medio ambiente... Hay que cambiar el enfoque, y regulando se escoge la política que menor daño le genere a la sociedad”, afirma el congresista Reyes Kury.

Sin embargo, Juan Daniel Gómez, neuropsicólogo de la Universidad Javeriana Bogotá y experto en temas de sustancias psicoactivas, afirma que en las actuales condiciones no se debería regular para uso recreativo.

“Legalizarlo puede ser una solución, pero tiene muchos riesgos. Yo preferiría una solución a largo plazo, donde la gente esté educada, donde la gente de verdad responda de una manera racional frente a esto”.

Afirma el experto que no basta con que los consumidores estén informados, si no que hace falta todo un proyecto cultural para que la utilización se dé con responsabilidad.

Agrega que la marihuana que se consume en la actualidad no es la misma de hace 30 años, pues ha sido modificada genéticamente y produce más dependencia: “Es como comparar un chile habanero con el ají que crece silvestre en Boyacá, no hay medida de comparación”.

Pros y contras

Entre los argumentos que se esgrimen a favor de la legalización del uso adulto del cannabis está que pone fin al mercado ilegal y se reduce la violencia. También se habla de un impulso a la economía.

Mientras, quienes están en contra consideran que uno de los grandes riesgos es la adicción que puede generar el consumo de este estupefaciente.

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